CHILE: UNA IZQUIERDA QUE DEFIENDE LA DEMOCRACIA (BURGUESA-LIBERAL)

El péndulo en América Latina se mueve de la derecha hacia la izquierda en ida y vuelta. Así lo señalan los politólogos donde los mismos señalan que estarían en un nuevo ciclo donde el péndulo estaría volviendo hacia la izquierda donde el triunfo del progresismo en Honduras, Perú, Chile posiblemente en Brasil próximamente así nos indica.

Ante esta vuelta de péndulo, las oligarquías, las derechas ponen el grito en el cielo y demonizan a estos proyectos político-electorales como sI fueran la representación de la revolución misma conducida por destacamentos revolucionarios cuyo objetivo es la toma del poder, la abolición del capitalismo y la superación de la democracia burguesa y del Estado de iguales características. Los reaccionarios saben a ciencia cierta que nada de eso es real y que esa izquierda que vuelve montado en el péndulo no es revolucionaria ya que ella misma se encarga de decirlo y establecer las diferencias ideológicas y programáticas, como en la conformación de sus alianzas, con la izquierda revolucionaria que no permite medias tintas ni revoluciones a medias.

En el caso de Chile esto también ocurre. Más allá que la alianza originaria que sustentó la campaña político-electoral del presidente electo, Gabriel Boric, esté compuesta por el Partido Comunista y el Frente Amplio, más otros partidos menores, en Apruebo Dignidad, lo cierto es que ellos se han puesto en la vereda contraria de la Revolución Cubana y del socialismo cubano como del proceso popular de Venezuela, y otros, definiendo esos regímenes y gobiernos como dictaduras y violadores a los derechos humanos.

Si bien esas declaraciones de “principios” hechas por Boric como por los diputados comunistas causa resquemor e indignación pero si consideramos que a renglón seguido Boric y los suyos dicen que se debe valorar la democracia, defenderla ante el avance de la ultraderecha como respetar el Estado de Derecho, entonces, lo que nos están diciendo es que ellos llaman a que defendamos la democracia burguesa-liberal con todas sus derivados a saber el capitalismo y la sociedad de clases: la explotación del hombre por el hombre.

Llega a tal nivel el respeto y el amor de la sociedad burguesa, por esta (whisky, caviar) izquierda o redset que plantean en un acto de “rebeldía” la “radicalización de la democracia” y con ello decoran lo anterior con frases pomposas como “democratizar la democracia” y “distribuir el poder”. Veamos qué significa esto.

Radicalizar la democracia

Para el redset o derecha roja, la radicalización de la democracia consiste en introducir mayores instrumentos de fiscalización y regulación del poder cuasi infinito de los poderes económicos y que estos sean susceptibles de ser condenados con penas reales al momento de cometer abusos al “ciudadano o consumidor”.

Esta radicalización consiste en establecer contrapesos a ese poder antes mencionados donde, por ejemplo, las empresas tengan en su directorio un 30% compuesto por representantes de los trabajadores para llegar al 50% en una suerte, según ellos, de un co-gobierno. Si bien suena hermoso e idílico es una mera ilusión porque esa distribución del poder al interior de las empresas es meramente administrativa y oculta que el poder real, el capital, queda 100% intacto, en manos de los capitalistas.

Pero si vamos al fondo del concepto de “radicalizar la democracia” esa radicalización no es posible dentro de los márgenes del capitalismo y de su democracia burguesa sino que precisamente esa radicalización, para que sea efectivamente radical, debe romper con la concepción burguesa de la democracia (representativa y formal) y debe avanzar hacia la concepción proletaria, socialista y directa de la misma pero todo fuera de los márgenes capitalista-burguesa justamente con un claro contenido anti capitalista y anti burgués. Si no es así esa radicalidad democrática no pasa de ser un verso, una estrofa, una poesía o a lo más una “forma de decir” algo donde ese “algo” da para cualquier cosa.

Democratizar la democracia

Si se pretende “democratizar la democracia” es porque lo que ha vivido Chile es una “no democracia”, vale decir, Chile no ha estado en democracia y si no ha estado en democracia, entonces, hemos vivido bajo una dictadura. Lógica pura.

Pero si hemos vivido en una dictadura, ¿qué tipo de dictadura ha sido?

Dejando atrás las caricaturas de centrar el problema en una persona (Pinochet) o retrotraerlo a él, lo concreto es que esa dictadura se ha representado en el poder que posee la clase dominante, como lo maneja y como desde él, la clase dominante incrementa y concentra cada vez más ese poder.

Ese poder es de carácter capitalista, burgués, oligárquico, colonial, neocolonial y patriarcal que en el pasado se presentó “en sociedad” en su versión de dictadura militar y que posterior a ella se presentó como democracia burguesa. Pero es esa dictadura del capital, esa dictadura burguesa o de la clase dominante, la que llaman a defender y ahora llaman a democratizar. ¿Se puede democratizar una dictadura? La lógica indica que no, pero según ellos sí. ¿Será esa democratización de la dictadura una mera apariencia, una mera ilusión? Pareciera que sí y según ellos no.

Distribución del poder.

Como señalamos más arriba, esa democracia (burguesa-capitalista) que llaman a defender se sustenta en ese poder dictatorial centralizado-concentrado en la clase dominante que utiliza al Estado para reprimir a la clase proletaria, exprimirla hasta la muerte, hasta lo indigno.

Si la clase dominante es poderosa, ¿Qué es lo que se puede distribuir en relación al Poder?

El poder que se pretende distribuir no es TODO EL PODER (o sino estaríamos hablando de una democracia socialista, de poder popular, de control obrero, etc) sino una cuota de poder. Esa cuota de poder que se distribuirá no será ofensivo al poder oligárquico y es una cuota que ella estará dispuesta a ceder en el entendido que ella sigue estando al mando (indiscutiblemente), es decir, migajas.

Todo esto ahora lo quieren encubrir, decorar señalando que lo que está ocurriendo en Chile es una “revolución”. Pero ¿se puede denominar a este cambio impulsado por Boric como una “revolución”? No.

Una revolución supone un cambio radical, de raíz donde se deja un paradigma para asumir otro y dónde ese otro paradigma es antagónico o contrario al anterior, al antiguo. Lo que se pretende dejar atrás es el neoliberalismo pero manteniendo el capitalismo, es decir, se le saca la ropa al capitalismo (el neoliberalismo) para dejar al capitalismo propiamente tal cual. Se mantendrá, obviamente, la sociedad de clases, el predominio absoluto de la clase dominante burguesa, el respeto a la propiedad privada sobre los medios de producción social, se las respetará, entonces, ¿de qué revolución nos están hablando?

Lo que estamos presenciando no es una revolución sino, nuevamente, una caricatura de revolución donde la conquista de ciertas libertades las tratan de presentar como un cambio radical, revolucionario, ante las masas a sabiendas que no lo es y que dista mucho de ser un cambio radical. Una revolución no tiene como centro la mera distribución del poder, no tiene como meta, tampoco, el limitarse a introducir mayores regulaciones y fiscalización al capitalismo, una revolución para que se precie como tal debe ser anti capitalista y anti burguesa, busca la toma del poder como la creación de un poder nuevo y el proyecto de Gabriel Borc, de Apruebo Dignidad (Partido Comunista y Frente Amplio) no tiene esos fines. Castraron ellos mismo a la revolución o mejor dicho la abortaron en un claro temor al protagonismo de las masas (estallido socal). Si ellos quieren hablar de revolución, de radicalidad, tienen que buscar en el mismísimo Che Guevara, que tanto gustan los progresistas reducir a una gesta romántica, cuando señalaba que “No hay cambio sin revolución” entendiendo por ello la revolución socialista.

Para seguir viendo, leyendo

Radio Bio Bio. La revolución goza de buena salud.

El Mostrador: Gabriel Boric,»es bueno no idealizar a nadie y en ese por cierto me incluyo»

https://www.elmostrador.cl/noticias/2021/12/24/presidente-electo-gabriel-boric-es-bueno-no-idealizar-a-nadie-y-en-eso-por-cierto-me-incluyo/

Comentario: Un intento de bajar las altas expectativas generadas durante la campaña por ellos mismos. 

CATEGORIES
Share This

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )