IZQUIERDA VENEZOLANA DENUNCIA A LAS DOS DERECHAS
Con el tiempo, cuando se ha dado un respiro en la crisis venezolana derivada de las elecciones presidenciales, comienza a aparecer en forma más clara la posición de la izquierda opositora el gobierno de Maduro. Si antes esta izquierda se agrupo en la Alternativa Popular Revolucionaria, APR, como alternativa al Gran Polo Patriótico alianza electoral dominada por el PSUV, esta izquierda se agrupa en el Encuentro Nacional en Defensa de los Derechos del Pueblo (ENDDP) y a la vez se encamina a conformar un gran Frente Democrático Popular.
Lo concreto es que a través del ENDDP han denunciado a las dos derechas, tanto a la fascista de Machado agrupada en la Plataforma Unidad Democrática (PUD) como a la derecha progresista de Maduro agrupada en torno al PSUV, como los responsables de la crisis que no es solo electoral sino sistémica y donde ambos bloques de poder tienen como objetivo la implementación de medidas capitalistas-neoliberales y a través de ellas hacer pagar los costos de la crisis al proletariado.
En otro ámbito de cosas, estos partidos de izquierda han denunciado la criminalización por parte del gobierno de Maduro a la protesta social limitando el ejercicio a la protesta por parte de la clase trabajadora. Esta claro que la derecha fascista, financiada y monitoreada por la CIA busca la cotización, las guarimbas como única forma de recuperar la totalidad del poder pero otra cosa es la protesta legitima de la clase trabajadora, del pueblo ante una situación económica de vida angustiante.
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En América Latina, los gobiernos de la izquierda progresista, aquella que renuncia a la revolución socialista-comunista, de enterrar al capitalismo y al imperialismo y que sueña con el proyecto socialdemócrata-capitalista ha ocupado la misma estrategia siempre: reprimir a la izquierda revolucionaria y a la clase trabajadora, al pueblo medianta leyes terroristas-policiales, ajustes económicos y mediante también de campañas de criminalización de la legitima protesta social. Pero por otra parte, esta izquierda capitalista se ha mostrado siempre dispuesta y proclive para negociar y llegar a acuerdos con la derecha oligárquica histórica y así perpetuar el sistema de dominación siempre desde la conciliación de clases.
Esa izquierda capitalista traidora continental, traidora porque ha accedido al poder mediante un discurso utilitario donde la demandas de cambios profundos estructurales de las masas son el centro aun cuando ellos saben que una vez en el poder no darán curso a esos cambios, ha tenido como política exterior el alineamiento con una u otra fuerza del imperialismo. Cualquier que sean ellas las consecuencias son las mismas: saqueo de las riquezas y profundización del capitalismo extractivista. Lejos de encaminarse hacia la soberanía política, hacia la independencia económica hacia el combate contra el neocolonialismo e imperialismo se ahonda la dependencia, el intercambio desigual y la explotación de nuestros pueblos.
Ya es tiempo que esta izquierda capitalista se haga responsable, que reconozca que han sido sus políticas capitalistas las que han venido fortaleciendo al sector fascista y a los partidos burgueses. Que es ella la responsable del alza de estos sectores como ha ocurrido también en Europa también como consecuencia de las políticas de las socialdemocracias. El discurso antifascista no tiene sustento alguno si no se tiene como objetivo inmediato y de largo plazo avanzar hacia la revolución socialista genuina y no imponer una caricatura de revolución.