
BRASIL. LULA: LA BANCARROTA DE LA SOCIALDEMOCRACIA Y PROGRESISMO
La socialdemocracia nos tiene ya acostumbrados a su decadencia. Si ya hace rato asumió por completo el programa de la derecha fascista en cuanto al neoliberalismo, también hace ya rato ha hecho también propia toda la estrategia contrainsurgente y las estrategias militares emanadas desde Estados Unidos como fuerza hegemónica imperialista. Ha sido injerencista en los procesos populares, ha cooperado a la intensificación del bloqueo en Cuba y de la guerra económica en Venezuela como también ha cooperado poderosamente en la prolongación del colonialismo y el neocolonialismo de los pueblos pobres del mundo junto con extender el saqueo a estos pueblos ahondando también el intercambio desigual y la dependencia económica barriendo con ello todo vestigio de independencia y soberanía.
Pero eso no es todo. Lo más indignante es ver como los socialdemócratas subdesarrollados vestidos de progresistas se visten con ese ropaje decandente.
Si Ricardo Lagos reconoció a las fuerzas reaccionarias que le dieron el golpe de estado a Hugo Chávez como un gobierno legítimo, si Bachelet impulsó la creación el Grupo de Lima contra la revolución bolivariana, si Gabriel Boric ha hecho todo lo posible por ser el perro faldero del imperialismo haciendo suyo el discurso yanki sobre derechos humanos condenando a Cuba, Nicaragua y Venezuela rompiendo con el principio básico de no intervención en los asuntos internos y a la vez condenando a Pedro Castillo por su «intento de golpe», ahora es el turno de Lula.
Lula ha reconocido y apoyado al gobierno de facto de Dina Boluarte. Para Lula pareciera no importar los más de 50 asesinatos cometidos por el estado terrorista de Perú, los centenares de nuevos presos políticos, la sistemática violación a los derechos humanos y de las masivas manifestaciones que se han llevado a cabo en Perú por parte de los pueblos, la clase obrera peruana. Para Lula eso no importa.
Este apoyo de Lula a DinaAsesina cobra mayor importancia después de que el mundo viera cómo las fuerzas fascistas en Brasil invadieran la sede de gobierno en un claro intento de golpe contra él mismo. En esa oportunidad los pueblos en lucha, incluso el pueblo peruano en las calles y masacrado, no dudó en repudiar el fascismo en Brasil y mostrarse solidario sin embargo como digno representante de una de las facciones de la clase dominante hace todo lo contrario. Le da un portazo al pueblo peruano groseramente.
Por más que Lula tenga un pasado obrero, en el movimiento sindical brasileño, lo claro es que el Lula político-presidente nada tiene que ver con la clase obrera, con el proletariado internacional, con la gestación de un movimiento obrero revolucionario sino que rema en sentido contrario al igual que lo hace el conjunto del progresismo de Tercera Vía o como bien algunos lo definen como Derecha Roja.
Cada vez queda más claro que en el progresismo, los trabajadores y los pueblos, no pueden confiar simplemente porque es otra expresión más de la clase dominante, de la ideología dominante y como se ha visto siempre como instrumento servil a los intereses imperialistas.
Si bien Pedro Castillo también es parte de ese progresismo decadente y de bancarrota que en su corto período ante las amenazas de la derecha fascista respondió con giros hacia la derecha misma, lo cierto es que fue democráticamente electo y fue destituido que desde una perspectiva del mismísimo derecho burgués, Castillo fue víctima de un golpe de estado.
Aquí no se trata de apoyar a Castillo o Boluarte, siendo ambos representantes de la misma clase dominante y sector político, aquí de lo que se trata es repudiar tanto el genocidio en marcha contra el pueblo peruano como apoyar al pueblo peruano mismo en lucha contra todas las facciones de la clase dominante peruana que intentan perpetuar el sistema capitalista de explotación y saqueo lo cual obviamente no hace el progresismo, Lula y Boric.
Ya es hora que los pueblos despierten y se despejen del espejismo y dejen de percibir al progresismo como defensor de los pueblos y de los trabajadores. Ya es tiempo que vean al progresismo como lo que es, uno de los enemigos de los pueblos y ahora uno de sus verdugos. Los pueblos y los trabajadores sólo pueden confiar en los pueblos y en los trabajadores mismos.
Para indignarse aun más
https://www.lapoliticaonline.com/internacionales/la-crisis-en-peru-enfrenta-a-lula-con-amlo/