
CHILE. EL PROGREFASCISMO: EL ESTADO CONTRA EL PUEBLO
«Ponga atención mi compadre que vienen nuevos negreros». Así dice la canción de Inti Illimani, Sambalando, en una de sus partes y tiene toda la razón del mundo. Los nuevos negreros han llegado en su versión de progresistas primero para ir adquiriendo rápidamente los rasgos de progrefascistas.
El gobierno de Boric salió electo como consecuencia de las esperanzas de un pueblo movilizado durante el estallido social del 2019 en lo que éste pensaba encarnaba las fuerzas de los cambios estructurales. Las jornadas multitudinarias de protestas que duraron cerca de cinco meses continuos donde más allá de la masividad la violencia popular jugó un rol importante en su forma de Primera Línea, en todas sus expresiones, se vio claramente la confrontación de las fuerzas contrainsurgentes del Estado contra un pueblo enfurecido y movilizado. Esto costó miles de personas reprimidas, víctimas de los abusos policiales, 500 personas víctimas de trauma ocular, cientos de torturdos, mujeres abusadas por las fuerzas policiales, presos políticos y personas judicializaos y más de 40 personas asesinadas. Pronto las fuerzas defensoras del sistema capitalista se pusieron de acuerdo salvando al gobierno genocida de Piñera. Desde el Partido Comunista hasta el Partido Republicano concurrieron al salvaje para dejar todos tal cual ha estado siempre.
De las más de 3000 querellas interpuestas por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH, como consecuencia de las violaciones a los derechos humanos en ese período la impunidad ha sido su destino. La sangre derramada y las graves violaciones a los derechos humanos han caído en el olvido de la mano de un Estado asesino.
A pesar de lo anterior, de la impunidad reinante, el gobierno de Boric ha desatado toda la represión posible contra el pueblo desde el inicio de su gobierno al igual que lo hiciera Aylwin al inicio de la transición. Si Aylwin construyó la Cárcel de Alta Seguridad para los nuevos presos políticos revolucionarios, 500 en total, y desató toda su furia creando la nefasta Oficina de Seguridad Pública y la Agencia Nacional de Inteligencia donde el progresismo fue central en la represión y montajes, Boric ha hecho lo suyo. Ha mantenido durante todo su gobierno al Wallmapu bajo Estado de Excepción, militarizado. Ha realizado todo los apoyos posibles a la policía militarizada de carabineros a pesar de los casos de millonarios robos y miles de casos de violaciones de derechos humanos sin justicia. Ha impulsado decenas de leyes represivas y comprado nuevos equipamientos para la policía militarizada para desarrollar la guerra urbana. Ha promulgado recientemente una nueva Ley Anti Terrorista que a primera lectura es peor de la que venía de los tiempos de Pinochet. Pero no sólo eso.
Los prisioneros políticos y políticas ya se cuentan en 130 encarelados donde 80 de ellos son mapuche. Si tardíamente Boric inició un Plan Nacional de Búsqueda de los Detenidos Desaparecidos prometiendo ese tan manoseado ¡Nunca Más! has ahora el gobierno no da respuesta alguna, ni se hace responsable, de la desaparición de la comunera mapuche Julia Chuñil quien lleva más de 100 días desaparecida al momento de escribir este artículo. Junto con ello Boric ha dado rienda suelta al movimiento de trabajadores sin casa mediante el desalojo vergonzante de las tomas de terreno aplicando para ello a la fuerza terrorista-militar de carabineros y la Ley Anti Tomas y ahora se apresta a desalojar la toma de terrenos de San Antonio que alberga a 10.000 familias sin casa.
Pero eso no es todo. Recientemente, Boric hizo aprobar que carabineros pudiera utilizar las Pistolas de Electro Shock como parte de sus herramientas represivas. Se sabe que la aplicación de corriente contra un detenido, más allá de contar con una facultad legal que lo permita, constituye tortura. Se sabe que un arma de esa magnitud en manos de un cuerpo policial manchado con sangre, y con todas las violaciones de derechos humanos y crímenes contra la humanidad ocurrido históricamente y recientemente durante el estallido social, constituye un riesgo y una irresponsabilidad política de proporciones. Ante esto el subsecretario Luis Cordero señaló que esos abusos no ocurrirían por la mera existencia de «protocolos» para su uso. Lo que no dice Corderito es que también existen protocolos para el uso de balas de gomas y bombas lacrimógenas y ambas fueron usadas durante el estallido social causando trauma ocular y perdida total de la visión en manifestantes. Tampoco dice que en años pasados el uso de carros lanza aguas pudo causar la muerte en manifestantes. Quien opera dicho carro también contaba con «proceloso» y para qué decir ya en los tiempos de la dictadura de Pinochet se contaba con todas las convenciones internacionales de los derechos humanos que prohibían la tortura, las ejecuciones sumarias como la desaparición forzadas de personas y sin embargo los crímenes igualmente ocurrieron. Las convenciones fueron los protocolos de hoy al cual Corderito hace mención y que nadie respeta y respetarán. La imbecilidad y al cararrajismo no tienen limites.
Pero la cosa es peor de lo que se piensa.
Se sabe que el ordenamiento de los colegios, liceos y escuelas se rige entre otras cosas por la existencia de los Reglamentos Internos o como se conocen hoy Reglamentos de Convivencia Escolar que es el documento al cual usualmente recurren los directores y consejos de profesores para sancionar a los alumnos, suspenderlos, expulsarlos o simplemente entregarlos a la policía militarizada y estos a la fiscalía cuando ellos así lo estimen conveniente.
Si hasta no hace mucho los reglamentos de convivencia escolar era una seguidilla de artículos donde se estable lo que se puede y no se puede hacer dentro de los establecimientos educacionales, ahora estos reglamentos de convivencia han anexado todas las leyes represivas y anti adolescente, anti juventud que ha aprobado Boric. Desde la Ley Aula Segura, Ley Anti Barricada, Ley Anti Capucha, Ley Penal Juvenil, junto a la Ley Anti Tomas, Ley Anti Terrorista y muchas más de su estilo y calibre son incorporados a estos reglamentos de «convivencia» escolar. Cabe la pregunta, si el movimiento estudiantil de un liceo decide tomarse el establecimiento porque las condiciones estructurales del establecimientos, los niveles de enseñanza y aprendizaje son deplorables y ante la nula respuesta de las autoridades, ¿le van a aplicar la ley anti tomas, la ley aula segura, la ley anti terrorista? Si los alumnos se resisten ante el desalojo, las fuerzas militarizadas de carabineros ¿van a usar las Pistolas de Electro Shock contra adolescentes, contra estudiantes secundarios? Es decir habrán, y ya lo han hecho, convertido a los establecimientos educacionales en un escenario más de la guerra, a los reglamentos de convencía escolar en un instrumento más de contrainsurgencia y de represión como al cuerpo docente en sus represores cómplices pasivos.
Ensayando para la Guerra Interna y Urbana
Uno de los aspectos del discurso y táctica represivas del gobierno de Boric ha sido la «recuperación de los espacios públicos y el respeto a la ley». Esto se ha visto reflejado en los intentos por barrer a los vendedores ambulantes de las veredas y calles acusándolos de ser parte de redes de mafias y del crimen organizado que se apoderan de los espacios públicos y los cuales estarían también coludidos con el narcotráfico. Mismo argumento para justificar los desalojos de los terrenos tomados por los trabajadores sin casa.
Se han naturalizado los operativos policiales en las calles contra los vendedores ambulantes los cuales son transmitidos a los largo de los matinales en televisión. Dichos reportajes reproducen el discurso anti popular y contrainsurgente proveniente del Ministerio del Interior y de La Moneda. Es la campaña más agresiva de que se tenga registro para criminalizar al pueblo pobre. Nada dicen los reportajes que el empleo informal bordea, en Chile, al 30% siendo esto fiel reflejo de la crisis del capitalismo que muestra su evidente fracaso como sistema capaz de solucionar los problemas vitales de los pobres de la ciudad y del campo.
Pero todos estos operativos contra «el crimen organizado» no son más que prácticas, ensayos de las tácticas de guerra urbana contrainsurgente por parte del Estado ante un eventual nuevo estallido social. Quienes dirigen los aparatos de represión monitorean esas verdaderas invasiones militares al espacio público. Analizan sus pro y contras, sus aciertos y defectos pero también las respuestas en los ciudadanos, en la gente común y corriente. Monitorean el apoyo y rechazo que estas invasiones causan y para contrarrestar los rechazos a estos lanzan toda su maquinaria de propaganda para convencernos de las bondades de esta guerra que ellos, por su cobardía, no han declarado explícitamente pero que hace rato se viene desarrollando.
Boric ha avanzado más que todos los gobiernos que lo han antecedido en desarrollar la contrainsurgencia en todas las áreas posibles. Ha montado todo un aparataje, todo un aprendizaje contrainsurgente y ha adquirido todos los equipamientos tecnológicos posibles para desarrollar esta etapa de la guerra aun cuando esta esté en su fase de baja intensidad. Ya es «normal» que drones sobrevuelen los centros comerciales, que nos vigilen como fue también normalizado cuando desde el gobierno de Aylwin, en adelante, se llenaros las calles y avenidas con cámaras de vigilancia y algunos comunas con globos aerostáticos con cámaras. El Gran Hermano goza de buena salud.
Pero la guerra interna, la contrainsurgencia no es sólo militar, policial, terrorista o de «inteligencias» también es económica o por lo menos las políticas económicas sirven también como una forma de represión y una forma de mantener la esclavitud que con tanta paciencia han construido.
Junto con lo anterior, la guerra interna se desarrolla como guerra económica contra la clase trabajadora.
Las alzas constantes en los productos básicos (canasta familiar), el alza permanente del pasaje de la locomoción colectiva, el alza de la luz no sólo hacen que la vidas de las familias proletarias se haga cada vez más difícil e insoportable sino que sirve como herramienta efectiva para la dominación. Los bajos sueldos a pesar que Boric se alegre con puño en alto de alcanzar los $500.000 (sin los descuentos provisionales) saben que es un sueldo miserable y cualquiera que aplicara la «economía del hogar», la «economía familiar» por rústico que estas sean sabrá que ese sueldo no sirve para cubrir las necesidades básicas. Como tampoco sirve el monto de las pensiones, con reforma incluida, para que los y las trabajadoras jubiladas tenga un buen pasar merecido después de una vida de explotación. Ya sean trabajadores jóvenes o viejos sus vidas son miserables porque sus sueldos y pensiones así los son. Jóvenes y viejos su destinos es la pobreza, la miseria.
La construcción del Enemigo Interno
Pacientemente, el progrefascismo ha venido construyendo, dando forma a su versión de Enemigo Interno. Para ello se ha subido en los hombros de las concepciones de enemigo interno de los gobiernos anteriores. Ha recurrido a los manuales de guerra psicológica, de las tácticas y estrategias de la Escuela de las Américas y ha recurrido a las técnicas de propaganda de Goebbels y denunciado por Chomsky.
Posterior al estallido social, el progrefascismo comprendió que su enemigo interno no es otro que el pueblo en general, los pobres, el proletariado y específicamente el pueblo movilizado. Y lo entendió a la perfección por cuanto el progrefascismo es parte importante en la defensa del capitalismo y de su Estado Opresor. Son los nuevos negreros.
Toda esta guerra interna en desarrollo debe tener como consecuencia que nos saquemos la venda de los ojos y veamos la realidad, cuál es, que estamos en presencia de una dictadura capitalista y que aquello de la tan mentada democracia (burguesa) es una simple ilusión. Partiendo de esta premisa, y ante la ola represiva que tiene su correlato legislativo-policial, el pueblo en lucha, quienes se dispongan a organizarse y luchar deberán entender que los derechos básicos establecidos en las leyes y tratados internacionales de derechos humanos no son ni serán respetados por cuanto ya es el Derecho Penal del Enemigo lo que se impone. Ante esto debemos recordar como se construyeron las bases del movimiento popular durante la dictadura, la importancia de la compartimentación, de las normas de seguridad, de no confiarnos y de no actuar sobres seguros. Ellos están ahí afuera a la espera que cometamos errores, que nos caigamos para que ellos puedan caer sobre nosotros. Ellos vienen por nosotros pero han venido por nosotros siempre, a lo largo y ancho de la historia, y nosotros debemos lo suficientemente creativos, como lo fuimos durante la dictadura, para contrarrestar estas tácticas contrainsurgentes, abrir los espacios, generar las confianzas entre los explotados, organizarnos y vencer. El pueblo es inteligente y creativo y no sólo eso somos los más, somos millones.