
CHILE. EL PROGRESISMO AL BANQUILLO DE LOS ACUSADOS. CÓMPLICE DE LA IMPUNIDAD

¿Son cobardes? ¿Son traidores? No. Los progresistas (reformistas o socialdemócratas) no lo son. Son mucho más que eso. Por último un cobarde y un traidor puede llegar a tener algún tipo de conflicto moral, ético. Tedrá un conflicto en saber qué es lo correcto o lo errado y ante elegir si dobla a la izquierda o a la derecha, en el camino, se detendrá a decir y optar claro está su elección estará fundamentado en su debilidades internas (cobarde) o en el beneficio propio (traidor). Al cobarde y al traidor se les puede distinguir a kilómetros de distancia. No se pueden ocultar y en alguna medida son evidentes y honestos por mas que se intenten disfrazar cualquier máscara les resulta inútil. Pero el progresista….el progresista es otra calaña.
El progresista resulta mucho más peligroso que el cobarde o el traidor incluso más que el mismísimo enemigo entendiendo por enemigo aquel que se pone enfrente dispuesto a aniquilarte y con la expresión de odio en el rostro. El enemigo se presenta frente a uno con toda franqueza y plenamente dispuesto a acometer su objetivo. En cambio el progresista se viste con ropaje ajeno, es el verdadero «lobo en piel de oveja», es el que lleva «el puñal debajo del poncho», o en la jerga popular es el verdadero «maricón sonriente». Se mezcla entre la masa, entre los explotados y miserables. Habla, o intenta hablar como ellos, asume momentáneamente sus esperanzas y deseos a sabiendas que esas esperanzas y deseos, los del pueblo, son sólo elementos de campaña ya que una vez en el poder o en el tránsito hacia él terminará gobernando también con los cobardes y traidores. Los progresistas son los hermanos, o en el peor de los casos primo, de los fascistas que vienen por todos nosotros como siempre. El progresista se ubica detrás de estos fascistas. Los impulsa a hacer el «trabajo sucio» para luego tomar el mando y llegar al poder en gloria y majestad como los verdaderos salvadores de la humanidad. Los progresistas son los verdaderos enemigos, quizás hasta estratégicos por cuanto cumplen con la misión de no sólo confundirse en el pueblo sino que confundir al pueblo mismo.
En el caso de Chile tenemos a la antigua y decrépita Concertación / Nueva Mayoría. Una vez que el pueblo enfrentara a la dictadura de Pinochet asumiendo la lucha popular y armada contra ésta llegaron los negociadores, los progresistas para confundirse al interior del pueblo en lucha, desplazarlo y tomar ellos la conducción de la lucha antidictatorial. Se sentaron a negociar con la dictadura mientras las cárceles se plagaban de presos políticos, mientras los cementerios se llenaban de nuevos ejecutados políticos, mientras se desaparecían a nuevos luchadores y mientras se torturaba en los centros clandestinos. Impusieron que la salida de Pinochet del poder, del término formal de la dictadura se conquistó con un «lápiz y un papel» haciendo referencia a la farsa plebiscitaria del 5 de octubre de 1988. Lo del «lápiz y el papel» era la más horrible y descarada ofensa a todos aquellos y aquellas que pusieron «el pecho a las balas», literalmente. Era el más profundo desprecio por la entrega absoluta en defensa de la vida y por derrocar a lo peor del poder poder burgués. La transición fue el triunfo, la puesta en escena de todos los acuerdos previos entre los progresistas y los fascistas o entre los principales enemigos que se presentan tomados de la mano como buenos hermanos.
La ilusión de haber conquistado la democracia, de ser capaces de volver a ser libres, de ser todos iguales duró hasta que estalló en pedazos el 2019 con el estallido o revuelta popular y que se comenzó a resquebrajar antes el 2006 y el 2011. Fue durante la masividad de las protestas nacionales del 2019 que el progesismo nuevamente se infiltró entre el pueblo movilizado y combatiente para ellos tomar el control de un movimiento que no les pertenecía y para, finalmente, imponer los acuerdos que ya estaba llegando con su hermanos, los fascistas. Eso fue el acuerdo por la paz de noviembre, 2019. Se presentaron como jóvenes rebeldes, irreverentes y formaron un engendro, similar a la Concertación / Nueva Mayoría, conocido como Frente Amplio. Convencieron a muchos que la justicia social se podría conquistar, nuevamente, con un «lápiz y un papel» a lo cual llamaron nueva constitución. Desplazaron a los luchadores por ellos, los negociadores como lo hicieron el 88. Continúan gobernando al pueblo que aun sigue confundido sin verlos como sus enemigos y ahora se presentan nuevamente con la falsa bandera de fascismo v/s antifascismo y le piden al pueblo, al cual han utilizado hasta el cansancio, que concurran nuevamente a las urnas para votar por ellos, y validar la alianza entre los hermanos en el poder. Per….
Ahora están prontos a sentarse en el banquillo de los acusados. Están prontos a ser juzgados por entre otras cosas, por obstrucción a la justicia. por cruzarse en el camino para evitar el juzgamiento y condena de Pinochet en España cuando este se refugió detrás de las faldas del imperio británico. Pero, ¿acaso el Juicio de Nuremberg no fue también una farsa que dejó a miles de nazis libres e enquistados en el poder, en plena impunidad? ¿Acaso no fue eso lo que ocurrió en España con los Franquistas, en Italia con los fascistas como en cuanta otra dictadura latinoamericana? ¡Acaso no fueron los progresistas en todas partes los que negociaron la impunidad a los genocidas para asegurar la continuidad del capitalismo y del poder burgués? ¿Acaso no han sido siempre progresistas y fascistas los articuladores de la impunidad en relación a los crímenes contra la humanidad que se han cometido?
Bueno ahora en Chile serán llevados a la justicia y serán los familiares de los ejecutados políticos de la Caravana de la Muerte quienes inicien ese largo camino ha la justicia después de décadas de impunidad. Pero este juicio que se inicia con la presentación de la querella criminal contra el gobierno de Frei y sus funcionarios no sólo tratará sobre conquistar la justicia sobre los crímenes sino versará sobre las relaciones de poder entre progresistas y fascistas, de los acuerdos que llegaron para imponer la transición y como estos se han mantenido en el poder a costa del sufrimiento de un pueblo que por décadas busca justicia y cárcel para los genocidas. Posiblemente, en el juicio toda la mierda saldrá y serán estos enemigos del pueblo los que sean retratados en cuerpo y en alma.
Pero, ¿qué dirán los jóvenes rebeldes del Frente Amplio, del Partido Comunista que han avalado todos los acuerdos políticos y de gobierno, primero, con la Concertación y Nueva Mayoría, y ahora con el engendro de gobierno de Boric. Ellos, FA-PC, han avalado todos estos acuerdos tras bambalinas y ahora les tocará defender al gobierno de Frei en la defensa de Pinochet y en el rescate de éste de la justicia internacional.
Pero para hacer esa defensa ellos tendrán que desacreditar las pruebas y acusaciones de nada menos de los familiares de los ejecutados políticos, de los acribillados, asesinados. Se tendrán que ir en contra de quienes moralmente se encuentran capacitados de juzgar a quien se ponga en su camino y por los cuales los progresistas han derramado lágrimas de cocodrilo.
El movimiento de derechos humanos, el antiguo y el nuevo, tienen en este juicio una oportunidad preciosa de juzgar toda la transición, en sus orígenes, en su desarrollo y en sus efectos nefastos que llegan hasta hoy. Es la oportunidad de desenmascarar a todos estos enemigos del pueblo, de hacer saltar todas las piezas y teclas, de abrir las compuestas de los desperdicios para que toda la pudrición, la mierda y la historia real salga de una buena vez. Lo cierto es que sin movilización y sin lucha esa verdad no saldrá por más querellas que se presenten. Convertir esta batalla por la justicia y por la verdad histórica resulta cardinal y da fundamento a aquello que señalaba Nicanor Parra en cuanto a que «izquierdas y derechas unidas jamás serán vencidas» o como lo ha dicho el pueblo hasta el cansancio ¡QUE SE VAYAN TODOS!
Los querellantes
La Caravana de la Muerte. Los zarpazos del puma.
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