ANTONIO RAMÓN RAMÓN Y LA JUSTICIA POPULAR COMO HERRAMIENTA DE LOS PUEBLOS
Este jueves 14 de diciembre se llevará a cabo un nuevo homenaje al obrero anarquista Antonio Ramón Ramón en la calle Rondizzoni en el monolito en su homenaje. Es un acto significativo, de suma importancia por rescatar una parte de la memoria del movimiento obrero y de reivindicación de la Justicia Popular ante la impunidad criminal de la injusticia burguesa.
¿Quién es Antonio Ramón Ramón (1879-1924)?
A principios de 1900, cumplido el Centenario de la «independencia» de Chile se agudiza a grado extremo la crisis del capitalismo, de la lucha de clases. Los niveles de explotación y esclavitud sobre el proletariado y el enriquecimiento extremo de la clase dominante, especialmente en el salitre, llevó a una alza de las luchas obreras. Las condiciones inhumanas de los obreros del salitre llevó a que en Iquique se desarrollaran jornadas de luchas, protestas, paros y huelgas. Una de ellas fue la Matanza de la Escuela de Santa María de Iquique (21 de diciembre, 1907).
Veamos cómo lo relata el sitio Memoria Chilena:
«Los sucesos que culminaron en la trágica masacre de la Escuela Santa María de Iquique, el 21 de diciembre de 1907, constituyeron unos de los hitos más emblemáticos del movimiento obrero chileno. La mediación del gobierno durante la huelga, su masividad y su fatal desenlace, le dieron una especial connotación al conflicto, además de afectar profundamente la actividad salitrera y de provocar un fuerte impacto en la época, reflejado en la extraordinaria difusión de los acontecimientos en la prensa».
«Aunque el movimiento obrero ya se había visto afectado por otros conflictos que culminaron en sangrientos incidentes como la huelga portuaria de Valparaíso en 1903 y la huelga de la carne en 1905, la singularidad que revistieron los hechos de 1907 le otorgó una relevancia que no tiene equivalencia. Este suceso se convirtió en un símbolo de la lucha social y del «martirio» que caracterizó a la historia popular del siglo XX, además ser un referente para muchos intelectuales y artistas que lo transformaron en tema de estudio y de expresión estética que contribuyeron a preservar la cultura obrera en la memoria colectiva del país».
«Pese a que desde principios de 1907, Iquique se encontraba convulsionado por una serie de conflictos debido a la fuerte devaluación del peso y la consiguiente alza de precios, la huelga salitrera propiamente tal, estalló el 10 de diciembre en la oficina San Lorenzo, extendiéndose rápidamente a todo el cantón de San Antonio. Cinco días después, una columna de más de dos mil obreros caminó a Iquique en demanda de mejoras salariales y laborales, bajo la firme decisión de permanecer allí hasta que las compañías salitreras dieran respuesta a sus peticiones. Con el correr de los días la situación se agravó. Mientras que numerosos gremios de Iquique se sumaron al movimiento huelguístico, todos los cantones salitreros se plegaron al paro y, periódicamente, nuevos contingentes de mineros llegaban a la ciudad. Según estimaciones de la época, las cifras de huelguistas oscilaban entre 15 mil a 23 mil personas, lo que implicó que tanto las actividades del puerto, como la producción minera de toda la región, quedaran paralizadas por completo».
«El rechazo de las compañías a negociar mientras no se reanudaran las labores, hizo que intervención estatal fuera confrontacional. El ministro del Interior Rafael Sotomayor ordenó restringir las libertades de reunión e impedir por cualquier medio el arribo de nuevos huelguistas a Iquique y el intendente Carlos Eastman decretó restricciones a la libertad de tránsito y ordenó a los huelguistas a abandonar la ciudad el 21 de diciembre, amenanzando con aplicar la fuerza si era necesario. Para entonces, el puerto ya se hallaba resguardado por una numerosa tropa de línea y tres buques de guerra».
«Ante la negativa de los huelguistas a desalojar la Escuela Santa María, en donde permanecían desde hacía una semana, el 21 de diciembre el general Roberto Silva Renard ordenó a sus tropas hacer fuego en contra de la multitud. Según testigos, más de 200 cadáveres quedaron tendidos en la Plaza Montt y entre 200 y 400 heridos fueron trasladados a hospitales, de los cuales más de noventa murieron esa misma noche. Los sobrevivientes fueron enviados de regreso a las oficinas o embarcados a Valparaíso.
«Las consecuencias de la masacre no se hicieron esperar. La notoriedad pública que alcanzaron los hechos logró conmover a varios intelectuales y políticos, convenciéndolos de la necesidad de abrir el debate sobre la cuestión social, mientras los sectores populares organizados reformularon sus propias estrategias a la luz de las enseñanzas que extrajeron de la tragedia».
Uno de los obreros asesinados en la Matanza de la Escuela de Santa María fue Manuel Vaca, medio-hermano del obrero español Antonio Ramón Ramón que al enterarse a través de la prensa argentina, Ramón Ramón decide viajar a Chile y hacer justicia por su propia mano, ejercer la Justicia Popular contra el General Roberto Silva Renard quien había comandado la matanza obrera.
El ajusticiamiento del general Silva Renard lo lleva a cabo Ramón Ramón el 14 de diciembre a las 10.15 cuando el asesino caminaba por calle Viel. Silva Renard, de un largo prontuario asesino, logra sobrevivir a las heridas. Ramón Ramón es apresado después de atentado, herido en la cabeza por disparos de las fuerzas represivas falleciendo en 1924 en la cárcel.
Pero el ejercicio de la Justicia Popular tiene también escuela en la historia política de Chile y de otros países.
Otros ejercicios de justicia popular en Chile
El ajusticiamiento de Edmundo Pérez Zujovic llevado a cabo por la Vanguardia Organizada del Pueblo, VOP, el 6 de junio de 1971, por la responsabilidad de Pérez en la matanza de Puerto Montt siendo él ministro del Interior del gobierno de Eduardo Frei.
Esta el atentado a Pinochet llevado a cabo por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, FPMR, el 7 de septiembre de 1986 comandada por el Comandante Ernesto, el combatiente internacionalista, José Joaquín Valenzuela Levi, asesinado posteriormente en la Matanza de Corpus Cristi 1987.
En 1988, un comando del MIR ajusticia al Mayor de carabineros Julio Benemeli jefe de Grupo de Operaciones Especiales de carabineros e integrante del Comando Conjunto.
El 9 de junio de 1989, un comando del FPMR ajusticia al comandante de la Fuerza Aérea Roberto Fuentes Morrison también integrante del Comando Conjunto por su responsabilidad en crímenes contra la humanidad.
El 1º de abril de 1991, un comando del FPMR ajusticia al senador y fundador del partido fascista UDI. Guzmán, ex integrante también del fascista Frente Nacional Patria y Libertad, fue uno de los pilares de la dictadura militar-burguesa de Pinochet y redactor de la Constitución de 1980.
Otras acciones de justicia popular en otras latitudes
Una vez triunfado la Revolución Francesa, Luis XVI es ejecutado, posterior a un juicio, el 21 de enero de 1793.
Una vez triunfado la Revolución Bolchevique, la familia imperial de los Romanov la cual había mantenido en la más profunda miseria a millones de obreros y campesinos fueron ejecutados el 16 y 17 de 1918.
Una vez derrotada Alemania en la guerra del 45, Mussolini huye y es detenido por partisanos comunistas y ejecutado por estos dirigidos por Walter Audisio, el 28 de abril a las 16.10 en Villa Belmonte.
La justicia popular persigue a los Somozas
El 21 de septiembre de 1956, el poeta Rigoberto López Pérez le dispara cinco balazos al Anastasio Somoza García. El dictador fallecería cinco días después, el 26 de septiembre a las 4.05 de la madrugada.
Mónika Ertl (ELN) pasará a la historia como la mujer que vengó al Che Guevara asesinado el 9 de octubre de 1967 en la Quebrada del Yuro, Bolivia. A kilómetros de distancia, el coronel Roberto Quintanilla, uno de los responsables de la muerte del guerrillero heroico y en ese entonces cónsul boliviano en Hamburgo, Alemania caía bajo los disparos de la mujer vengadora. La acción se llevó a cabo el 1º de abril, 1971.
El 17 de septiembre de 1980 un comando atenta contra Anastasio Somoza Debayle en Paraguay. Dos militantes revolucionarios argentinos llevan a cabo la acción: Enrique Gorriarán Merlo y el militante del ERP Hugo Irurzun. La acción era conocida como la Operación Reptil.
La necesidad de la justicia
La clase dominante en todas las latitudes se han acostumbrado, desde su poder cuasi absoluto, a ejercer la más brutal represión y crímenes contra los pueblos y el proletariado cada vez que estos se alzan por su emancipación, liberación o conquista de sus justas demandas. La impunidad sobre esos crímenes se encuentra asegurada porque descansa sobre ese poder cuasi absoluto y que cuentan con la complicidad de un poder judicial de clase que sólo aplica la ley y el derecho burgués con brutalidad cada vez que el acusado es el pueblo.
Desde esa perspectiva la lucha emancipatoria de los pueblos debe tener también la capacidad de ejercer la justicia popular contra y sobre los asesinos del pueblo. Es la justicia plena tan ansiada por los explotados.
En el intertanto, como se dice en la jerga popular: ¡Si no hay justicia, hay funa!