ENTREVISTA. CRO. PEDRO EUSSE, LA LUCHA DE CLASES EN VENEZUELA

Los procesos populares se pueden desatar de las más variadas formas, desde revueltas populares incontenibles que derrumban todo el sistema a su paso o con mareas de masas movilizadas que desembocan en procesos populares entre otras. Cualquiera sea la forma son los partidos y movimientos a la cabeza los encargados de resolver la contradicción central de esos procesos y que el camino a escoger estará directamente relacionada con la correlación de fuerzas, de quien se hace de la dirección de ese proceso popular. Por un lado, están las fuerzas reaccionarias, consevadoras que intentarán frenar el proceso y evitar que ese se radicalice y que deje de ser un proceso popular que exige reformas democráticas progresistas a transformarse derechamente en un proceso de revolución socialista. Por otro lado, están las fuerzas revolucionarias que empujarán el proceso popular para que efectivamente se inicie el camino hacia la revolución socialista cuyo objetivo es enterrar la antigua sociedad y democracia e instaurar los cimientos de la nueva sociedad socialista donde el proletariado se toma el poder. En ambos casos el pueblo, la clase se muestran a disposición y movilizada. 

Desde el triunfo en las elecciones del comandante Hugo Chávez, e iniciada la Revolución Bolivariana, esa contradicción al interior de los bolivarianos ha estado presente. Si bien el comandante Chávez avanzaba con cautela hacia la radicalización del proceso no fue lo suficiente acelerado o con la fuerza / convicción necesaria y debido a ello dio tiempo suficiente para que las fuerzas reaccionarias al interior de la Revolución Bolivarian se organizaran, adquirieran poder y se tomaran la dirección política de la Revolución Bolivariana esta vez con Nicolás Madura como nuevo presidente y conductor. 

El golpe de estado contra Chávez organizada por Fedecámara y la posterior ofensiva de guerra económica era quizás la oportunidad precisa para que el proceso popular se radicalizara y tomara definitivamente el camino de la revolución socialista de frentón superando rápidamente las demandas de reformas democrática progresistas iniciales. Pero eso no sucedió y el movimiento que encabezaba el proceso fue incapaz de desembarazarse  de las fuerzas reaccionarias en su interior debido a la debilidad de los sectores revolucionarios. La oportunidad pasó de largo. 

La crisis que se ha venido agudizando, o mejor dicho la lucha de clases que se ha agudizado, no es la crisis del socialismo que se ha construido en Venezuela por cuanto Venezuela no vive en socialismo alguno sino que es la crisis propia del capitalismo y de las políticas neoliberales que ha venido desarrollando el gobierno de Nicolás Madura y de las fuerzas reaccionarias que él mismo representa que hoy se expresa en la entrega o no entrega de las actas electorales.  Lo que si es una crisis mucho más evidente, pero que no se dice, es la crisis profunda y total descrédito de lo que se denominó Socialismo del Siglo XXI que al final de cuentas es otra forma de denominar a la Vía Pacífica al Socialismo impulsada por la Unidad Popular en Chile con Salvador Allende, o de la Revolución Popular Sandinista que tampoco tenía como objetivo la toma del poder por parte del proletariado o la instalación del socialismo sino la implementación de una economía mixta dentro de los márgenes del capitalismo como ha sucedido desde 1979 . Es la conciliación de clases y por lo tanto la represión contra la clase trabajadora. Es no combatir al imperialismo en todas sus expresiones sino que es levantar la retórica antinorteamericana para alinearse detrás de las otras fuerzas imperialistas como son China y Rusia donde el saqueo y la dependencia sólo cambian de amo. Eso es lo que se encuentra en crisis profunda. 

Lo peligroso esto es que se viste de revolucionario, de socialista y antiimperialista cuando no lo es. Se viste de izquierda rupturista cuando de lo que se trata es de perpetuar el capitalismo, mediante una  supuesta humanización,  desde una retórica patriótica-revolucionaria y ese es un peligro porque trae la confusión en el pueblo, en la clase y por lo tanto la crisis no es asociada al capitalismo sino que se la asocia al socialismo, a la revolución. En definitiva, la crisis del capitalismo en Venezuela será el descrédito de lo que las masas creen que es una revolución socialista. Ese descrédito de la revolución socialista provocada por las fuerzas reaccionarias en el poder en Venezuela será cada vez más difícil de revertir y de convencer al pueblo que lo que hoy hay no es socialismo, no es revolución sino capitalismo duro y puro. Hacer claridad política, dar la lucha ideológica será titánica porque los oportunistas cuentan con todo el poder del estado, de la propaganda y a la burguesía, a los sectores fascistas les interesa que ese descrédito contra la revolución socialista genuina, conceptualmente, avance y se profundice y para ello Maduro es una herramienta efectiva. 

Para comprender de primera mano lo que ha venido sucediendo en Venezuela es que América Rebelde entrevistó al compañero Pedro Eusse presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela, CUTV, dirigente del Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora, FNLCT y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, PCV. 

CATEGORIES
Share This

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )