
CONMEMORACIÓN DE LAS JORNADAS DE MARZO Y ABRIL DE 1962
Voz Oficial del Comité Central del Partido Guatemalteco del Trabajo
Para la crítica
No importa que tu pecho, fuego puro,
estén encarcelando en la cordura:
tú sigues radical, siendo futuro.
Otto René Castillo, 1963
La historia del capitalismo nos condena a un retorno al mismo punto donde se agudizan todas nuestras calamidades, un inmisericorde castigo que solo padece en carne propia y con el látigo más salvaje nuestra clase, la clase explotada y marginal, esta condena –además de la explotación del hombre por el hombre, que es la pena capital que la sociedad capitalista ejecuta en contra de la humanidad– es la de retroceder a cada momento político, ya sea en democracia, dictadura militar, o en la dictadura que es la democracia burguesa a fin de cuentas, hacia gobiernos cada vez más corruptos y desvergonzados ladrones descarados del tesoro público.
En la contemporaneidad supuestamente democrática, como hace cincuenta y nueve años, continúa el ydigorato reencarnado, cada cuatro años, desde 1954 hasta hoy, en la figura de un esperpento enajenado de su personalidad, un criminal, deleznable asesino que gobierna para sí mismo y su séquito, que sigue endeudando por siglos al país de forma descarada y exageradamente corrupta para favorecerse a sí mismo, a su novio y a sus allegados; un presidente que, para sorpresa únicamente de los incautos que votan cada cuatro años, incumple sus promesas de campaña; un presidente que complace a sus financistas del crimen organizado y a las personas a las que se debe, a las bandas de criminales con plazas inventadas cuyo propósito es ejercer funciones útiles solamente para el desvío de fondos públicos para sus arcas privadas.
El pueblo guatemalteco hoy en día se encuentra, a decir del poeta guerrillero Otto René Castillo en su poemario Tecún Umán, con el pecho convertido en fuego puro, sin embargo sigue encarcelado en la cordura conservadora de la superstición no solamente religiosa sino de todo tipo, lo que impide que tengamos colectivamente la combatividad necesaria y el radical espíritu de sacrificio para dar ese muy aplazado, pero inevitable salto hacia el futuro.
Es por este perenne motivo que hoy en día nos sobran las razones para conmemorar la heroica lucha de los comunistas y de la clase trabajadora, quienes se rebelaron en contra de la dictadura de Estrada Cabrera, de quienes tomaron las armas para derrocar al maldito dictador fascista que fue Jorge Ubico, a los comunistas y demás héroes y heroínas de la clase proletaria que iniciaron la resistencia antifascista, lucha que fue llevada a la valiente acción en 1962 de la columna guerrillera denominada 20 de Octubre, comandada por el militar y revolucionario Paz Tejada y compuesta en su totalidad por militantes comunistas, lamentablemente aniquilada el 13 de marzo de ese año en Concuá con el saldo de la mayoría de muertos, detenidos y fugados.
Párrafo aparte merece hablar de nuestra humilde conmemoración de las gestas heroicas de marzo y abril de 1962, estas conocidas ampliamente en el entorno académico por ser gestas promovidas mayormente por estudiantes de post-primaria y universitarios de la ciudad capital para sublevarse contra el régimen militar y corrupto –que en este país son sinónimos– del fascista general Ydígoras Fuentes, otro más de esta larga historia de nulos, sangrientos y fecales de los que nos habla el ilustre escritor guatemalteco Luis Cardoza y Aragón que supo leer con claridad las líneas de la mano de esta entelequia que los residuos fecales de los invasores europeos, que son los oligarcas y sus peores hijos, los militares serviles del imperialismo yanqui nos han heredado por patria. Pero acá también merecen un espacio sumamente especial aquellos militantes comunistas del PGT –partido comunista más golpeado y ensangrentado del continente americano, pero también el más heroico– que dirigieron los sindicatos de la FASGUA, SAMF, etcétera, sus amplias bases y todas las mujeres, niñas, niños y hombres de todas las organizaciones populares y estudiantiles que salieron a las calles a combatir la feroz dictadura militar, especial mención también merece la revolucionaria acción de los proletarios agrícolas que incendiaron los cañaverales de las fincas La cantadora, Las Marías, Mercedes, así como las siembras de las fincas Obraje y Pantaleón.
Hoy día es impensable que como pueblo podamos ejecutar una acción revoluciona pareja y unitaria de la magnitud de las Jornadas de marzo y abril de 1962 porque seguimos pensando en un paro nacional promovido desde las cúpulas dirigentes de movimientos retrógradas auspiciados por el imperialismo financiero, porque seguimos esperando que el salvador supremo aparezca como jinete montado en caballo blanco en la figura de un presidente/a de «centro derecha» o «centro izquierda» que es la misma derecha asesina a fin de cuentas.
Hoy recordamos a Víctor Manuel Gutiérrez, quien nos dijo acerca de esa gesta de marzo y abril de 1962: «La lucha sigue abierta». En Guatemala, como en todo el mundo solo seremos capaces de combatir esta fatalidad y de lograr una completa emancipación cuando entendamos que es la clase explotada y marginada con la dirección de su vanguardia la única que puede auto liberarse porque es la única que conoce dónde tiene puestos los grilletes que la aferran a sus cadenas, es por eso que, pese al pesimismo de esta realidad concreta, somos optimistas y compartimos lo dicho por el poeta comunista Otto René Castillo en su poemario Tecún Umán, escrito en honor a los caídos y a todas las personas que con alto sacrificio combatieron a las huestes militares de Ydígoras: «Pero no mueren nunca las protestas, / oh, mi padre social, mi gran alado, / cuando del pueblo nacen en las gestas». El comité de redacción de La Chispa, voz oficial de los Comités Autónomos de Autodefensa Integral, conmemora esta importante fecha, convencido profundamente que:
La lucha continúa…
Por Guatemala, la revolución y el socialismo.
Por: Miguel Tintero.
Artículo aparecido el 25/04/21 en:
https://www.gazeta.gt/conmemoracion-de-las-jornadas-de-marzo-y-abril-de-1962/