
PARAGUAY: TERRORISMO DE ESTADO, PRISIÓN POLÍTICA, MONTAJE POLÍTICO-JUDICIAL Y OBJETIVO MILITAR
Una de las formas que han tenido las oligarquías latinoamericanas de perpetuar su poder ha sido mediante la imposición de la ilusión de la democracia burguesa, de la idea del mundo «libre» como también de las dictaduras militares como aquellas que asolaron América Latina. Lo que se oculta de todo eso es que tanto la democracia burguesa como las dictaduras militares son dos caras de la dictadura capitalista-oligárquica que cambia de ropaje según sea la agudización de la lucha de clases, o más bien el desarrollo de la guerra, el ascenso del movimiento popular y la conformación y ofensividad del movimiento revolucionario.
Para ello, la oligarquía ha contado siempre con dos poderosas herramientas. Por un lado el cuasi infinito poder que le otorga su propio Estado, los cuantiosos recursos que este cuenta derivado de la explotación capitalista creando un poder totalitario al servicio de su clase e intereses bastardos, y por otro lado, el apoyo incondicional del imperialismo el cual es al final el poder real y único que invade estas tierras y del cual la oligarquías son su más predilecta mascota.
En el plano político-ideológico, la clase dominante levanta sus propios partidos y organizaciones sociales como empresariales para condimentar esa ilusión del libre juego demoburgués y de la falsa alternancia en el poder ya que estos partidos representan a la misma clases e intereses. Pero también los explotadores trabajan sobre los sectores vacilantes y oportunistas que se dicen representar los intereses populares, de la clase popular, al cual llamamos reformismo, progresismo, socialdemocracia, simplemente sectores entreguista o izquierda dócil-sumisa. Trabajan sobre estos sectores porque es a ellos que les asignan el rol predilecto de actuar como desarticulados de todo proceso popular y revolucionario que pudiera emerger y como freno del proletariado hacia la toma del poder. Esto posee una importancia estratégica.
Con lo anterior, la lucha emprendida por los revolucionarios en todas las épocas es simplemente titánica. Van a contrapelo y contra ese enorme poder que concentra la clase dominante y sus aliados. Sólo cuenta en su mochila la justeza de su lucha, la dignidad que significa empuñar las armas por la liberación y emancipación de los pueblos y de la clase trabajadora como la convicción profunda de sepultar el sistema capitalista de explotación. La lucha es directa contra los representantes de la clase dominante en su conjunto, es ardua pero necesaria.
Como el sistema capitalista está construido sobre pies de barro se sabe débil porque sus detentores saben también que lo han construido sobre profundos pilares de injusticias el cual le otorga una enorme deslegitimidad al interior del pueblo pobre. Su debilidad esencial los lleva a definir al mismo pueblo como su enemigo interno, su enemigo estratégico. Para ello desarrollan las estrategias contrainsurgentes, de seguridad nacional, de defensa de la democracia y de su estado represor. Aplican el terrorismo de estado, desarrollan los crímenes contra la humanidad, imponen la tortura, desaparición forzada de personas, el exilio, las ejecuciones sumarias, la prisión política como políticas contra quienes se rebelan y que en su inicio son franca minoría. Aplican contra ellos todo el poder estatal de clase porque saben que aunque minoría son potencialmente peligrosos para los equilibrios capitalistas-imperialistas y saben que al final de cuentas pueden y van a triunfar en sus objetivos revolucionarios.
37 años continuados de dictadura militar-oligárquica-fascista fue la forma que tuvo la clase dominante de asegurar su poder a perpetuidad. La brutalidad de ese período sirvió como escuela, ensayo y laboratorio para el resto de las dictaduras genocidas, para la Escuela de las Américas y para las políticas criminales imperialistas. Sirvió para el desarrollo capitalista que se sustentó en el aniquilamiento del movimientos social, popular, izquierda. 37 años de exterminio donde el conjunto de las expresiones de la clase dominante se desnudó quedando su esencia asesina al descubierto. Ese poder fascista-oligárquico por más Informe Comisión Verdad y Justicia, por más que se haya redactado una constitución progresista y por más que el juego libre-demoburgués se hayan impuestos, la esencia fascista-oligárquica, la esencia dictatorial, la herencia de la era Stroessner siguen están presentes en el conjunto de la sociedad paraguaya, en el conjunto de los aparatos del Estado paraguayo y en todas las expresiones de la clase dominante.
Aun así la debilidad esencial del sistema fascista-oligárquico paraguayo se hace evidente.
La prolongación de la prisión política de la compañera Carmen Villalba que aun cuando ya ha cumplido la totalidad de la pena carcelaria, el reciente montaje político-judicial contra ella que se representa en el allanamiento de su celda destruyendo todas sus pertenencias acusándola de ser la ideóloga y estratega, desde la cárcel, del Ejército del Pueblo Paraguayo, EPP son simplemente muestra del temor que tiene la clase dominante a una sola persona la cual es desprovista de todo poder y reducida a su condición de prisionera política. ¿Cómo, por qué el Estado todopoderoso le teme a una sola persona? ¡Increíble!
Pero no sólo eso. ¿Qué fue lo que encontraron en la celda de Carmen Villalba? Encontraron literatura marxista, sobre movimientos políticos latinoamericanos y sociales. ¿Acaso eso es un delito? ¿Acaso leer sobre marxismo es un delito? ¿Y por qué sería un delito leer sobre marxismo, sobre la revolución socialista si son los mismos que detentan el poder absoluto los que dicen que esa es una ideología obsoleta, fracasada y que la revolución es imposible? ¿De qué se preocupan entonces que esa literatura se lea? ¿Cuál es el problema?
El problema central es que la dictadura paraguaya sabe que la prolongación del encarcelamiento de Carmen Villalba se hace insostenible y que atenta contra el mismo derechos burgués que tanto defienden. Saben que si se aplicara en forma correcta ese derecho penal burgués que la misma constitución política vigente asume como propia todos los tratados internacionales de derechos humanos, Carmen Villalba ya debería haber estado libre hace mucho rato. Pero esa dictadura le teme a la puesta en libertad de Carmen. Le temen por lo que representa, por que saben que encarna la lucha por la justicia y dignidad no sólo de ellas misma o de sus hijos Néstor y Lichita (asesinado y desaparecida, respectivamente), de sus sobrinas asesinadas o de su hermano abatido en combate. Saben que ella representa la lucha por la dignidad de muchos que se ven reflejados en esta mujer encarcelada. Es su ejemplo y potencialmente justicia las quieren mantener encarcelada. Pero como saben que tarde o temprano saldrá en libertad han decidido convertirla en «objetivo militar», en enemigo interno. Una sola persona como objetivo militar y como enemigo del todopoderoso estado oligárquico. Es Goliat contra David o Mejor dicho es el espectro de Stroessner contra Carmen.
Pero, ¿qué significa que Carmen es un objetivo militar?
Significa que su vida al interior de su celda corre riesgo. El resguardo de su integridad no está asegurada y así el Estado paraguayo ha decidido renunciar a una de sus obligaciones elementales dentro del sistema carcelario. Se declara incompetente, ineficaz para esos fines.
Significa que Carmen como enemigo interno declarado ha sido despojada de los más elementales derechos humanos que le asiste a cualquier persona privada de libertad y más aún a una prisionera política, vale decir, el Estado paraguayo ha decidido quitarle su condición de persona, de ser humano, despojarlo de todo lo que le otorgan los pactos internacionales de derechos humanos.
Significa que una vez despojada de su condición de persona e impuesta su condición de enemigo interno, el estado fascista paraguayo se siente con el derecho de hacer lo que le venga en ganas contra Carmen. Se siente con el derecho el hacer añicos su propio derecho burgués, su propia constitución progresista y ha decidido ponerse fuera, al margen del derecho internacional como siempre lo ha hecho.
Significa que el estado paraguayo ha decidido desarrollar una política de aniquilamiento de Carmen mediante el ejercicio de un encarcelamiento a perpetuidad en los hechos. Significa que ha decidido, el Estado, vengarse contra una persona, por sus ideas, por su ideología. Lo cual significa que trasgrede el principio elemental del derecho penal que plantea que las penas no son contra las personas sino contra el delito cometido y las últimas acusaciones contra Carmen, y que fueron el sustento del reciente allanamiento, simplemente no existen, porque no existe delito alguno.
Significa que una vez puesta en libertad, la integridad física, la seguridad personal de Carmen no se encuentra asegurada y perfectamente puede ser aniquilada bajo cualquier pretexto o montaje como lo hicieron contra su hijo Néstor y contra sus sobrinas. ¿Acaso no fue el Estado paraguayo, el gobierno de turno quienes calificaron a esas niñas, menores de edad, como terribles terroristas-guerrilleras pertenecientes al Ejército del Pueblo Paraguayo? Si tuvieron esa cobardía, esa actitud criminal contra dos menores de edad, si fueron capaces de asesinar al menor Néstor y de desaparecer a Lichita, de dejar en la más plena impunidad los crímenes cometidos durante los 37 años de dictadura, ¿por qué no, entonces, declarar a Carmen Villalba como objetivo militar?
Pero, la clase dominante es igual en todas partes, en todas las latitudes y en todas las épocas. Es cosa de ver el caso de Leonard Peltier, el preso político más antiguo del mundo. Las políticas de aniquilamiento carcelario contra Abdulá Ocalán en Turquía. Los numerosos periodistas kurdos y pro-kurdos encarcelados en Turquía por el sólo hecho de ejercer el periodismo. Los numerosos presos políticos mapuches que han sido acusados bajo acusaciones de testigos sin rostros. Los prisioneros de guerra en el Perú. Los presos políticos guevaristas en Ecuador acusados y encarcelados también desde un montaje político-judicial-mediático. La prisión política en Chile contra Mauricio Hernández Norambuena o contra los presos anarquistas Mónica Caballero y Francisco Solar al cual la fiscalía le esta pidiendo 172 años de cárcel. Los numerosos lideres sociales asesinados en Colombia, los defensores y activistas medioambientalistas asesinados cada año. Los guerrilleros desmovilizados y desarmados asesinados en el fracasado proceso de paz colombiano. La centenaria condena contra el ex guerrillero y comandante guatemalteco César Montes. Están los presos políticos mapuche del Puelmapu. Los muchos presos políticos afrodescendientes y latinos de los Estados Unidos. Los presos políticos vascos, comunistas revolucionarios, anarquistas que mantiene el Estado fascista español. La lista es larguísima y cubre todo el globo terráqueo porque es en toda la orbe donde no dejan de aparecer movimientos que levantan resistencia contra el capitalismo imperialista que está llevando al colapso definitivo a toda la humanidad.