LAS CONTRADICCIONES DE LA BURGUESÍA EN CHILE

Qué se creían los soldados de Texas
Que combatir era un baile de carquíz
Con la cara llena de vergüenza
Se regresaron todos a su país

Canción: Nuestro México febrero 23,

Inti Illimani

Han pasado 11 días desde que asumió el gobierno socialdemócrata de Gabriel Boric y en ese corto tiempo la luz se abre paso por las grietas que se perciben y que son muchas para el tiempo que lleva. Veamos cuales son los hoyos en el camino que se ven y aquellos que son producto de un disparo en el pie.

Las condiciones de los trabajadores.

Durante la pandemia-cuarentena, el gobierno de Piñera impuso una agenda pro empresarial permitiendo el despido masivo, el uso-retiro de los fondos de cesantía y del 10% de los fondos de pensiones y un sinfín de políticas capitalistas que se replicaron alrededor del mundo. Todas esas medidas fueron aprobadas en el parlamento con los votos, también, de la ex Concertación y del progresismo del Frente Amplio. Fueron los trabajadores, al igual que en todos los países, los que pagaron la crisis capitalista-pandémica y a diferencia del resto de los trabajadores del mundo teniendo como antecedente el estallido social del 2019 que fue el mayor remezón a la clase capitalista conocida quizás en toda la historia de Chile. Ambos hechos configuró un escenario de alta represión donde incluso la crisis “sanitaria” se militarizó con toques de queda, fuerzas armadas en las calles con uniforme de combate y M16 al hombro. El Estado de Chile no sólo se puso en pie de guerra durante el estallido sino también durante la pandemia. Fue la mejor forma de re-disciplinar al pueblo que se había rebelado.

Pero la crisis del capitalismo sólo efecto el bolsillo de los trabajadores porque lo que es a las grandes fortunas, estas incrementaron sus ganancias como nunca. Y cómo no lo harían si con los retiros de los seguros de cesantía, el 10% de los fondos de pensiones sumados a los bonos entregados a la fuerza por el gobierno el poder de compra artificial aumentó, la compra aumentó como el pago de las deudas derivadas de la cuarentena. Lo que retiraron los trabajadores, sus propios ahorros, volvieron gentilmente a los bolsillos de los patrones.

Esta crisis no es nueva se ha prologado desde hace años produciendo una alto endeudamiento de las familias trabajadoras, con bajos sueldos, con pensiones miserables, con malos sistemas de salud, educación publicas y con empleos precarios. A esta situación dramática se suma el aumento de la pobreza, de la cesantía, de la quiebra de pequeñas empresas, los niveles de violencia o abuso al interior de los centros de trabajo lo cual llaman acoso y agobio laboral afectando gravemente la salud mental de los trabajadores, aumentando la violencia contra la mujer, intrafamiliar configurando cada vez más una sociedad altamente agresiva y cada vez más parecida a la sociedad norteamericana también neoliberal como Chile. Y qué hablar del aumento del narcotráfico y su poder cada vez mayor. Esto fue en parte lo que hizo que se produjera el estallido social, entre muchas otras cosas, y que permitió que Gabriel Boric llegara a la presidencia. Si Aylwin llegó anunciando la “alegría” Boric llegó anunciando la “esperanza”, ambos anunciando la marcha hacia la “tierra prometida” teniendo como aval el nuevo pacto social de la burguesía. Todo con el pueblo pero sin el pueblo. Todo proclamando la transparencia pero negociando de espalda al pueblo como es costumbre de la clase dirigente.

El Pueblo-Nación Mapuche y las transnacionales

El Pueblo-Nación Mapuche desde 1990 hasta hoy ha ido luchando por la recuperación de tierra pero también por la autodeterminación, por su liberación, contra el capital transnacional y contra el imperialismo. La lucha que impulsa el movimiento revolucionario mapuche tiene esas características sumado a una lucha por la descolonización de su territorio: el Wallmapu.

Como sucede siempre cuando los pueblos se enfrentan a un poder dictatorial, las formas de luchas se van agudizando y las acciones van adquiriendo cada vez más un componente armado abriendo el debate sobre un “conflicto armado en la Araucanía” y donde algunos opinologos plantean que la solución a este conflicto pasa por una solución político-militar en lo que se podría interpretar como un llamado a un nuevo genocidio.

En ese contexto, la ministra del interior Izkia Siches concurrió a la comunidad de Temucuicui con varios de los ministros del gobierno como quien entra al patio trasero. Ella junto a su comitiva fueron recibidos por una ráfaga de 60 disparos lo cual llevó a la huida en estampida de las autoridades chilenas-colonizadoras. Claro cuanto diálogos, mesas de diálogos con publicidad, acuerdos incumplidos, etc le han ofrecido los diferentes gobiernos al pueblo-nación mapuche. ¡Miles! Ya no es tiempo de diálogos sino de medidas y soluciones concretas asumiendo para ellos las demandas centrales de los pueblos originarios que va más allá del otorgamiento de escaños reservados o reconocimiento constitucional. ¡Autodeterminación!. La ministra del interior no pudo entrar.

El nuevo retiro del 10% de los fondos de pensiones

Si los diputados del Frente Amplio, incluyendo Boric cuando lo era, impulsaron y aprobaron los retiros sucesivos del los anteriores del 10% de las AFP, ahora que son gobierno rechazan esta nueva iniciativa en circunstancias que las condiciones de los trabajadores no han cambiado un ápice. De oponerse el gobierno este será un nuevo traspié donde quizás no escuche otros 60 disparos como en Temucuicui sino pueden ser muchos más donde las barricadas en las poblaciones podrían volver aparecer.

Si el retiro del 10% es aprobado, sería también una derrota para Boric que ha hecho de la “responsabilidad fiscal”, de “respetar el equilibrio macroeconómico” algunas de sus principales consignas para calmar el “nerviosismo” o “ansiedad” empresarial. Ya no se habla de un nuevo sistema de pensiones sino de “reformas al sistema de pensiones” manteniendo el sistema privilegiado de las fuerzas armadas que durante la campaña se anunciaba que lo eliminarían.

Posible racionamiento de agua

Hasta antes del estallido social, la crisis profunda medioambiental en Chile se levantaba a nivel mundial como uno de los países que a nivel mundial es el más afectado por el cambio climático y por la emergencia hídrica. No es menor que casi la mitad de las comunas de Chile, especialmente las del norte, se encuentren en esta condición de emergencia hídrica, poblaciones dependientes de camiones aljibes y que el aumento de la desertificación todo como consecuencia del modelo extractivista, del saqueo del agua por las grandes empresas y por la destrucción, depredación de la naturaleza.

La solución a esta crisis afectará necesariamente los intereses de las transnacionales y del poder económico donde se deberá cambiar radicalmente el modelo extractivista pero ante los acuerdos interburgueses ese camino no se ve en el horizonte continuando afectando las vidas de las familias trabajadoras e incrementando las posibilidades reales de una crisis humanitaria, el aumento de precios de los alimentos con todo lo que ello implica. Hasta ahora sólo espera el gobierno que la naturaleza haga lo suyo y que llueva. Las rogativas que se realizan en el palacio de gobierno se escuchan en todo Chile.

Violencia juvenil

Comenzado el año escolar, los reportajes en los noticieros y programas matinales han proliferado sobre los numerosos casos de violencia escolar, abusos sexuales en los colegios y la vulnerabilidad a la cual están expuestas las alumnas en los barrios universitarios que han sido víctimas de secuestros y violaciones a plena luz del día en el centro de Santiago.

Desde el nuevo ministerio de educación y desde los alcaldes donde han ocurrido estos hechos se escuchan las mismas medidas que muchas veces anteriores han tomado las autoridades: formación de mesas multidisciplinarios de diálogos, intervención en los colegios, aumento policial en los alrededores de dichos establecimientos, expulsión de los alumnos agresores, asistencia a las familias y víctimas y claro está endurecimiento de la legislación actual. Siempre el mismo libreto.

Pero cómo pretenden solucionar la violencia en los colegios cuando estos son el fiel reflejo de la lucha de clases, de la violencia y la impunidad que inunda toda la sociedad chilena. Cómo pretenden que no haya violencia en los colegios cuando el 1% más rico se lleva el 33% del producto interno bruto, cuando este 1% ha aumentado sus ganancias en medio de la crisis y con ello la banca. ¿Cuáles serán las políticas innovadoras para solucionar esta problemática? ¡No pretenderán que sean las familias, los colegios, los profesores los llamados a solucionar un problema político-estructural! Quizás sí, nunca está demás que se criminalice y responsabilice nuevamente al pueblo.

Se viene, se viene, el Día del Joven Combatiente

El 29 de marzo se conmemora el Día del Joven Combatiente fecha en la cual la lucha de clases se muestra en toda su radicalidad. Escenas de policías armados hasta los dientes disparando a pobladores, a jóvenes que levantan barricadas desde una perspectiva anti capitalista y anti sistémica inundarán los noticieros.

Para adueñarse de una fecha que no le pertenece, el gobierno de Boric prepara una puesta en escena conmemorativa sobre los acontecimientos que costaron las vidas de los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, ambos militantes del MIR, durante la dictadura. La opción por la lucha armada revolucionaria de los hermanos Vergara Toledo nada tienen que ver con el proyecto burgués-socialdemócrata de Boric, reformista y procapitalista, y más que un homenaje a estos combatientes, la puesta en escena de Boric será una ofensa a la memoria revolucionaria, a la memoria combatiente lo cual bien puede provocar una mayor indignación y ser como tratar de apagar el incendio con bencina.

La crisis se aumenta

Las facciones burguesas en el gobierno se enfrentan a las otras en la oposición en los que se denomina como una enfrentamiento entre izquierda y derecha siendo que ambos defienden los intereses de la clase dominante con matices de diferencias. 

La lucha encarnizada es por el control político, por la administración del capitalismo, por el poder total y quien se impone como la facción hegemónica por los siguientes 30 años. 

De telón de fondo se encuentra la Convención Constitucional donde esta izquierda hippie-progresista ha dado un espectáculo de proporciones al ser incapaz de ponerse de acuerdo entre las diferentes facciones dando un espectáculo ante un pueblo que se sublevó el 2019 con la esperanza de cambiar todo. 

Cada vez son más las voces que anuncian un posible fracaso en la redacción de la nueva constitución capitalista, que no quedaría armónica ni coherente y que ante esta situación los sectores burgueses minoritarios y aquellos que no lograron representación en la convención están levantando de antemano la opción Rechazo en el plebiscito de salida y otros levantando una tercera opción en la papeleta que permita hacer reformas «profundas» a la actual constitución de Pinochet-Lagos.

El pandemonio es casi absoluto. Ni siquiera el Cirque du Soleil con su saltinbanco podría competir con tan nutrido elenco, y con tantas volteretas que se han dado estos «luchadores sociales». 

Revisando la historia del movimiento obrero internacional

Pero todo lo que aquí se relata, sobre los errores, crisis interburgues, pactos entre las diferentes facciones en el poder, intentos por humanizar el capitalismo y de engañar-confundir al pueblo y los trabajadores, no son nuevas tácticas así se ha comportado siempre los sectores entreguistas, reformistas que se visten de transformadores sociales cuando en verdad son lobos con piel de ovejas. Es cosa de revisar la historia del movimiento obrero internacional y nos daremos cuenta que estos personajes han estado siempre ahí, en medio de los trabajadores, haciendo lo que deben hacer: levantando discursos engañosos-atractivos-facilistas, erigiéndose como los reales conductores desde la responsabilidad política, llamando a renunciar a la lucha de clases e imponiendo la conciliación de clases mediante las mesas tripartitas. Anunciando la incorporación de trabajadores a las gerencias de las empresas en un intento de presentar esa medida como una expresión de “control obrero” lo cual a todas luces es falso. Esa es su función, extraviar a los trabajadores de su camino histórico y llevarlos al corral del Estado burgués, de la institucionalidad, de la legalidad burguesa, del sometimiento y de la esclavitud asalariada. Es reemplazar la necesaria conciencia de clase, de su desarrollo, por el síndrome del esclavo satisfecho.

Ante esta situación históricamente conocida y documentada, sólo falta hacer patente el rol de los revolucionarios al interior de los trabajadores, y de los pueblos en su condición, como diría Mao Tse Tung, como “el pez en el agua”. Ante esta situación debemos avanzar en la construcción revolucionaria, construir las fuerzas militantes y político-sociales para sustentar la insurrección necesaria, de concebir todo espacio donde se presente la lucha de clases franca y directa como un territorio con perspectivas insurgente donde el poder popular, el control obrero, vayan de la mano de la democracia popular, la democracia obrera siempre desde la acción directa, siempre desde la insurgencia obrera. Al capital y a los capitalistas no se les debe dar tregua.

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