COMENTARIO. LAS COINCIDENCIAS NO EXISTE. ES EL MISMO SISTEMA CAPITALISTA
Siempre es un placer leer documentos y declaraciones claras, precisas y apegadas a la realidad. Es un placer porque, al verse uno reflejado e interpretado por el o los autores, uno se da cuenta que uno no está solo en este mar humano, en esta sociedad de clases mundial y que somos muchos que percibimos la realidad de una misma forma partiendo también desde nuestra propia particularidad.
Los compañeros de Reconstrucción Comunista (Uruguay) han publicado en su página web «Declaración del Comité Central de Reconstrucción» (25/10/22) en relación a la realidad uruguaya.
Al leer el texto sorprende enormemente la gran similitud de lo que ocurre en Uruguay y lo que ha estado ocurriendo en Chile desde los 90s. Las mismas políticas capitalistas con sus mismas y fatales consecuencias para los trabajadores. Los mismos oportunistas, vacilantes y conciliadores aquí como allá defendiendo el mismo sistema capitalista. Las mismas luchas y debilidades, la misma dispersión y actitud confesional.
La única explicación para tan grandes similitudes, y muy posiblemente se de en el resto de los países latinoamericanos, como en otras latitudes, es que nuestros pueblos están sometidos bajo el mismo sistema capitalistas, las mismas recetas y ajustes como las mismas lógicas de las respectivas clases dominantes. Es como si hubiera una especie de gobierno mundial al cual muchos identifican como imperialismo que desde la metropolis imponen a sus súbditos el camino a seguir. Al ser así, las coincidencias no existen ni tampoco las sorpresas sino que es el mismo monstruo bajo diferentes banderas nacionales y dentro de diferentes fronteras a la cual llaman naciones. Es el mismo subdesarrollo, el mismo neocolonialismo y globalización que afectan a estos pueblos. Es por ello la importancia de aprender de las experiencias, y reconstrucciones, de otros, de nuestros hermanos y hacer todo lo posible para también analizar la realidad desde el mismo prisma, socialismo científico, cooperar con los otros movimiento de otras latitudes, internacionalismo proletario, y avanzar hacia un mismo objetivo, la liberación de la humanidad.
Aquí dejamos la declaración de los compañeros.
http://reconstruccioncomunista.uy/?p=220
Pero eso no es todo.
En el diario oligárquico-fascista chileno, El Mercurio, en su primer cuerpo, Internacional, publica un artículo denominado «Los presidentes latinoamericanos al pizarrón» (Eva Luna Gatica, 31 de diciembre, 2022). Este artículo se centra en el apoyo, desde encuestas públicas que tienen algunos presidentes latinoamericanos. En la infografía se señala que:
Tendencia | País | Presidente | Apoyo Actual |
Progresista | Argentina | Alberto Fernández | 17% |
Progresista | Bolivia | Luis Arce | 38% |
Reaccionario | Brasil | Jair Bolsonaro | 38% |
Progresista | Chile | Gabriel Boric | 30% |
Reaccionario | Colombia | Iván Duque | 48% |
Reaccionario | Ecuador | Guillermo Lasso | 13% |
Progresista | México | Andrés M. López O. | 60.4% |
Progresista | Perú | Pedro Castillo | 26% |
Progresista | Venezuela | Nicolás Maduro | 26% |
(cuadro realizado por RPI)
Según el artículo la baja de apoyo, a excepción de Andrés López Obrador e Iván Duque, se debería a la guerra en Ucrania como a los problemas internos pero lo interesante del caso es que los presidentes que se mencionan abarcan espectros políticos nominalmente diferentes que nosotros agrupamos en el campo Progresista y Reaccionario sin embargo en ambos casos los presidentes bajan considerablemente su apoyo ciudadano en relación al apoyo que tenían cuando asumieron.
Si bien los acontecimientos internacionales, la disputa inter imperialista y las diferentes expresiones de la guerra entre los polos imperialistas afecta sin duda a las economías dependientes, los asuntos internos como llama la prensa oficial se refiere a la lucha de clases en términos marxistas. Por lo tanto, la baja de apoyo es consecuencia de cómo la lucha de clases se expresa y se agudiza y como el capitalismo en esas naciones entra también en crisis. Lo importante es constatar que cuando se habla de apoyo «ciudadano» se está hablando en como la clase burguesa y la clase proletaria expresa su apoyo político a los diferentes gobiernos.
Es normal que los gobiernos reaccionarios bajen su apoyo considerablemente porque la clase trabajadora, el pueblo pobre de la ciudad y del campo no se ven reflejado, sino explotados, por el capitalismo, por la sociedad de clases y donde ellos están condenados a la etenización de la miseria y esclavitud. Y son los gobiernos reaccionarios-burgueses los que han demostrados históricamente los mejores administradores de su propio sistema de dominación. Por lo tanto, la baja de apoyo «ciudadano» es la quitada de apoyo proveniente de la clase trabajadora, del proletariado y desde los pueblos.
Sin embargo, cuando esa baja de apoyo se da en relación a los gobiernos y coaliciones que se denominan progresistas o izquierdas y que por lo tanto se supone que defenderían los intereses del proletariado y pueblos en contra de los intereses de clase de la burguesía / oligarquía, entonces, esa baja de apoyo a estos gobiernos se debe al mismo motivo anterior.
El proletariado y los pueblos no son imbéciles ni interdictos. Saben por su propia experiencia de vida, de explotación y miseria que quien administra el capitalismo sin la intención de transformarlo no es confiable y de ellos poco o nada se puede esperar. Los progresistas se han dedicado a administrar el capitalismo, y a intentar vanamente en humanizarlo, en darle un rostro humano a un monstruo depredador.
Por más que los progresistas intenten negar la lucha de clases esta se encarga de hacerse notar y de cobrarle a ellos mismos las cuentas pendientes mediante estallidos sociales violentos y masivos o con la baja de apoyo en las encuestas que es otra expresión del estallido social y descontento en forma pasiva.
La baja de apoyo a los gobiernos capitalistas-burgueses, en general, y hacia los gobiernos progresistas, en particular, es expresión de esa lucha de clases y también un distanciamiento de parte de los trabajadores hacia ellos en lo que se puede interpretar como el inicio de la recuperación de la independencia de clase que para ser completa y definitiva falta el concurso de un proyecto revolucionario enraizado en la clase misma.
Al ser tanto los gobiernos reaccionarios como los progresistas defensores del mismo modelo y de los mismos intereses de la clase dominante, al ser ambos representantes de la misma, los trabajadores no deben aceptar chantajes para limitar su organización autónoma y su lucha frontal contra esos gobiernos de clase dominante.
No importa quién gobierna sino lo que importa es a qué clase benefician sus políticas, esto es, a burgueses o proletarios.
No importa quién gobierna lo que importa es qué clase se beneficia en la salida a la crisis capitalista que estos gobiernos imponen.
No importa quién gobierna, si reaccionario o progresista, si defiende el capitalismo, si lo quiere humanizar, si defiende los intereses de la burguesía, y si después es derrocado, que no esperen que los trabajadores salgan a defenderlo porque ese derrocamiento será consecuencia de las contradicciones al interior del bloque de poder dominante del cual ambos, reaccionarios y progresistas, forman parte.
No importa quién gobierna, si es reaccionario o progresista, si es capitalista, entonces, la rebelión, la revolución y la insurrección se justifican.
NOTA. Este artículo apareció en la sección América Rebelde de RPI, medio a asociado con América Rebelde, el 31 de diciembre, 2023