HUELGA EN EL HOGAR DE CRISTO. ¿HAY QUE DAR HASTA QUE DUELA?
Chile es un país de paradojas y de contradicciones cada vez más evidentes.
En la prensa alternativa nos enteramos que el sindicato del Hogar de Cristo se encuentra en huelga. Con bombos y pitos en las afueras del Hogar, Estación Central, trabajadores y trabajadoras se encuentran en pie de guerra luchando por sus justas demandas y contra los despidos. Son los hijos e hijas del Padre Alberto Hurtado, del mismo que llamó a los trabajadores a organizarse y luchar por sus justos derechos postergados no como Recabarren sino como Cristo, ese Cristo Obrero que aún se encuentra en la cruz por obra y gracia del dios dinero, del capital.
Alberto Hurtado, el cura jesuito, fue contemporáneo de otros cristianos revolucionarios como Clotario Blest una de las piezas claves del movimiento obrero y del Rafael Maroto, el cura obrero que durante la dictadura de Pinochet fue vocero del MIR, y uno de sus militantes más destacados. Estos tres cristianos fueron hijos de la Doctrina Social de la Iglesia, de aquella doctrina que levantaba la justicia social como objetivo, de la opción preferencial por los pobres y contra el capitalismo salvaje. Quizás fue la antesala de lo que se conoció como Teología de la Liberación o de los Cristianos por el Socialismo que en sus tiempos, en los tiempos de Hurtado, Blest y Maroto, en su juventud no fueron bien comprendidos por el poder e influjo del movimiento comunista internacional y de lo fresco que aun estaba los gritos de triunfo de la Revolución de Octubre y de las proclamas de Lenin. Sin embargo, los cristianos justicieros se abrieron paso y conquistaron a un sector importante del pueblo, de la clase y como se allegaron el odio parío que desde la cúpula romana santiaguina defendían los intereses bastardos de la clase dominante, de los capitalistas. Eran los hijos del Sanedrin, de Pilatos.
El tiempo cobró las cuentas. Alberto Hurtado murió dejando tras de sí una obra que perdura hasta nuestros días en el Hogar de Cristo pero convertido en empresa con gerencia general incluida ha hecho que los trabajadores por los cuales el padrecito luchó se encuentren hoy en huelga. Esta huelga recuerda la paradoja de cuando el sindicato de la CUT se lanzaba a la huelga acusando también represión de la patronal, vale decir, de la cúpula de la CUT, incumplimiento contractual, imposiciones impagas y cuanta otras tropelías cometidas por la burocracia sindical.
Pero, ¿no había que dar hasta que duela? Parece que sí. Parece que esa era la orientación ético-moral del Padre Hurtado pero que la actual gerencia ha olvidado. Ellos, la cúpula empresarial del Hogar de Cristo, lejos de aplicar lógicas cristianas liberadoras aplica las lógicas y leyes del mercado, de los mismos que convirtieron a la casa de Dios en mercado y a los cuales Cristo echó a latigasos.
Pero, ¿acaso los trabajadores del Hogar de Cristo no son explotados? Claro que sí lo son. Le expropian su plusvalía a diario, sobreviven con sueldos que nada tienen de ético ni de sueldo vital. Son explotados y son tan clase trabajadora como cualquier otro trabajador o trabajadora. En ellos / ellas opera también la vocación y la justicia social para aguantar tanta humillación, irse a huelga en un contexto cristiano y donde la lucha de clases se da también entre capital y trabajo o mejor entre Cristo y Roma. Son estos trabajadores y trabajadoras quienes entienden a la perfección aquello de «dar hasta que duela» porque son explotados y miserables que creen en la justicia social quienes no comprenden es ese empresario que nada tiene de cristiano.
Esta huelga no ha salido en la prensa capitalista, en la prensa burguesa y eso es indicativo. Nos indica que la cúpula empresarial del Hogar de Cristo se encuentra fuertemente asociada a la cúpula empresarial, del poder burgués de nuestro país y la censura en la prensa oficial, el ocultamiento de esta huelga resulta fundamental para una clase dominante que no desea que le muestren sus mentiras, sus inconsecuencias y su clara falta de fe. La solidaridad de clase, de la clase se debe hacer sentir. Ahora le toca al patrón «dar hasta que duela». ¿Acaso no es cristiano o es simplemente un lobo en piel de oveja?
