RAÚL PELLEGRÍN: ESTAMPA DE COMANDANTE Y DE COMUNISTA REVOLUCIONARIO

RAÚL PELLEGRÍN: ESTAMPA DE COMANDANTE Y DE COMUNISTA REVOLUCIONARIO

Este 2023 se cumplen 35 años de la irrupción de la Guerra Patriótica Nacional, GPN, lanzada por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez un 21 de octubre de 1988. La irrupción se llevó a cabo de la única forma que tiene los revolucionarios de hacer claro sus argumentos, es decir, mediante la acción directa. La irrupción se llevó a cabo con la toma simultánea de unidades del FPMR: Pichipillahuen, Aguas Claras, La Mora y Los Queñes. En este último son asesinados los comandantes José Miguel / Rodrigo (Raúl Pellegrín) y Tamara (Cecilia Magni).

La irrupción de la GPN fue en respuesta del FPMR, una vez que se separó del Partido Comunista, ante el viraje estratégico del PC donde asume la salida burguesa a la dictadura y donde este se niega a transformar la lucha antidictatorial en la lucha por el poder de claro contenido anticapitalista y antiimperialista. El Partido Comunista no sólo abrazó la salida burguesa, sino que pronto desplegó su estrategia contrarrevolucionaria al intentar desarticular y desarmar al FPMR y su trabajo militar para facilitar el pacto con los partidos burgueses, algunos de ellos artífices del golpe de estado de 1973.

La separación del FPMR del PC, 1987, no sólo fue un hecho gravitante tanto en la vida del PC como para la izquierda revolucionaria, sino que fue la separación dirigida por Raúl Pellegrín en un rechazo, en los hechos, a la política reformista y revisionista llevada a cabo por el PC para que éste volviera a la zona de confort cuál es el parlamento burgués y la administración del capitalismo imponiendo la conciliación de clases y el etapismo enfermizo.

La separación del FPMR y la irrupción de la GPN sólo fue el fin de la contradicción no resuelta en la conformación inicial del FPMR años antes donde los combatientes internacionalistas chilenos, entre los cuales destacaba Raúl Pellegrín planteaban que el FPMR no fuese un simple aparato armado, sino que fuera el PC en su conjunto, de arriba para abajo, el que asumiera la lucha armada, en su versión de guerra revolucionaria. Sin duda la participación de esos combatientes en la lucha armada centroamericana, el conocimiento de dichas experiencias influyó en esa concepción estratégica. Quizás en ellos también operó lo planteado por el Comandante Marcial, Salvador Cayetano Carpio, en la formación de la FPL o también en el viraje del Partido Comunista de El Salvador donde Schafik Handal hace una ácida crítica al rol de los partidos comunistas latinoamericanos en los procesos revolucionarios de los cuales no fueron parte en su mayoría por lo menos los partidos comunistas herederos de la concepción soviética porque a decir verdad que muchos partidos comunistas maoístas si han impulsado la guerra popular como camino a la revolución socialista. Pero lo que sí no cabe duda, por la instrucción recibida por Raúl en Cuba, es que él debió si conocer la crítica realizada por el Che Guevara a los partidos comunistas en la renuncia de estos a la guerra revolucionaria y su incorporación al electoralismo como a la conciliación de clases.

De esa escuela es Rául Pellegrín. De la escuela de instrucción político-militar en Cuba, de su ejercicio internacionalista en el Frente Sur del FSLN, de su papel fundamental en la construcción del FPMR, de la construcción de la Moral Rodriguista, del rol esencial del jefe revolucionario en la acción directa. En la crítica fraterna, en el convencimiento de la construcción del movimiento miliciano, de la ejecución de la Tesis de los Tres Niveles, de la urgencia por avanzar hacia la toma del poder. En la necesidad de esclarecer que el problema central no era la dictadura ni Pinochet sino el poder. Pero que la transición y la salida pactada era más de los mismo y que la clase trabajadora, el pueblo continuaría siendo explotado y oprimido bajo el mismísimo sistema impuesto por la oligarquía y el imperialismo, pero ahora bajo la ilusión de la democracia burguesa. Tuvo que venir el estallido social del 2019 y todas las revueltas anteriores para que los estruendos de la GNP y los gritos de alerta de Raúl y Cecilia cobraran mucho más sentido en las nuevas generaciones.

El asesinato de Raúl y Cecilia llevó a la dirección del FPMR a señalar posteriormente, y con el tiempo, del fin de la GPN. Esa capitulación no sólo fue muestra de la incapacidad por continuar lo iniciado por Raúl, sino que fue la renuncia absoluta, la constatación de la incapacidad político-ideológica de quienes dirigieron los destinos del rodriguismo de construir esa fuerza revolucionaria, de desarrollar la guerra patriótica, de construir ese movimiento miliciano, de construir los frentes de masas y de avanzar hacia la toma del poder. Ese rodriguismo ya tenía lo fundamental a su haber como es el cariño, la admiración y el respeto profundo del pueblo y de los trabajadores. Sin embargo, el no desarrollo de la GPN, de la continuidad de lo planteado por Raúl sólo nos puede señalar que no es suficiente con la irrupción heroica, sino que también es necesario desarrollar esa lucha ideológica necesaria que combata las visiones reformistas y revisionistas al interior del movimiento armado revolucionario. Raúl en ese sentido encarnó el comunismo revolucionario aquel que no sólo sueña con una sociedad sin clases, sino que está dispuesto a batirse contra los molinos de viento, avanzar a contrapelo y contra la corriente. La GNP y Raúl son entonces parte del comunismo revolucionario.

Pero ese gigante llamado Raúl no sólo se paró sobre su experiencia revolucionaria, sino que se paró sobre los hombros de los gigantes que lo antecedieron. Se paró sobre los hombros de Luis Reinoso, sobre los hombres de Miguel Enríquez, sobre los hombros de Van Giap, del comandante Marcial, sobre los hombres del Che desde los comunistas revolucionarias de siempre y que las nuevas generaciones se niegan a enterrar. Por eso a 35 años de la irrupción y caída Raúl Pellegrín tiene esa estampa de comandante como también de comunista revolucionario. Será tarea de las nuevas generaciones desarrollarla bajos las nuevas condiciones y con una mayor creatividad.

Parafraseando lo que señalara el comandante Tomás Borges en relación a la muerte del comandante Carlos Fonseca Amador: ¡Raúl Pellegrín es de los muertos que nunca muere!

Himno del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, FPMR

Himno del Guerrillero 

CATEGORIES
Share This

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )