¿QUÉ SUCEDE EN EL ASIA PACÍFICO?

¿QUÉ SUCEDE EN EL ASIA PACÍFICO?

Estados Unidos está acelerando su desarrollo militar en la región Asia-Pacífico, utilizando a Filipinas como plataforma clave en su estrategia para cercar y provocar a China. Tras la retórica de la rutinaria «cooperación en defensa» de los ejercicios de guerra Balikatan se esconde una agenda clara: reafirmar el dominio estadounidense en la región mediante una mayor presencia militar y el despliegue avanzado de material bélico.

En marzo, se anunció que el 3.er Regimiento Litoral de Infantería de Marina (MLR) de EE. UU. debutará como la Fuerza de Rotación Litoral-Luzón (LRF-Luzón) durante Balikatan 2025. Al igual que con otras unidades estadounidenses desplegadas en el país, la supuesta naturaleza «rotativa» de su estancia enmascara lo que en realidad es una presencia permanente, una que viola la soberanía filipina. Balikatan 2025 involucra a alrededor de 14.000 soldados estadounidenses y filipinos, con la participación adicional de la Fuerza de Defensa Australiana y, por primera vez, la Fuerza de Autodefensa de Japón. Se espera que otros dieciséis países, entre ellos Canadá, India, Alemania y Vietnam, se unan al programa de observadores internacionales organizado por la AFP, lo que refleja la ampliación del alcance de las maniobras militares lideradas por Estados Unidos en la región.

En Balikatan 2025 también se desplegará el NMESIS (Sistema de Interdicción de Buques Expedicionarios de la Armada/Cuerpo de Marines) y drones de superficie no tripulados para patrullas lideradas por Estados Unidos. El NMESIS es fundamental para la reorientación del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC) hacia las operaciones en el Pacífico Occidental. Proporciona a los Regimientos Litorales de Marines la capacidad de denegar el acceso a zonas costeras clave y cuellos de botella estratégicos. Este sistema terrestre, de control remoto y altamente móvil puede lanzar misiles de crucero con un alcance de hasta 180 kilómetros, lo que lo hace ideal para su uso en zonas marítimas en disputa cerca de la periferia de China.

Estados Unidos había anunciado previamente el despliegue de otra batería del sistema de misiles Typhon del Ejército, además de la que ya se encuentra estacionada en el norte de Filipinas. El sistema Typhon, también llamado Sistema de Fuego Estratégico de Alcance Medio, es capaz de disparar misiles de crucero Tomahawk y misiles SM-6, con un alcance de ataque de entre 320 y 1500 kilómetros.

Para reforzar aún más este fortalecimiento militar, el 1 de abril de 2025, el Departamento de Estado de EE. UU. aprobó una propuesta de Venta Militar Extranjera a Filipinas por valor de 5580 millones de dólares. El acuerdo incluye veinte aviones de combate F-16 Bloque 70/72, junto con las armas, el equipo y los sistemas de apoyo correspondientes.

La connivencia de Marcos Jr. con sus amos imperialistas estadounidenses es absolutamente inadmisible ante la pobreza generalizada, el desempleo y la falta de tierras que azotan a las masas filipinas. Mientras millones de personas pasan hambre y carecen de acceso a los servicios básicos, su régimen recibe con los brazos abiertos a las tropas estadounidenses: recursos que no solo se destinan a la preparación bélica contra China, sino que se utilizan activamente para aterrorizar a las masas filipinas en el campo. El mismo entrenamiento militar y armamento estadounidense proporcionado a las Fuerzas Armadas de Filipinas se despliega contra agricultores, comunidades indígenas y activistas que luchan por la tierra, la justicia y la autodeterminación. Esto ha provocado innumerables violaciones del derecho internacional humanitario, incluyendo bombardeos de comunidades civiles, ejecuciones extrajudiciales y evacuaciones forzadas; crímenes cometidos en nombre de la «paz y el orden», pero impulsados ​​por la agenda bélica de Estados Unidos y Marcos.

Al pueblo filipino le conviene oponerse firmemente a la escalada militar estadounidense y rechazar cualquier intento de utilizar las legítimas disputas marítimas del país con China como pretexto para una mayor intervención militar estadounidense. Estas disputas deben resolverse por medios pacíficos y diplomáticos, no convirtiendo a Filipinas en un peón en una lucha de poder imperialista.

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