CHILE. LA INFANCIA PROLETARIA CON CUCHILLO EN MANO
La prensa oficial, la élite y el gobierno se han horrorizado. Las imágenes de niños, menores de edad en el centro de Santiago, capital de Chile, en el Paseo Ahumada. Estos dos niños, ambos con cuchillos en mano, defienden a su madre que reclama el derecho a vender sus productos en pleno centro. Esto se da también en la más masiva ofensiva de parte del gobierno de Boric contra el comercio ambulante, es decir, contra el empleo informal y precario que sólo busca sobrevivir ante una situación de pobreza y marginalidad que sólo el capitalismo es capaz de generar.
El sacar de las calles a los vendedores ambulantes es otra expresión de aquello de “combatir la pobreza”. Claro se combate con la represión, la cárcel y las campañas mediáticas a sabiendas que al sacar a estos vendedores quienes ganan son precisamente las grandes tiendas que recuperan un nuevo mercado y consumidores. Este combate a la pobreza no es más que el beneficio del gran capital de la mano de un gobierno progresista.
Todo ello bajo el discurso que detrás de esos vendedores ambulantes habrían mafias organizadas, crimen organizado y largo discurso lleno de adjetivos y conceptos tendientes a criminalizar a un sector del pueblo que busca su sustento, sobrevivencia.
Los medios ponen el grito en los cielos por estos dos niños con cuchillos en mano se defienden y luchan por su vida. Sin embargo, las autoridades y sus medios de desinformación nada hacen ni nada dicen sobre las condiciones miserables de la niñez pobladora, marginal, pobre e indigente. Nada dicen sobre los abusos, asesinatos, prostitución y tortura como tráfico de órganos que fueron objeto los ñiños del Servicio Nacional de Menores, hoy Mejor Niñez, que a pesar de la abundancia sobre estos crímenes de estado estos se han mantenido en la más completa impunidad y las empresas colaboradoras siguen siendo las misma aunque fueron ellas las responsables de dichos crímenes. Sigue el negociado.
Si fuera que el estado tiene una real preocupación por la niñez y adolescencia, por los derechos humanos de ellos, no se explica el proceso de militarización de los establecimientos educaciones, el allanamiento de los cuales algunos de ellos han sido objeto, el terrorismo policial que se ha aplicado contra las manifestaciones de estudiantes secundarios. Para el gobierno de Boric eso no es vulnerar los derechos de los niños sino combatir el terrorismo. Si a esto agregamos el abandono de la educación pública, lo millones que el gobierno y el estado sigue entregando a la educación privada en desmedro de la educación pública, los altos grados de segregación educacional y los bajos aprendizajes entonces tenemos que la niñez proletaria está abandonada a su propia suerte.
Si volvemos a la imagen de estos menores con cuchillos en mano nos daremos cuenta que, a pesar de la imagen y el impacto que puede causar en muchos, estos niños sólo responden a una sociedad y sistema que los ha violentado desde el vientre materno. Su conciencia de marginados los obliga a recurrir al uso de la violencia ante una historial de violencia contra ellos y por qué no podría ser así si de lo que se trata es defender la vida propia y la vida se defiende teniendo acceso a la comida ya que el hambre no sólo es violenta sino también asesina.
El sistema capitalista crea sus propios sepultureros. Eso ya lo dijo Marx y respondiendo a la pregunta de Proudhon, “Qué es la propiedad?” el mismo Proudhon responde: “La propiedad es un robo”.
Para la infancia proletaria, para la infancia marginal sólo le está reservado dos posibles destinos: la delincuencia o la guerrilla. Convertirse en delincuente o en revolucionario. Ambos como parte del pueblo pobre enfrentarán al mismo estado que los quiere presos o muertos. Ambos aplicarán la violencia contra quien los someten. El primero para satisfacerse a sí mismo y el segundo para hacer la revolución y liberar a los explotados y oprimidos.
Es increíble como dos menores de edad con cuchillo en mano son capaces de sacar de su zona de confort a la élite, a la clase dominante, política-empresarial y a sus medios de desinformación. Quienes hasta ayer no existían, no tenían rostros, ahora gracias a esos cuchillos amenazantes en manos de menores proletarios, existen, tienen rostro, edad, necesidades y marginación. Serán convertido en tema de los matinales, de rating por algunos días y semanas, para luego ser escondidos, ocultos perdiendo ante la “sociedad civilizada” su identidad, sus edades y necesidades. Todo seguirá como siempre y los capitalistas continuarán sus buenos negocios y estos eliteros volverán a sus zonas de confort y los nadie a sus zonas de marginación. El hambre tiene rostro de muerte pero también de odio y de venganza.