COLOMBIA: LA MUERTE DEL POETA ÁVARO MARIN

Artículo tomado de facebook del compañero Leonardo Gastón Herrmann, dirigente de la Federación Internacional de Escritoras y Escritores por la Libertad – FIEL.
SOBRE LA MUERTE DEL POETA ALVARO MARIN.
El poeta Fernando Rendón, nos deja esta dolorosa noticia sobre el fallecimiento del poeta Alvaro Marin.
Con profundo pesar debemos decir a todos que el poeta Álvaro Marín fue hallado muerto, tendido en el piso de su oficina en la casa.
Se desconocen todavía las causas. La investigación apenas comienza.
Me duele mucho su partida. Viajamos juntos a Vietnam en febrero de 2019. Había trabajado con nosotros durante varios meses en el Festival Internacional de Poesía de Medellín.
Coordinó hace unos años con integridad y eficacia el Encuentro de Poetas, Artistas e Intelectuales por la Paz de Colombia, que convocó y organizó Prometeo, y que fijó una firme posición ideológica ante el país, contra la oligarquía colombiana, en un tiempo aciago que no termina aún.
Era un hermano inteligente y noble, lleno de amor por sus semejantes. Un hombre puro y abnegado en sus tareas naturales como poeta y como revolucionario.
Evocaremos cada día su vigoroso espíritu crítico y rebelde, su creación poética desplegada de manera incansable, sus textos contradictores, su persistente disposición a la acción compartida y solidaria hacia la paz y por la vida del pueblo colombiano y su generosa hermandad a toda prueba.
Estos son algunos de su poemas:
CRÓNICA DEL PASO DE LA CORDILLERA
(Fragmento)
Cabezas clavadas en las puntas de las lanzas
nos muestran que no somos los primeros
en intentar el paso de la piedra empinada.
La realidad es feroz, lo monstruoso domina
por el terror: la realidad pura, la estrecha realidad
de la muerte representada como cabeza lanceada
es una forma del terror.
Vamos, unos dormidos, otros sonámbulos;
otros deliran: «esta es la historia» dice el moribundo entre los brazos de su mujer, «esta es la historia,
es el paso de la cordillera en el año de 1819″. Desvaría, el pobre delira.
Y alguien pregunta por los hombres talados,
por los cuerpos arrojados al río: es la mujer,
la fantasma loca, la esposa del supliciado.
¿Quién viaja por estas laderas de muerte?
Pasan los arrieros del viento
con sus recuas de mulas hacia la colina incendiada.
Las toscas medialunas de las herraduras
tachonan la noche de verdinegra melancolía:
mulas de fuego y mansedumbre,
mulas de grano y de arsenal,
monturas del relámpago, mulas de oro,
grises mulas de sombra y camisas sangrantes,
cadáveres al lomo de la niebla.
Mulas del páramo y de la ardiente playa,
bestias de dios en la procesión silenciosa,
en el misterio de no saber
hacia donde llevan nuestro cuerpo talado
como un tronco de árbol.
Y estas medialunas
relumbran sobre el pan amargo
y sobre las cuerdas reventadas
que los músicos ya no saben tocar:
los dedos separados del pie,
los ojos ya fuera de sus cuencos.
Pasan los frutos desprendidos del árbol,
y es realmente el cuerpo de Colombia
el que pasa en andas
sobre el lomo de los caminantes
en la fiesta del Corpus.
***
JAMÁS BÁLSAMO
Noche: sexo de la tierra
negra negrísima noche.
Arribamos al silencio
a su caída de hoja al vacío
descendemos a una profunda
y silenciosa herida
en el socavón de la noche
buscándonos, acariciantes
como si fueran luz nuestros cuerpos.
Ocultos bajo la piel entre las aguas
de un negro océano.
Continuamente caemos
como las hojas del viejo árbol
continuidad de los cuerpos
siempre herida y fulgor jamás bálsamo.
Nos herimos con nuestra sed
amor dices aún en la herida
¿cuánta guerra por un poco de luz
cuántos días huyendo?
Escuchamos nuestras voces
¿pero cuáles son nuestros nombres
en el vacío?
Ven dice ella entra de nuevo al musgo
y humedece el polvo de mis huesos
yo también tengo sed.
***
AGUA CENICIENTA
Agua estancada,
muertos que no han muerto aún
y yacen en el fondo.
Pequeños seres detenidos:
esa mujer tiene una voz bella, canta,
y su voz crece
y su cuerpo de burbujas es una niña vieja
atrapada en el sedimento. O aquel hombre
hubiera sido un patriarca
y sólo es el rey de sus andrajos.
Y los niños que se suicidan en mitad del juego,
y los perros y los flacos caballos citadinos.
Agua de olvido, agua cenicienta,
con las algas, las anémonas y las muñecas desmembradas
y la voz bella de la mujer que canta
y nos llama desde el fondo del agua estancada.
FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE ESCRITORAS Y ESCRITORES POR LA LIBERTAD – FIEL.
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