
AL MÁRTIR, VÍCTOR MANUEL GUTIERREZ
Voz Oficial del Comité Central del Partido Guatemalteco del Trabajo
Para la crítica científica.
Pero el pueblo de Guatemala, que sabe resistir con paciencia,
sabe también estallar indignado para defender sus más caras aspiraciones.
Víctor Manuel Gutiérrez. Guatemala contra Ydígoras, citado en
Factor Méndez (Comp.), 50 años. Jornadas patrióticas de Marzo y Abril de 1962. Guatemala: Flacso, 2012, p. 62.
El camarada Víctor Manuel Gutiérrez Garbín es un acontecimiento vital de los más relevantes en un país tan triste y pobre como el nuestro. Ante todo, porque debido a su vocación magisterial la Comisión Política del Partido Guatemalteco del Trabajo continúa hoy día sobreviviendo con dignidad a todos los crueles embates del monopolio de la violencia estatal, ostentado por las clases dominantes en nuestro país.
En esta ocasión, se ofrece un modesto homenaje a un valiosísimo patriota guatemalteco, un hombre de los mejores hijos del pueblo. Su vida la consagró por entero a la lucha por la revolución guatemalteca y por la instauración del comunismo en Guatemala, cuya connotación no es utópica, sino más bien la certeza de que el esfuerzo de los comunistas en nuestra patria aporta al esfuerzo por la conquista total del mundo en aras de la abolición de las clases.
Los ecos de sus sinfónicos discursos y su magistral oratoria didáctica y pedagógica resuenan en la actualidad contemporánea en la mejor tradición oral de los comunistas, a quienes desde la juventud con actitud fraternal formó y en quienes todavía sobrevive el espíritu de combate y sacrificio de este gran y verdadero maestro popular.
Comunista como pocos ha habido en la historia de Centroamérica y del continente, y cuya honestidad impecable nos hace reflexionar sobre la modestia de su emblemática figura. Además, nos indigna fatalmente lo vilipendiada que ha sido su figura y con tan grotesca saña por los indignos «comunistoides», quienes han hecho de él un trampolín para saltar hacia posiciones políticas traidoras de su verdadero contenido clasista y revolucionario.
Esta lumbrera del pensamiento marxista latinoamericano fue también un dirigente magisterial histórico, fundador del Sindicato de Trabajadores de la Educación en Guatemala (STEG). Este momento de su vida es uno de los más relevantes y el que se suma a la crítica contemporánea, porque en el momento de su fundación, el sector más proletarizado de los sectores asalariados y de la pequeña burguesía (maestros, estudiantes y universitarios) gozaba del respeto profundo de todos los sectores populares de Guatemala. Hoy, por medio de la cooptación, los corruptos y agentes de la derecha fascista del país han usado el sindicato fundado por él en beneficio de sus intereses criminales, lo cual ha minado todo ese respeto y ha llevado una lucha tesonera a la deriva y en contra de la misma clase obrera, aislándose de toda posibilidad de coalición para la transformación revolucionaria.
A quien hacemos honor es a uno de los dirigentes de la clase obrera más importante que tuvo Guatemala en la época de la Revolución del 20 de octubre de 1944. Fue el dirigente más destacado de la primera Confederación General de Trabajadores en Guatemala (CGTG) e inmediatamente se incorporó a las filas del Partido Comunista de Guatemala (PCG).
En el segundo congreso del posteriormente llamado Partido Guatemalteco del Trabajo es electo como miembro del Comité Central, en 1952. Además, en ese mismo año fue electo por voto popular como diputado al Congreso Nacional, convirtiéndose en el primer diputado más joven y en verdadero padre de la patria.
Su lucha no solo se circunscribe a la lucha economicista por aumentos salariales, sino que también en un verdadero ejemplo de cohesión de las clases explotadas de Guatemala y su unidad en la lucha por la revolución. En una ocasión llegó a interpretar la necesidad del proletariado agrícola expresando la histórica consigna «Sin tribunales se puede vivir… pero no se puede vivir sin tierra».
Es ese espíritu solidario y de sacrificio el que es digno de un comunista guatemalteco, como buen marxista supo entender la realidad concreta e interpretar las necesidades de un pueblo agobiado por los embates del imperialismo y de las clases terratenientes retrógradas que parasitan de la fuerza de trabajo y de la depredación de la ecología de nuestra geografía.
Su eco resuena hoy en la práctica revolucionaria que nos legó su teoría y praxis política marxista con la creación de la Escuela Marxista Juan Pablo Wainwright, la cual pretende seriamente ser la continuidad de la heroica Escuela Claridad, clausurada por el anticomunismo liberal del igualmente anticomunista Juan José Arévalo. A pesar de que algunos innombrables pequeñoburgueses traidores y hoy día supuestos socialdemócratas han querido comerciar con su memoria, nosotros lo reivindicamos y hacemos nuestro su ideario clasista.
En 1962, supo comprender que las Jornadas Patrióticas de Marzo y Abril fueron más que una lucha estudiantil, ya que existía una correspondencia con los demás sectores y clases explotadas de todo el país, por ejemplo, las valientes acciones subversivas del proletariado agrícola en los ingenios del interior de la República.
En aquel entonces, deja claro que no basta con estas explosiones de lucha, y erige la histórica consigna «La lucha continúa abierta». De tal forma dejan en claro que la tarea de los marxistas guatemaltecos es estar a la vanguardia de la lucha y la autodefensa armada (filosófica, política y económica) que lleve a las clases explotadas del país que resisten pacientemente, haciendo alusión al epígrafe de este editorial, hacia la rebelión indignada y despiadada contra la dictadura del capital y el imperialismo para defender sus más queridas aspiraciones.
En 1966, en la fecha del 3 de marzo, se entrega al martirio más cruel, ya que fue capturado y apresado ese mismo día junto a aproximadamente otros 28 camaradas que también fueron vilmente torturados y cobardemente asesinados.
Gracias a la magnífica tradición oral del PGT sabemos detalles de su tortura y su paradero posterior. Su vida, la flor más roja del proletariado guatemalteco, es ejemplo de amor a la sabiduría, el heroísmo, la valentía, la inteligencia, la modestia y honestidad.
Su ejemplo de dignidad nos alienta a continuar la férrea lucha
Por Guatemala, la revolución y el socialismo.
Artículo aparecido el 05/02/23 en: