CHILE Y LA GUERRA CONTRA LOS ESTUDIANTES SECUNDARIOS
La juventud siempre ha sido uno de los sectores que ha logrado siempre, a lo largo de la historia, incomodar al poder y especialmente la juventud popular. Los escolares por definición son irreverentes, rebeldes y revolucionarios cuando la paciencia se acaba y cuando despiertan del largo sueño que le impone la clase dominante mediante su ideología y educación donde los profesores son los perpetuadores del sistema de explotación capitalista, de su moral e ideología. Ellos trabajan moldeando la conciencia fértil y creativas de los escolares para que ellos se inserten cual borregos a la sociedad y la acepten tal cual está y tal cual viene. Así la educación está hecha para la uniformidad y el diferente, en especial el rebelde y revolucionario, es reprimido con todas las fuerzas que el Estado Burgués le confiere a los establecimiento partiendo de la mayor represión, invisible, como es aquella que esconde las mallas curriculares, los planes y programas como las leyes de educación que rige todo ese entramado desde la sala cuna hasta la educación superior. Pero el sistema no puede dominar todo y siempre hay quienes se escapan de esa dominación o simplemente se resisten a ser ovejas, corderos, ganados a ser llevado al matadero a ser convertido en carne molida, en mano de obra barata.
La dictadura militar-burguesa en Chile se descargo contra los estudiantes de enseñanza básica y media, como también de educación superior. Crímenes sobre los cuales reina hasta el día de hóy la impunidad quizás porque no constituyen casos emblemáticos de crímenes contra la humanidad y del terrorismo de estado. 307 niños y adolescentes en total.
Pero la mal llamada transición a la democracia no fue un camino de rosas. Desde 1988 hasta el 2025 se cuentan 136 personas asesinadas por las fuerzas policiales terroristas-agentes del estado entre los cuales se encuentran niños y adolescentes. Sobre esta verdadera guerra sucia de la transición también existe un manto de impunidad donde la Concertación, la Nueva Mayoría y la derecha fascista prefieren, en conjunto, mirar para el cielo y jugar al «empate moral».
Las alertas se prendieron cuando el 2006 los escolares se alzaron por sus justas demandas para volver hacer lo mismo el 2011 con mayor fuerza, rebeldía y masividad. Pusieron sobre el debate nacional el fin de la educación de mercado cosa que sus maestros calientitos en su zona de confort fueron incapaces de hacer, claro son parte fundamental del sistema. Solamente el 2011 fueron expulsados 3000 estudiantes secundarios por tomas y protestas al interior de los establecimientos educacionales. El Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH, de ese mismo año dio a conocer informes de graves violaciones a los derechos humanos por parte de la fuerza policial-terrorista que van desde violencia innecesaria, abusos sexuales hasta torturas o secuestros de escolares. Todo bajo el gobierno de la «mami» Bachelet. También esos crímenes cometidos por agentes del esatdo quedaron impunes.
Como derivado del estallido social donde la juventud popular cobró casi todas las cuentas pendientes siendo para esencial de la protesta y del ejercicio de la violencia popular, la clase política reaccionó a tiempo, y agilidad, imponiendo y aprobando la mayor cantidad de leyes represivas contra este pueblo ampliamente movilizados. Si antes del estallido habían avanzado en la criminalización de la protesta social y de la juventud mediante la detención por sospecha, control de identidad, delación compensada y avanzado en el Estado Policial mediante el desarrollo de la Doctrina de Seguridad Ciudadana plagando de cámaras las principales avenidas e imponiendo aquello de «pueblo contra pueblo», ahora era necesario dar forma al nuevo enemigo interno que había que combatir al más puro estilo de la Doctrina De Seguridad Nacional, los Conflictos de Baja Intensidad, la Guerra Psicológica y cuanta otra porquería sacado de algún manual yanki.
Fue desde el estallido en que el parlamento aprobó la ley anti barricada, la ley anti saqueos, la ley que penaliza las bombas molotov y el corte de calle pero era insuficiente. La contrainsurgencia había que llevarla a estadios superiores. Aprobaron la ley Aula Segura y Anti Tomas contra el movimiento estudiantil secundario. Ahora quieren rebajar la edad de responsabilidad juvenil a 12 años. Quieren permitir la tortura y el gatillo facil desde la Reglas de Uso de la Fuerza (RUF). Han incorporado el Derecho Penal del Enemigo a los reglamentos de convivencia escolar inventado falsas pruebas, «debidos» procesos que en nada respetan los derechos elementales del acusado (estudiante) y donde este carece de todos los elementos para su legítima defensa. No existe la presunción de inocencia, las atenuantes o la irreprochable conducta anterior. Los derechos fundamentales se los pasaron por buena parte.
Pero como dice la ley de Murphy, si algo ha salido mal preocúpate porque ya puede empeorar. Y de hecho la situación represiva-contrainsurgente ha empeorado contra la juventud y escolares. Boric no contento de aprobar 58 leyes represivas ha aprobado la nueva ley anti terrorista y la creación del nuevo y siniestro Ministerio de Seguridad Pública una verdadera Gestapo. Parlamentarios de gobierno se han mostrado favorable para desarrollar redes de espionaje y de soplones al interior de los colegios al igual que lo hiciera Pinochet en su dictadura. Han exigido que las policías puedan interferir los celulares de los estudiantes que sean parte de los colectivos que llaman a las movilizaciones y tomas. Han llevado la guerra interna a los colegios.
Pero este artículo pudiera ser para algunos pura palabrería, o acusaciones falsas de algún opositor radical a este gobierno imbécil que encabeza Boric, entonces, escuchemos los siguientes testimonios de padres y apoderados de estudiantes secundarios.
https://web.facebook.com/reel/588103107069309?locale=es_LA
Para pensar, rebelarse y continuar la lucha
