CHILE. 2 AÑOS DE AVANCES…HACIA LA RELEGITIMACIÓN DEL ORDEN OPRESOR

El gobierno de lo que fue la pandilla socio liberal avanza si, pero avanza en su proceso de intentar imponer la relegitimación del orden opresivo y explotador que viene siendo impugnado (con diversos niveles de profundización, radicalidad y amplitud), desde el año 2006 aproximadamente.

Este gobierno está cumpliendo dos años desde su instalación y lo hace con un balance en el que intentarán “demostrar” que continúan con lo que llaman “agenda progresista”. Nos dirán que hay leyes mejores y avanzadas. Que la economía se recupera y entra en un ciclo reactivador. Que la educación pluralista mejora el promedio de algún estándar consagrado. Que ahora si hay reconocimiento de la diversidad étnica. Que …

Sin lugar a dudas van a saltar a festinar y ufanarse. Sin dudas la oposición más a la derecha dirá que este gobierno lo bueno que ha hecho es dejar de ser lo que prometieron y avanzar en realismo y responsabilidad republicana.

Sin embargo, para este lado de la trinchera, para quienes vivimos la dominación y la explotación, para la clase trabajadora y el pueblo oprimido, la realidad no se disfraza. La cesantía y la expulsión de largo aliento de la posibilidad de un empleo digno y estable (“desempleo” bordeando 10%, informalidad cerca del 30%, casi la mitad sin siquiera busca empleo); la Salud sigue siendo un privilegio para quien pueda pagar y los salvatajes multimillonarios y escandalosos a las empresas privadas, son moneda corriente (para nosotras y nosotros hospitales precarios, consultorios en abandono y para ellos y ellas millones perdonados a sus Isapres); El wallmapu en permanente estado de excepción y ocupación militar, avanzan los proyectos para tener a los milicos en permanencia en las calles “protegiendo” infraestructura crítica, es decir profundización del estado policiaco.

Todo está hecho para consolidar un orden de abusos y privilegios. En eso están totalmente de acuerdo y lo enmascaran con más fuego artificial que llegada de merca (sin dejar de mencionar que los grandes narcos son socios integrantes del BeP).

Entre ellos (los distintos sectores del mismo Bloque en el Poder), acostumbran a ofrecernos regularmente (sobre todo cuando se avecinan “elecciones”) espectáculos que van entre cachetadas de payasos y “combates” de lucha libre, con sus personajes y sus máscaras, con sus gritos y saltos, con llaves maestras que son una danza de parejas unidas y todo esto buscando alcanzar un mismo fin.

11 de marzo de ritos y ceremonias republicanas, de balances falsos y preparación para el próximo rito electorero. Porque esa es la verdadera pelea que tienen entre ellos. La repartición entre sus facciones de cargos y “autoridades”.

Esta repartición tiene diferentes objetivos. Entre los principales; mantener la apariencia de alternancia entre distintos, distribuir cada cierto tiempo las distintas cuotas de este poder entre las facciones burguesas, regular el conflicto de clases.

En lo inmediato las elecciones de octubre son parte de este proceso, buscan posicionarse en base territorial para las próximas elecciones, son volverán a decir que estas, las de octubre, son fundamentales, una nueva gran batalla (para unos contra el fascismo, para otros contra la izquierda radical). Nada de eso es cierto, pues unos y otros son caras distintas de la misma moneda. Y como el espectáculo tiene que continuar, en juego está quienes de ellos se posicionan de mejor manera para las (oh sorpresa) las siguientes elecciones, las del parlamento y presidenciales. Y de los profundos cambios estructurales prometidos, será para una próxima temporada.

Estos dos años, debemos reconocerlo, han sido de avances en su plan de relegitimación del orden. A través de las trampas constituyentes lograron un importante grado de desmovilización y frustración popular. Sus ideas han recuperado, de manera significativa, terreno en el sentido común, incluso en el mundo popular. La contra ofensiva desplegada desde el 15 de noviembre del 2019, lentamente ha resituado su concepción del mundo. Para botón de muestra la falta de reacción popular ante la imposición de medidas dignas de Piñera y de Kast, la ficción y deseo de “la platita es mía”, limpiado de imagen de los pacos que permite incluso la permanencia de Rosas al mando de esa institución. Todo eso en el baile de máscaras entre el gobierno y su oposición.

Al campo revolucionario y popular estos dos años nos tienen francamente más debilitados, faltos de iniciativa, de ideas y muy fraccionados. Parte importante de lo que se constituyó como militancia popular está desesperanzada, frustrada y adormecida, a la espera de que se les presente una alternativa. Otro sector, entre aquellos que afirmaban que el alzamiento popular de octubre abría una situación revolucionaria y llamaban a lanzarse al asalto al poder, está hoy encerrado en la institucionalidad, de campaña de apruebos a en contras hacia concejalías y alcaldías. Algunos más en la duda existencial, sin decantar por una integración a las instituciones y con una depresiva desconfianza en la construcción de fuerza popular, clasista y combativa.

Quienes nos mantenemos en la decidida opción de luchar a fondo y de verdad contra el capitalismo, no hemos podido ni sabido desarrollar fuerza e ideas para la revolución. Nos mantenemos con orgullo en los principios fundamentales y demostramos convicción estratégica. Existimos en las luchas y en la solidaridad combativa. Sin embargo también vivimos la experiencia del retroceso y la insuficiente propuesta para estos tiempos inmediatos.

Tenemos enormes desafíos por delante, porque mientras tanto el avance de los sectores más reaccionarios se hace evidente. No es ya que veamos venir en un futuro cercano a los fascistas y nacional-populistas (libertarios o conservadores), sus ideas y propuestas ya están aquí, instaladas de manera “suave e institucional” por las diferentes expresiones del bloque en el Poder. Estamos viviendo, después de la ofensiva popular expresada en el alzamiento de octubre, la instalación de la contraofensiva de la reacción.

Tenemos que desarrollar, en articulación profunda y activa, caminos de unidad política y social. Debemos avanzar por nuestro lado en los primeros pasos de constitución de un Bloque Popular y revolucionario, cimentado en estos momentos en la lucha por las reivindicaciones inmediatas, aquellas expresadas claramente en los pliegos desarrollados durante el levantamiento popular. Debemos apañar y hacer crecer la red desde la base de organizaciones populares y de lucha. Articulándonos con audacia y decisión. Debemos romper con el sectarismo y/o conservadurismo que impide la unidad política de quienes queremos avanzar hacia la construcción de la alternativa popular y revolucionaria.

Debemos asumir de profundo desafío de pensar con los pies y el corazón puesto en las luchas de aquí y ahora, construir un programa y un pensamiento para la revolución. Desarrollar una táctica que enfrente los avances de la reacción y prepare los cercanos tiempos de la retoma de la iniciativa y la ofensiva popular.

Debemos reconocer que nuestro andar ofensivo ha sido detenido en estos dos años de gobierno colaboracionista, tanto por nuestros errores y debilidades como por los efectos prácticos de la unidad y consensos entre los defensores (abiertos o encubiertos) del orden de la opresión y la explotación.

Para retomar un camino de avances de la fuerza popular y clasista se hace urgente enfrentar la dispersión, de fuerza y de ideas; con más articulación y unidad, con solidaridad afectiva y con más participación directa en las luchas reivindicativas, con decisión y audacia en la construcción de pensamiento propio. Unir en la lucha y en la organización a los y las verdaderas comunistas, a las y los revolucionarios anticapitalistas, a quienes pretendemos aportar en el camino del poder popular.

No hay tiempo que perder, no hay otro camino que el combate resuelto hacia la organización de la rebelión, no hay otra opción que el desarrollo de un programa por la revolución, no hay más vías que la fuerza integral para vencer.