CNPPGP-PERÚ. 19 DE JUNIO. DÍA DE LA HEROICIDAD

CNPPGP-PERÚ. 19 DE JUNIO. DÍA DE LA HEROICIDAD

¡GLORIA ETERNA A LOS HÉROES DEL PUEBLO!

¡SIGUEN Y SEGUIRÁN VIVIENDO EN LA LUCHA POR UN NUEVO MUNDO!

Para encontrar a los héroes de veras
hay que poner los ojos en nuestros propios días.

Versos del poema Nieve, del Presidente Mao Tsetung

Hace 39 años, el 19 de junio de 1986, se estampó en la historia popular el Dia de la Heroicidad. La resistencia feroz de los combatientes de la guerra popular en El Frontón, Lurigancho y Callao, en defensa de la revolución y de sus propias vidas, traspasó fronteras y tiempos, acrecentándose desafiante en todas las luchas contra la explotación y opresión en el Perú y el mundo.

La guerra popular iniciada el 17 de mayo de 1980 había cumplido seis años de duro combate contra las Fuerzas Armadas y Policiales. Bajo la firme dirección del Partido Comunista del Perú, armado con el marxismo-leninismo-maoísmo y su aplicación creadora el pensamiento gonzalo, se había construido el Ejército Guerrillero Popular y había florecido un nuevo poder de obreros y campesinos, enfrentando la línea genocida del Estado peruano causante de miles de asesinados, desaparecidos, violados, torturados que entregaron sus vidas por la causa de la revolución.

Parte de ese costo popular fuimos los prisioneros políticos y de guerra concentrados en las cárceles de El Frontón, Lurigancho y Callao, prisioneros que, manteniendo en alto la bandera roja y la moral de la clase obrera, transformamos las sucias mazmorras de la reacción en luminosas trincheras de combate donde los combatientes y las masas que nos visitaban y apoyaban fortalecíamos nuestra unidad y defendíamos con coraje y decisión los logros y avances de la revolución peruana y mundial.

El Estado peruano, bajo la conducción del demagogo hambreador y genocida, Alan García, preparó un genocidio contra los prisioneros de guerra considerándolos una parte débil por estar presos y creyendo que así daría un golpe demoledor contra el Partido y la guerra popular. Mas los guerrilleros rojos de Gonzalo nos preparamos para enfrentarlo con resistencia feroz en defensa de la revolución y de nuestras propias vidas.

Ante el inminente genocidio, nos rebelamos exigiendo demandas muy justas y racionales, pero que fueron desechadas para aplicar la vil matanza en plena capital de la república y frente a organismos y personalidades internacionales que se encontraban en Lima en ese entonces. El 18 de junio, las Fuerzas Armadas se hicieron cargo de los tres penales y concretaron el genocidio que estremeció al mundo.

El aprendiz de führer, Alan García Pérez, cual burda e impoluta madona, salió a decir sobre los asesinos: “o se van ellos o me voy yo”. Pero sus manos tintas en sangre, sus macabras muecas, su demagogia desesperada lo delataban de cuerpo entero como el principal responsable del genocidio contra más de 250 prisioneros políticos y de guerra del Partido Comunista del Perú: 2 mujeres en el Callao asesinadas por la Aviación; más de 100 en Lurigancho ejecutados por el Ejército y la Guardia Republicana con disparos en la cabeza cuando estaban reducidos en el piso boca abajo; más de 100 muertos en El Frontón ametrallados, fusilados, quemados, despedazados, volados, enterrados vivos, desaparecidos por obra de la Marina de Guerra.

Los hechos históricos quedaron escritos con sangre y la verdad histórica se abrió paso. La heroicidad ejemplar de camaradas, combatientes e hijos de las masas que resistieron indoblegables el genocidio fue una muestra de la gran heroicidad que derrochó a raudales el campesinado, principalmente pobre, el proletariado y el pueblo por acabar con la explotación y opresión y construir un orden nuevo. Mas como nos enseñó el Presidente Gonzalo, la sangre no ahoga la revolución sino la riega. Miles de nuevas masas populares se incorporaron a las guerrillas y el Partido y las bases de apoyo revolucionarias crecieron y se fortalecieron hasta conquistar comités populares abiertos y llegar al equilibrio estratégico, construyendo la conquista del poder en todo el país, en perspectiva. Y es que como bien hemos aprendido: las masas hacen la historia y ellas son los verdaderos héroes.

La prisión de nuestra jefatura y la Dirección Central del Partido en 1992 impidió temporalmente el triunfo popular, entramos en un largo repliegue político y militar, pero siendo muy conscientes de lo enseñado por el Presidente Mao Tsetung: luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo, volver otra vez a luchar, así hasta la victoria final; esta es una ley marxista y se cumplirá.

La gesta heroica de la guerra popular no es solo bandera del Partido Comunista, es un inmenso tesoro del proletariado y el pueblo del Perú y es un aporte brillante a la revolución mundial. La defensa de su trascendencia histórica ha recorrido y recorre crecientemente calles, montañas, países, el mundo entero. Nuestro Presidente Gonzalo, el más grande ejemplo de dar la vida por el Partido y la revolución, es inmortal y vive en los combates del pueblo. Su pensamiento gonzalo, nuestra arma ideológica estratégica, específica y principal, aplicado en guerra o en paz, guía a nuestro Partido y a nuestro pueblo hacia el socialismo y el comunismo. Los prisioneros políticos de ayer y hoy del Partido Comunista del Perú, siguiendo el ejemplo de los héroes del pueblo, nos reafirmamos en nuestra invicta ideología y en nuestra gloriosa meta.

La bandera roja con que se envolvió el camarada Alejandro en su sacrificio ondea desafiante en las luchas antimperialistas y por el socialismo en Gaza, India, Filipinas, Perú, Estados Unidos, México, Venezuela, España y en todas partes del mundo. La voz proletaria del camarada José resuena vibrante en las consignas contra la guerra imperialista, el genocidio en Gaza, las deportaciones en Estados Unidos, por la libertad y amnistía de los presos políticos revolucionarios y en toda causa proletaria y popular. Los versos combativos del compañero Jovaldo alientan las luchas de los pueblos y comprueban que la poesía es también una metralla que da luz y esperanza. Los puños de campesinos, obreros y pueblo caídos reviven con más fuerza en Ayacucho, Puno, Cuzco y en todo el país así como en la lucha popular de todo el orbe. Sí, es la misma lucha que ahora prosigue en nuevas condiciones y proseguirá sembrando revolución hasta conquistar el triunfo final.

Hoy con una tramposa ley de amnistía solo para militares, policías y cabezas negras, el Estado ha anulado el interminable juicio contra los genocidas de los tres penales, pero la historia ya ha sancionado. Los oficiales genocidas, viles entorchados, mequetrefes, señoritingos de café que hoy se pintan de víctimas; los marinos de uniforme blanco para ocultar su alma negra, cobardes para morir, valientes para matar que junto a los jefezuelos torturadores de la Dircote pretenden limpiarse la indeleble sangre con la que se bañaron en la guerra interna, están condenados para siempre. La heroicidad del pueblo es incuestionable y el oprobio imborrable ha caído sobre Alan García, su Consejo de Ministros, el Comando Conjunto, las Fuerzas Armadas y Policiales.

Nuestro Presidente Gonzalo dijo: ellos viven y combaten en nosotros enseñándonos hoy, mañana y siempre a dar la vida por el Partido y la revolución. ¿Por qué fueron capaces de elevarse hasta la gloria? Porque estaban armados con el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo, nuestra todopoderosa ideología proletaria y servían al pueblo de todo corazón. Y ahora y en el futuro, siguen y seguirán ganando batallas más allá de la muerte.

El tiempo ha pasado y pronto se cumplirán 40 años del Día de la Heroicidad. Debemos conmemorar esa fecha como corresponde a la heroicidad de nuestro pueblo. Si prohíben la ideología del proletariado, debemos encarnarla más; si persiguen el pensamiento gonzalo, debemos enarbolarlo y aplicarlo más; si impiden la participación política, debemos fundirnos más profundamente con las masas y sus luchas; si destruyen nichos, si esconden los restos, si se ensañan con los familiares, mantengamos firme la lucha por su memoria eterna.

Y si hace 40 años, la resistencia ante el genocidio removió conciencias y estremeció la Tierra, hagamos de la conmemoración del 40 aniversario un nuevo remecimiento que sirva al avance de la revolución en el Perú y el mundo. Persistamos en la recuperación de sus restos hasta hoy sin entregar a sus familiares, honremos su memoria, difundamos más los hechos históricos, hagamos actividades celebratorias, plasmemos nuevas obras artísticas en recuerdo del Día de la Heroicidad. Solicitamos a otras organizaciones revolucionarias del mundo a que se aúnan a este homenaje. Que la conmemoración empiece desde ahora desarrollando más la brega por la libertad de los presos políticos de ayer y hoy, sembrando más revolución en el proletariado y el pueblo, bregando por una real democratización de la sociedad peruana, oponiendo la revolución proletaria mundial a la guerra imperialista, promoviendo las luchas antimperialistas y por el socialismo, defendiendo la memoria de los héroes del pueblo, sirviendo a que el marxismo-leninismo-maoísmo sea mando y guía de la revolución mundial.

Junio de 2025

Comité Nacional de Prisioneros Políticos y de Guerra del Perú

https://presospoliticosdelperu.wordpress.com/2025/06/19/gloria-eterna-a-los-heroes-del-pueblo/

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