CHILE. SIN SER PESIMISTA. 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO.

CHILE. SIN SER PESIMISTA. 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO.

Este 2023 se conmemoran 50 años del golpe de estado contra Salvador Allende. Algo ocurre con las cifras, algunas de ellas enloquecen a los partidos especialmente cuando se conmemoran los 10, los 30, los 50 años y para que decir si se cumplen 100 años simplemente tiran la casa por la ventana generando todo tipo de actividades, eventos, puestas en escena como cualquier producción comercial donde sólo falta la alfombra rojas, la izquierda caviar o red set para que todo haya valido la pena. Claro todo eso borrando muchas veces el debate de fondo, el debate ideológico y eliminando el contexto histórico centrándose sólo en la romantización del hecho que se conmemora. Esto ocurrirá con los 50 años del golpe de estado. 

Pero los discursos emotivos destinados a conmover a las masas no tendrán ningún sentido ni menos estarán apegados a la realidad. Será una falsedad absoluta. ¿Por qué?

El golpe de estado. 

El golpe de estado de 1973 se debió a la extrema agudización de la lucha de clases entrando el proceso popular iniciado mucho antes del triunfo de Allende en un período pie-revolucionario. La oligarquía y el imperialismo sabotearon, desde antes del triunfo, el gobierno de Allende que asumió entre otras cosas con el discurso de contar Chile con unas fuerzas armadas democráticas respetuosa de la constitución y las leyes escondiendo las 25 matanzas en las cuales se vieron involucradas masacrando al pueblo. 

El golpe de estado también se produjo por intentar hacer una revolución dentro de los márgenes capitalistas-burgueses, desde dentro del mismísimo Estado burgués a lo cual llamaron Vía Pacífica al Socialismo. La Unidad Popular creyó más en respetar la constitución y las leyes que apoyar decididamente el poder popular que hacia desde la base como por ejemplo los Cordones Industriales o impulsar el control obrero. Esto llevó también que a pesar de estar dentro de un período pro-revolucionario el gobierno popular sólo se limitó a la nacionalización de ciertas áreas de la economía y no impulsó la necesaria socialización de los medios de producción. Se imaginaba como imposible. 

El combate de Salvador Allende, heroico por cierto, fue en defensa de su legítimo y el derecho que le asistía también en cumplir con su programa de gobierno o a lo más con el pueblo. Pero también, la muerte y combate de Allende en La Moneda fue en defensa de los pueblos y clase, sino que también fue en defensa de otra constitución burguesa así en defensa de la ilegítima burguesa de 1925constitución que se hizo de espaldas del pueblo y contra el pueblo. 

El progresismo

Después de la tragedia del golpe de estado, tragedia que después de 50 años venimos padeciendo, el progresismo ha hecho todo lo posible por traicionar la esencia transformadora del gobierno de la Unidad Popular y del último combate de Allende. 

Una vez terminada la dictadura militar-burguesa, por lo menos en lo formal, el progresismo hizo suyo el modelo neoliberal y reconoció como válida todas las leyes y políticas estructurales nacidas durante la dictadura partiendo por el acatamiento y defensa de la Constitución de 1980 y del Código Laboral que aún mantiene su esencia patronal-contrainsurgente. Todos los gobiernos de la Concertación, de la Nueva Mayoría y el mismísimo gobierno de Boric se da en ese contexto y por eso cuando Boric dice defender el estado de derecho, el imperio de la ley, etc cabe la pregunta, ¿cuál estado de derecho el nacido durante la dictadura que se mantiene hoy vigente? Allende y todos los caídos se revuelcan en la tumba. 

Entonces, ¿qué es lo llaman a conmemorar si han traicionado al mismísimo pueblo y clase trabajadora al abrazar con convicción el modelo impuesto por Pinochet y sus agentes de exterminio?

¿Qué hacer entonces con los 50 años?

Perfectamente se puede hacer la misma pregunta con los 10, con los 20, con los 30, con los 40 o con los 49 años del golpe de estado y la respuesta será siempre la misma: las tragedias nacidas de la agudización de la lcuha de clases, de la ausencia de una estrategia revolucionaria de poder como de una tergiversación del marxismo para analizar la historia y la sociedad, no se romantizan sino que se deben analizar en su profundidad y extensión, en sus efectos perdurables y también a sus responsables. Por más cruenta y cruel que sea la tragedia, las emociones no pueden nublar la razón ni menos inhibir el justo análsis del proceso reformista, en definitiva, al pan, pan y al vino, vino. Hablar claro.

Por cabe será poco creíble toda la puesta en escena de los actos conmemorativo ya que en el telón de fondo se contará con nuevas violaciones a los derechos humanos, nuevos casos de terrorismo policial, de nuevos presos políticos chilenos y mapuches, de nuevas aprobación de nuevas políticas que amarran aun más más nuestras soberanía e independencia como es la aprobación del TPP 11, todo bajo el gobierno de Boric denominado falsamente como el primer gobierno de izquierda desde el término de la dictadura. 

Se conmemorará después que Boric apoyara a Dina Boluarte, la asesina del pueblo peruano como nueva presidenta. Después de atacar reiteradamente a Cuba e intrometerse en los asuntos internos de otros procesos populares asumiendo como propio el discurso reaccionario y del imperialismo. 

Se conmemorará con todo un año, serán dos, con la militarización y estado de excepción en la Araucanía después de tildar a los hermanos mapuches de cobardes y de fascistas y un larguísimo etc. Porque, ¿cuáles han sido las políticas anti imperialistas, anti capitalistas, pro independencia, pro soberanía y pro autodeterminación por parte del progresismo desde 1990 hasta hoy? Ninguna. Sus políticas han sido pro imperialistas, pro capitalistas, de sumisión, de esclavitud, de anexionismo, de fortalecimiento del colonialismo y del neocolonialismo, es decir, nada que ver con lo que planteaba, por lo menos en su programa, la Unidad Popular y Salvador Allende aun desde una concepción reformista, no revolucionaria.

Mejor sería que el progresismo dejara la cancha libre para que sea el pueblo y sus organizaciones las que vean qué hacer con estos 50 años y con todos los años que vengan. A veces es mejor guardar silencio.  

PD.: ¿No será que con la conmemoración de los 50 años quieren ocultar tanta traición que este progresismo ha cometido desde 1990?

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