PRT-ARGENTINA. FRENTE AL CIRCO ELECTORAL: DEMOCRACIA DIRECTA DESDE LAS BASES
Comentario Previo
La democracia burguesa (representativa, formal, de seguridad nacional) se muestra cada vez más como decadente y falsa. Esto porque con cada crisis del capitalismo o con la profundización y agudización de la actual, queda más que claro que nada sirve depositar el papelito en la caja si es que no se soluciona lo fundamental , cual es, la superación del capitalismo y de su Estado opresor más aún si las alternativas son sólo representantes de los intereses de la clase dominante, aunque se presenten más a la izquierda o más a la derecha.
La clase trabajadora debe comprender que sólo debe confiar en la clase trabajadora misma. Debe avanzar en consciencia y en organización, en lucha y unidad, que lo central en avanzar hacia la toma del poder para lo cual no sólo debe construir sindicatos para el combate, desde la base sino que también debe avanzar en la construcción del instrumento revolucionario.
El análisis de la situación actual nos la entrega los compañeros del PRT en su revista El Combatiente. El presente articulo lo reproducimos en forma íntegra por lo acertado del mismo como también por los momentos cruciales que vive el combativo pueblo argentino.
A continuación el artículo:
No ir a votar es la mejor de las expresiones abstencionistas, por más que sea una herramienta que se puede utilizar sólo ese día (el de la votación) y que no resolverá los problemas de fondo que tenemos como pueblo trabajador. Por eso, así como golpeamos con cada demanda los planes de la clase ene- miga desde nuestros lugares de trabajo, buscando politizar la lucha económica, el desafío que tenemos en estos momentos es hacer consciente ese «no voto» y no verlo pasar como una expresión espontánea de las masas.
Corno lo venimos planteando, la crisis capitalista en Argentina está enmarcada en el proceso mundial. Como nunca antes en la historia del modo de producción capitalista, se pone blanco sobre negro que la condición ineludible para sostener la rueda de acumulación y reproducción ampliada del capital requiere de la destrucción permanente de fuerzas productivas, acompañado de un ataque directo a las conquistas y derechos de la clase obrera y demás sectores explotados y oprimidos. No tienen margen para otra política.
Como lo padecemos a diario, el deterioro de las condiciones de vida de las masas trabajadoras aumenta en directa proporción a la aplicación de los planes de la burguesía monopolista, centrado en el ataque al salario, el aumento de la explotación y la suma de beneficios de todo tipo para los negocios de los monopolios.
Una verdadera amenaza sobre la vida de millones de hogares proletarios. No sólo tenemos que hacer malabares para sobrevivir con salarios miserables; nos golpea una situación de total in defensión en los más diversos aspectos de la vida social. Esto trae aparejada una crisis social de profundidad inédita, con efectos que abruman a millones decompatriotas.
En este marco (y como lo ha hecho a lo largo de estos casi 40 años de democracia burguesa) la clase que detenta el poder intenta que el circo electoral les arrime algo de “aire fresco” en semejante tormenta.
Pero las próximas elecciones no despiertan absolutamente ningún entusiasmo en el pueblo, cansado (y asqueado) de promesas y “males menores», hay apatía y ninguna expectativa en que las cosas mejoren. Ya se sabe que la política económica que aplicará cualquiera que “gane” será la misma en cuanto a mayores beneficios para el gran capital, garantías jurídicas para la explotación de recursos naturales, flexibilización de condiciones laborales, achique del gasto social, etc.
Por otro lado, ellos ya saben que el candidato que prevalezca en los números y asuma las funciones de gobierno lo hará desde la ilegitimidad que significa la democracia representativa y la debilidad en los porcentajes reales de votos, lo que dificultará más aún aplicar las políticas que necesitan en un momento de crisis como este.
Por eso, desde sus diversas usinas ideológicas la burguesía pone en marcha una iniciativa política para atacar la política del proletariado de darle la espalda a las elecciones burguesas, planteando, justamente, que no votar es la “antipolítica”.
Cuando en realidad es una forma avanzada de plantarse frente a una institucionalidad que está destruyendo nuestras vidas. Esa acción les duele y los debilita más aún.
En las elecciones provinciales que se han venido sucediendo este año, puede verse cómo han aumentado las distintas expresiones de abstencionismo electoral (definición que incluye el no ir votar, el voto en blanco y las impugnaciones). Esto constituye un golpe a la burguesía, no solo en términos ideológicos, sino también políticos: no es lo mismo que el 15% del padrón se abstenga, a que lo haga un 50%.
En este sentido nuestro Partido considera que el ausentismo expresa un nivel de ruptura mayor con la institucionalidad burguesa. Consideramos que no ir a votar es la mejor de las expresiones abstencionistas; por más que sea una herramienta que se puede utilizar sólo ese día (el de la votación) y que no resolverá los problemas de fondo que tenemos como pueblo trabajador.
Por eso, así como golpeamos con cada demanda los planes de la clase enemiga desde nuestros lugares de trabajo, buscando politizar la lucha eco nómica, el desafío que tenemos en estos momentos es hacer consciente ese “no voto” y no verlo pasar como una expresión espontánea de las masas.
Nuestra acción política debe contemplar la coyuntura electoral, pero a la vez excederla, con la convicción que solo la profundización de la lucha de clases puede fortalecer la ruptura con el parlamentarismo burgués, se presente con el ropaje quesea.
El abstencionismo no es un fin en sí mismo, sino en un medio más de lucha. Y en este sentido, agudizar la lucha de clase es la mejor forma de que crezca el abstencionismo, y no al revés.
La pelea de fondo de clase contra clase seguirá por sus carriles históricos. Las y los revolucionarios debemos tener claro que lo que hagamos debe servirnos para acumular fuerzas reales y para que la clase obrera avance en conciencia.
Cuando “en paralelo” a todo esto la lucha de clases en nuestro país no cesa, es necesario afirmar que en el marco de resistencia que vienen llevando adelante sectores de las masas obreras, nuestras tareas principales siguen estando en la construcción en la clase de vanguardia.
Si asumimos que todavía la clase obrera no tiene las condiciones de levantar su propio programa político que enfrente el programa de la burguesía monopolista, y sin embargo las luchas que se dan en el plano de la resistencia ahondan la crisis política de los de arriba, debemos concluir en la necesidad imperiosa por politizar la lucha que la clase y otros sectores vienen presentando.
Esto implica tener una cada vez mayor independencia política (tanto en las propuestas como en las metodologías); redoblar el debate político e ideológico con las avanzadas obreras al mismo tiempo que tomamos iniciativas que ayuden a organizar las fuerzas políticamente; a partir de las demandas concretas, pero sin quedarnos en ellas sino además desplegando tácticas que contengan el objetivo político a alcanzar en cada caso.
Hacer consciente que las metodologías de lucha que impulsamos desde la democracia directa deben ser las mismas para desarrollar la confrontación política con el sello de la clase, en donde las decisiones y la ejecución de las mismas estén en manos de las propias obreras y obreros que se pongan al hombro la construcción de sus herramientas, incluido por supuesto, su partido revolucionario, el PRT.
Hay que politizar el enfrentamiento clasista. Las dificultades siguen siendo muchas, sin embargo, el terreno se hace cada vez más propicio dadas las condiciones de vida objetivas que se deben enfrentar. Las masas trabajadoras esperan eso, explicaciones y respuestas políticas que despejen la espesa maleza de una vida indigna.
Propongámonos derribar las vallas que impiden el avance de la conciencia política de las masas obreras, en un camino simultáneo de avance hacia la conciencia revolucionaria de las vanguardias que permitan disputar y ejercer la dirección política de todo el movimiento.
Para seguir leyendo.
El Combatiente
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Página oficial Partido Revolucionario de los Trabajadores
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