MJ LAUTARO. 8 DE MARZO: CLAVES PARA MIRAR LOS AVANCES SUSTANCIALES EN LO PROPIO POPULAR

Luego de la marcha en el centro de la capital por el día internacional de la mujer, se instaló en los medios de comunicación un debate bastante particular sobre la cantidad de asistentes. Mientras las organizadoras cifraban la concurrencia en 350 mil personas, los pacos hablaban de 35 mil, una diferencia aritmética significativa y que claramente expresa una intencionalidad política. Luego de aquello, el tema fue cerrado, ya pasó la fecha y entramos a otros menesteres, los dos años del cagón del gobierno de Boric.

Es decir, el 8M más institucional se redujo exclusivamente a un elemento cuantificador, adornado con fotografías de carnaval pero más allá nada, habrá que esperar un año más para que la “temática” vuelva a estar en la palestra del escenario. En lo personal, siempre me ha llamado la atención los debates respecto a los números de concurrencia, sobre todo porque no ponen el foco de atención en los procesos sino que en la mera adhesión (que puede responder a diversas circunstancias), la cual erra en su pretensión de dotarla de un factor homogeneizador, no importa que durante todo el año las organizaciones convocantes estén casi totalmente inactivas sino que el paragón se establece en cuanta concurrencia hay cada año en comparación del otro. Que la concurrencia fuese de un millón hace un par de años atrás o que la última tuvo las 350 mil participantes como aseveran las organizadoras, no es sine qua non de procesos transformadores, la realidad de la mujer popular no ha variado sustancialmente en su cotidiano por estas movilizaciones, es decir, los números sin ideas ni apuestas hechas posición, no aseguran que el cotidiano sea transformado. Es más, las marchas de filo institucional siguen siendo caja de resonancia de la clase política de esta democracia, el separatismo no expulsa de sus geografías a las responsables de que la cotidianidad de millones de mujeres siga estando truncada en su realización plena.

No se trata de bajarle el perfil a la concurrencia, un dato objetivo siempre importante pero que jamás (como lo ha demostrado la historia) podrá ser por sí solo lo fundamental, la potencialidad está dada en la relación entre lo cualitativo y lo cuantitativo (con predominancia en lo cualitativo), número por sí solo es un diálogo de sordos e ideas sin despliegue práctico es paja intelectual. Un ejemplo claro de esto, es lo que ha ido ocurriendo con lo que el poder denomina “octubrismo”, que no es otra cosa que una corriente de ideas e identidad popular, lejano absolutamente de lo institucional y que si bien ya no convoca a las grandes masas, su impronta y quehacer sostenido, tenaz y consecuente en el tiempo, está dando cuenta de procesos de maceración en su asimilación de los principales productos que dejó el Corte Histórico iniciado el 18 de octubre de 2019. El poder le teme con creces a este proceso, lo han afirmado en varias ocasiones y han dado señales claras al respecto (por ejemplo toda la agenda represiva), no necesariamente por su concurrencia actual sino porque la idea que le recorre está totalmente en sintonía con la realidad, por lo cual un nuevo desborde masivo no tan solo es totalmente posible sino que también y sobre todo porque ese nuevo instante vendría con un aprendizaje de la experiencia, es decir, con un salto cualitativo significativo.

Para las lautarinas y lautarinos, este 2024 es un año esencialmente de posición, de disputa de modos de vidas y de clase entre el País Popular y el País de los Negocios. La potencia transformadora y jaladora de procesos, la ubicamos en esta Corriente de ideas y posición de lo popular, que sin duda que tiene que pegarse un estirón sustancial sobre todo en el plano del desate de la subversión revolucionaria. Hay que apostar a lo nuevo, a la savia nueva brotando a cántaros y el quehacer ha de buscar nuevos estilos provocativos de las praxis.

Es desde esta afirmación central de donde miramos lo acontecido en el último 8M, donde vemos avances sustanciales y un par de nudos que siguen estando presentes y que ya son urgente de ir solucionando o saldando para darle paso a lo nuevo. En específico, en una primera pasada de lo que fue el último 8 de marzo, que nos dejó muy contentos(a), está dado por los siguientes elementos:

Primero: La búsqueda de profundización de separar aguas de lo popular con lo posmoderno del feminismo pije y eunuco.

Hace un par de años atrás, sectores de la izquierda revolucionaria, estaban muy preocupados(a) de salir a disputarle a lo ciudadano las instancias de conducción de los espacios feminista. Apuesta que nunca nos convenció porque era carente de ideas, su centro era lo representativo formal y no la generación de procesos propios. Era ir a la “caza” de espacios de por sí truncos y que si bien podían tener expresiones de masividad esporádicas, no contribuían en nada en los asuntos de lo propio popular. Pues esa modita ha ido siendo superada, este 8 de marzo fue expresión fidedigna de profundizar las distancias de clase con el feminismo burgués, colocando los acentos en lo propio y no meterse en la pelea chica de representatividad. Esto genera que las distancias con lo posmoderno y sus modas (muy presentes por ejemplo en los espacios Universitario), sean cada vez más queridas y realizadas como tales, ya no tan solo en lo discursivo sino que también en la práctica. Esa tendencia de homologar en el género lo que a todas luces es imposible, ha ido perdiendo fuerza, floreciendo con mayor potencia las contradicciones y choques de clase.

Lautaro hizo un aporte concreto en esto, el salir con insolencia indómita popular el 8 de marzo, sin duda contribuye a este separar agua, que no se pierda el sentido histórico de clase del día internacional de la mujer y del quehacer por décadas del movimiento popular. El batallar por las exigencias y necesidades de las mujeres populares ha sido un quehacer siempre presente en nuestro Pueblo, el feminismo burgués no descubrió la pólvora, el rol estratégico de las mujeres – por ejemplo- en la lucha contra la dictadura no se puede borrar con el codo. Lautaro realizó una acción subversiva contra el SERNAMEG de Concepción, símbolo inequívoco de lo trunco de la política democrática respecto de la mujer y emblema del quehacer pije y de la lógica posmoderna referente a la mujer.

Segundo: Territorios.

Si bien nunca han dejado de existir convocatorias territoriales, este año fueron más tanto en lo que refiere a lugares como también en su llamado a ocuparse y preocuparse de lo propio popular, lo que sin duda que profundiza el choque con lo posmoderno y de los modos de vidas. Aquí habría que resaltar lo siguiente:

– En lo particular encontré que la provocación instalada por las “Mujeres Organizadas de Lo Hermida” fue totalmente potente. La consigna “Mujeres Históricamente Resolviendo” condensa una totalidad que da para todo, hay allí una potencia de los mil demonios porque justamente provoca el encuentro de la temporalidad, el aquí y ahora es producto –entre otras cosas – por el quehacer de la historia que va generando identidad de Pueblo, otorgándole musculatura a las exigencias del presente y abriendo senderos a recorrer en la lucha popular. Y sipo, Mujeres históricamente resolviendo, habla del protagonismo que siempre ha tenido la mujer en las batallas del Gigante Popular.

– La marcha en la PAC, convocada por el CDT va consolidando procesos e instalando apuestas. Una marcha pequeña en su concurrencia pero gigantesca en las señales y la pachorra que recorrió su andar. PAC es una comuna que tiene historia de lucha pero que en el presente “lo clásico organizativo” está atrapado en la inercia, el tren de la historia está pasando frente a ellas y en vez de subirse a sus vagones lo constatan desde un plató de comentarista y de quehacer puntual y acotado a una que otra fecha. El CDT, una organización nuevecita irrumpe en esa inercia con irreverencia y se va instalando en y para la savia nueva en lo que refiere a vocación de lucha muchísimo más allá que la mera mención. Se marchó por la histórica Av. La Feria y se llegó a la histórica Av. Departamental con lo propio popular a punta de gritos, haciendo presente a las mujeres populares que han caído luchando y quemando los emblemas del Imperialismo, con unos mormones apretando cachete cuando entendieron muy bien la señal de la bandera yanqui en llamas.

– La convocatoria a mitting de Concepción en plaza España, que si bien no es población si es un punto de convocatoria recurrente de lo popular, también potenció este separar aguas y hacer prevalecer las distancias de lo popular con lo pije.

– El proceso de instalación de estos llamados, demuestran una vez más lo que venimos sosteniendo hace bastante rato, esto que los tiempos de instalación de los procesos y provocaciones en la cotidianidad no pasan por el protagonismo de lo virtual sino por la propaganda física, en los muros, en las esquinas, por donde lo popular transita, etc… Lo virtual secunda en la potenciación pero no es lo medular, es en el ejercicio cotidiano de la propaganda callejera, esa que va haciendo del quehacer una crónica de irreverencia a la vista del Gigante Popular, donde se van creando y desatando los procesos. Los muros han de ser bitácoras del quehacer, es allí, en la propaganda como el punto cero del despliegue de la praxis donde se va potenciando el entramado de la posición de lo propio popular. Los hechos son un todo junto de elementos que se colocan en disposición y van aportando desde su particularidad, es decir, no es tan solo realizar la convocatoria sino que también está la provocación en las latitudes de lo popular en los tiempos necesario para que este “corre la voz” se sepa, por ejemplo en ello –a mi ver- el llamado en La Florida de un comité de vivienda, el llamado al 8M fue tardío, no se propagó, fue más bien una reacción a un proceso de instalación de otros lares. No obstante aquello, siempre va a ser mejor hacerlo que no y sin duda que también contribuyó a esto de separar aguas con el feminismo burgués.

Tercero: 8M como antesala y catapulta del quehacer antimperialista.

Esto debe ser uno de los elementos más significativos alcanzados en lo que respecta a los avances. En diciembre pasado, en el Encuentro de DDHH realizado en la ciudad de Santiago, que congregó a parte de la diversidad en lucha latinoamericana, se acordó colectivamente en darle curso a la necesaria protesta continental contra los yanquis del próximo 4 de julio. En esa tamaña apuesta, se definieron al menos tres antesalas: Día Internacional de la Mujer, Día internacional del Prisionero(a) Político(a) del 17 de abril y el 1 de mayo. La provocación de las antesalas, es de dotar a estas fechas ya instaladas en nuestra historia de Pueblos en Lucha, de un sentido y extensión de posición antimperialista que conjuntamente de abordar sus propias exigencias fuesen catapulta para la instalación de la Protesta del 4 de julio.

Aquello iniciado, desde diciembre último, a través de la “Coordinadora por los Derechos Humanos y de los Pueblos” tuvo su primer desafío logrado con creces, con las convocatorias concretadas en Chile, México y Perú. En los cuales se cree necesario reflexionar respecto a:

– Lo fundamental es que el carro se echó a andar, si bien hay un conjunto de elementos que hay que ir cualificando, lo sustancial está en que hay ganas expresadas en gestos y hechos concretos para ir pariendo el Gigante de Pueblos Americanos. Lo medular está en que existe la disposición, en parte de la diversidad latinoamericana, a que las coincidencias de época de los pueblos pasen a ser un asunto querido, anhelado y realizado como un solo puño de combate.

– Destacar el rol desempeñado por el “Movimiento de DDHH para la vida Plena de los Pueblos y la Revolución”, organización nacida en mayo pasado en la ciudad de Concepción y que en su corto andar ya se ha ido anotando porotos significativos. Este 8 de marzo, concretó sus llamados en Concepción, Curicó y Santiago (en la PAC), los cuales fueron realizados conjuntamente con la diversidad. A parte de la concreción, es justo reconocer su rol catalizador en la “Coordinadora por los Derechos Humanos y de los Pueblos”

– Nos sorprendió muy gratamente lo realizado por la “Colectividad FNLS” en Veracruz México, en una movilización de todo un día y repleto de gestos hacia la expresión conjunta de los Pueblos del continente. Hicieron suyo por completo esta urgencia de realizar gestos concretos hacia un quehacer conjunto de la diversidad latinoamericana.

– Y esta primera antesala deja instalado un “colador” natural en lo que respecta a las búsquedas donde claramente hay quienes pretenden utilizar lo nuevo naciendo como palanca orgánica (asunto legítimo pero que se enreda si esto es lo que prima y no es como acompañante del proceso) y personal y estamos los(a) que queremos que prime el puño de combate latinoamericano. Un buen instante para afinar la puntería y de ir dando saltos cualitativos al respecto, todo en miras de la Protesta Continental del 4 de julio.

Cuarto: Lo propio popular hizo que el 8M no fuera solo un asunto de ritual y de procesión anual

Si bien el quehacer de lo propio popular, en lo que refiere a concurrencia, es mucho menor a lo generado por el feminismo posmoderno, si lo superó con creces y significancia en sus alcances. Mientras que toda la política trunca de la mujer ha de guardarse hasta el próximo año, lo propio popular logró con creces en ir abriendo el año -las exigencias de las mujeres populares mediante- en su quehacer de posición y aportando notablemente en la configuración de marzo como un mes de insolencia indómita y de posicionamiento antimperialista. Es decir, aquí la cosa continúa y no hay motivos para que se guarde hasta el próximo año, hay cancha y tiro para el desate de las urgencias de las mujeres del Gigante Popular. En lo inmediato, en el plano nacional está el día de la mujer subversiva y popular (26 de marzo) y en el plano latinoamericano, la segunda antesala de la Protesta Continental contra los yanquis del 4 de julio: el día internacional del Prisionero Político (17 de abril), donde perfectamente se puede hacer el énfasis en la realidad de la mujer prisionera política.

Quinto: 8M, otra señal de la crisis profunda y prolongada de la izquierda revolucionaria.

En general, el 8M reafirmó – una vez más – la crisis por la cual atraviesa la izquierda revolucionaria, la que cada vez es más profunda, prolongada y que cuyas características esenciales están en la inercia completa y un quehacer auto complaciente, no a la altura de los requerimientos de la historia.

Es evidente que la izquierda revolucionaria esta carente de ideas y apuestas, quedando reducida a la mera narración de la realidad, no irrumpe en ella de manera cotidiana y cuando lo hace (muy esporádicamente) lo hace con un discurso sobre ideologizado sin tino táctico ni con finura.

Esto provoca que sigamos sosteniendo que los sectores avanzados no están ubicados en estos espacios sino que en la savia nueva que se está organizando en lo que antiguamente se conocía como las “franjas intermedias”, es decir, fundamentalmente en colectivos. A nosotros(a) nos ha acostado llegar a estos espacios, principalmente porque está muy presente en nuestra cotidianidad la costumbre, sabemos que lo nuevo siempre cuesta más de lo habitual porque no necesariamente tiene parangón y por ende cuesta su visualización pero sin duda es urgente ir a esa búsqueda.

Esta crisis, se está expresando muy notoriamente en los medio

s de prensa que se ofertan como alternativos. Lo propio popular está con un cerco notorio de la prensa institucional como alternativa, siendo que ha habido hechos “noticiosos”, los cuales al incomodar a las líneas editoriales del poder y de lo alternativo, éstos opten por montar el cerco. Esta situación, reafirma la necesidad imperiosa de un periodismo popular que no sucumba al frenesí de los likes sino que más bien se ubique en ser potenciador de lo nuevo naciendo.

En fin, raya para la suma: Un potente 8M de lo popular.

 

Fernando

Secretario General

Lautaro

Movimiento Juvenil Lautaro

11 de marzo de 2024.-

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