
DEBATE. CAMILO TORRES (1929-1966) CON EL CRUCIFIJO Y EL FUSIL AL HOMBRO
En el marxismo hay tantos valores cristianos como en el cristianismo. El primero se puede considerar el comunismo científico y el segundo el comunismo ingenuo. El primero busca construir el paraíso en la tierra y el segundo redimir al ser humano. Si el cristianismo parte de la base que el ser humano nace corrompido, con el pecado original, el marxismo plantea que es la sociedad la que lo corrompe sin embargo ambos buscan su liberación.
El cristianismo bien se puede considerar como la ideología revolucionaria de su tiempo aun cuando Cristo no creó el cristianismo de la misma forma Marx y Engels no crearon el marxismo. Ambos se enfrentaron a los poderosos de sus tiempos. Si Jesús Obrero sacó a latigazos a los mercaderes del templo el socialismo científico busca sacarlos del poder.
Las bienaventuranzas bien puede ser considerada una proclama revolucionaria para la época, un verdadero manifiesto comunista.
Las bienaventuranzas
Bienaventurados los pobres, pues de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
Bienaventurados los humildes pues ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí. Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes.
Como era de suponer, Cristo fue torturado, vejado y según cuenta la leyenda asesinado. La persecución contra él como contra el movimiento que había logrado formar fue perseguido por los guardianes del poder, por la policía secreta, por los servicios de exterminio. El joven movimiento fue obligado a la clandestinidad. Hasta que el poder convirtió al cristianismo en religión, pero no en cualquier religión, sino que en religión oficial del imperio, del poder, despojándolo de todo sentido y contenido liberador, subversivo y revolucionario. El cristianismo como religión se convirtió en el opio de los pueblos, al servicio de la explotación y de la sumisión de los pobres. El evangelio de y para los pobres fue reemplazo por el evangelio de y para el poder, para el capital, para los explotadores y para la clase dominante.
Fue la religión cristiana la que llegó a América Latina y cometió, quizás, el genocidio más grande de la historia contra los pueblos originarios. Fue también el la religión cristiana la fuente originaria de la ideología dominante de las clases dominantes en América Latina. Fue también la religión cristiana en su versión protestante la que ayudó a dinamizar el capitalismo, de darle forma.
Pero la lucha de los pueblos por su liberación y autodeterminación, la agudización de la lucha de clases y la toma de conciencia que nada se puede conseguir desde dentro del sistema capitalista-burgués hizo que los pueblos cambiaran las palas y picotas por fusiles, que la predica del domingo se transformara en predica revolucionaria. Que la iglesia pasara a ser una iglesia popular y por el socialismo al igual que las comunidades cristianas de base. Hizo también que la teología de la opresión fuera enfrentada por la teología de la liberación y por la teología de la revolución.
Esa es la importancia de Camilo Torres que entronca con el cristianismo originario, que lo despoja de su categoría de religión, que lo empalma con el pueblo pobre del campo y de la ciudad, que cambia la túnica por el uniforme de verde olivo y que hermana la Biblia con el fusil.
Si la Guerra Fría enfrentó al mundo capitalista con el mundo comunista, también, y fundamentalmente, enfrentó al norte contra el sur, pero también desató la lucha por la hegemonía al interior del cristianismo católico. El Vaticano también como un centro de poder imperial era necesario y fundamental que también llevara a cabo su contrarrevolución contra los curas obreros, contra quienes se reconocían como parte del pueblo pobre y de la clase obrera. Para ello era necesario un dictador, una dictadura y fue eso precisamente como se puede definir el «reinado» de Juan Pablo II y a Juan Pablo II mismo. Es el personaje antagónico de Camilo Torres. Representa todo lo que el cura guerrillero apuntó con su fusil. Es el pueblo pobre contra el Opus Dei.
Si mediante la Doctrina de Seguridad Nacional, las burguesías reprimieron la insurgencia y el movimiento popular, esa misma lógica sirvió para reprimir al interior del catolicismo el cristianismo popular. La globalización no sólo requería un gobierno mundial sino también una religión universal y la labor de nuevo dictador del Vaticano era unir a todas las corrientes cristianas bajo un solo poder imperial. De ahí la etapa ecuménica.
Hoy, en plena era del imperialismo (globalización), la revolución se hace más necesaria que nunca. Para ello no sólo se debe reconstruir los partidos revolucionarios, rescatar la ideología revolucionaria y reconstruir el movimiento popular sino también, y en ese proceso, los revolucionarios marxistas deben ser solidarios y aliados con los revolucionarios cristianos y cooperar para la reconstrucción del movimiento basista de los cristianos por el socialismo también reprimido y perseguido. La revolución marxista latinoamericana no tiene destino sin la participación de los revolucionarios cristianos socialistas. Ambas son dos corrientes, entre otras, que de no juntarse y unirse, de no resurgir, la toma del poder será cada vez más lejana. No es una cuestión táctica sino estratégica. Pero para que ello resulte se debe tener en cuenta que dentro de esos dos movimientos también se da la lucha de clases entre los sectores reformistas siempre proclives al colaboracionismo de clases y el sector revolucionario siempre unido hacia la destrucción del orden imperial-esclavista. La lucha también se debe dar para que sea el sector revolucionario sea el que prime en ambas corrientes de la lucha popular.
Para aprender y recordar
Camilo Torres, escritos
https://www.marxists.org/espanol/camilo/index.htm
Discurso de Camilo Torres, 1966
Camilo Torres y la toma del poder
Cae Camilo Torres, el cura guerrillero
Camilo, el cura guerrillero
Víctor Jara, Camilo Torres