(6) ¿QUÉ HACER CON CHILE? LA CONCENTRACIÓN DEL PODER-RIQUEZA Y LOS TRABAJADORES.

“Para mis compañeros muertos no clamo venganza. Como sus vidas no tenían precio, no podrían pagarlas con las suyas todos los criminales juntos. No es con sangre como pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por el bien de un pueblo; la felicidad de ese pueblo es el único precio digno que puede pagarse por ellas”.

Fidel Castro, “La historia me absolverá”

“La lucha de clases es siempre una guerra encubierta”.

Así definió la lucha de clases quien fuera uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionario y secretario general del mismo, Miguel Enríquez. Y tenía razón por cuanto una guerra se da entre dos bandos irreconciliables los cuales no siempre en encuentran bajo una simetría de su poderío, muchas veces la relación es asimétrica al igual que en la lucha de clases. Ambas clases que se enfrentan son irreconciliables, antagónicas donde el Estado Burgués tiene como función “mediar” en ese conflicto, pero siempre a favor de la clase dominante burguesa y siempre también con la finalidad de ejercer la opresión sobre la clase mayoritaria, aunque desarmada, el proletariado.

Para el ejercicio de esa opresión, la clase dominante se hace de la totalidad del poder siendo lo esencial el poder económico, cómo se desarrollan las relaciones de producción dentro del capitalismo y como esas son resguardadas desde el derecho burgués (política, ideología, educación e institucionalidad) y como también el monopolio de las armas (militar, policial y carcelaria) actúan con toda su fuerza y brutalidad cada vez que el proletario atenta contra ese sagrado derecho de la propiedad privada y más aun cuando atenta contra esa propiedad agregándole su característica de “sobre los medios de producción social”.

El Estado se representa, a la vez, en las constituciones políticas. Es esa “carta magna” la que establece o hace patente el programa político de la burguesía. Establece desde ahí el paradigma social, el pacto social (no consensuado sino impuesto por la fuerza) desde esa clase minoritaria opresora contra la clase mayoritaria oprimida. La constitución establece la voluntad y los limites de las relaciones políticas, como de los “ciudadanos”, que la burguesía desea establecer y no más que eso. Es la constitución la que dirigirá la etapa de desarrollo en el cual se encuentra el capitalismo, así, el cambio de la constitución burguesa obedece a los nuevos ciclos en el cual entran tanto la historia (desarrollo nacional e internacional) como también del capitalismo también en ambos ámbitos. Pero esos cambios de ciclos en nada cambian la concentración del poder de la clase dominante, y por lo tanto, la cada vez mayor violencia estatal que se desprende de lo anterior, por el contrario, mientras más avanza la historia y el desarrollo del capitalismo mayor es la concentración del poder y de la riqueza como mayor es la represión que esta clase ejerce en defensa de ese poder cada vez mayor. Entonces, pensar que un cambio de constitución va a alterar la relación asimétrica y antagónica entre las clases en pugna o que vaya a cancelar la guerra que constituye la lucha de clases es una mera ilusión aun si es que ese cambio constitucional haya nacido como una demanda desde la presión o revuelta social, como en el caso de Chile, aun en ese caso la clase dominante sigue con el sartén por el mango, con el poder total, lo que ocurre es que aprovecha también esa circunstancia para adaptar su programa de dominación estratégico a las nuevas circunstancias nacionales e internacionales. La economía es inseparable de la política, entonces, del poder.

Lenin, en “El Estado y la Revolución” citando a Engels (“El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”) señala:

“El Estado no constituye en manera alguna una fuerza impuesta desde fuera a la sociedad. Tampoco es la realidad de la idea moral, la imagen y realidad de la razón, como lo pretende Hegel. El Estado es un producto de la sociedad en un período determinado de su evolución. El Estado equivale a un reconocimiento de contradicciones internas irresolubles, de antagonismos irreconciliables, causa invevitables complicaciones de las cuales la sociedad es impotente para liberarse. Para evitar que esas contradicciones, esas clases con intereses económicos antagónicos, no se devoren entre sí y a la sociedad en una lucha estéril, fue necesaria una fuerza colocada, aparentemente, por encima de la sociedad que moderase el ímpetu de las colisiones y la mantuviera en los límites del orden. Esa fuerza que es una emanación de la sociedad pero que se sitúa sobre la misma y gradualmente, ya separándose de ella, se llama Estado”.

Y Lenin agrega:

“El Estado surge en el sitio, en el momento y en la medida en que los antagonismos de clase no pueden ser objetivamente conciliables. Y a la inversa, la existencia del Estado demuestra que los antagonismos de clase son irreconciliables”. 

Desde otra perspectiva, Nicolás Eyzaguirre, aun cuando se encuentra entre aquellos que trabaja para la conciliación de clase y la humanización del capitalismo no puede tampoco desconocer la realidad descrita y se encuentra obligado en reconocer que la concentración de la riqueza es cada vez mayor y que el Estado tiene en un rol esencial en ello y que a la vez sirve como instrumento de opresión de la clase privilegiada en el poder. Eyzaguirre (destacado dirigente político socialdemócrata chileno y que fuera ministro de haciendo y educación como alto funcionario del Fondo Monetario Internacional y furibundo defensor de la historia de la Concertación y uno de los pilares del perfeccionamiento del neoliberalismo en Chile) en su libro “Desigualdad. Raíces históricas y perspectivas de una crisis” (diciembre, 2019) señala lo siguiente en relación al Estado y al desarrollo económico:

“Una de las principales características de un Estado de derecho fundado en la igualdad ante la ley es el debido proceso, institución fundamental en la limitación de la discrecionalidad de la autoridad. Pero las instituciones no son de generación espontánea, sino que son hechas a la medida de los grupos de influencia”.

“Si tomamos los 2,5 millones de años que han transcurrido desde el inicio de la evolución del género Homo en África y lo transformáramos en un solo día de veinticuatro horas, este gran salto de progreso de los últimos dos siglos representaría apenas los últimos segundos del día. Incluso si consideráramos los doscientos mil años de evolución del Homo sapiens, el progreso económico en forma se habría materializado en el equivalente al último minuto de ese día que resume la historia de nuestra especie”. Y continúa al señalar:

“Sabemos -gracias a los datos de del proyecto Madison- que en el año 1 d.C) las zonas más desarrolladas del mundo eran Egipto, Mesopotamia (hoy Irak y en alguna medida Irán) y Roma, con ingresos por habitante que superaban ligeramente los US$ 1.000(en dólares de Estados Unidos de 2011, a ppc). Tomaría trece siglos para que el liderazgo, ahora de España, se acercara en el año 1350 a los US$ 2.000. Y otros cinco siglos para que, esta vez Inglaterra alcanzara una nueva frontera de casi US$ 3.000 por habitante. Es decir, para que el ingreso por habitante se triplicara se necesitaron ¡1.850 años! Sólo setenta años después, para 2020, Estados Unidos alcanzaría un ingreso por habitante de unos US$ 57.000, diecinueve veces superior al que prevalecía en la Inglaterra victoriana…”

“Lo procesos de evolución ascendentes y geométricos, como es el caso del progreso material, tienden a confundir. Avanzar en 100 dólares adicionales por habitantes en la época de Cristo implicaba un esfuerzo mayúsculo, equivalente a un incremento de un 10 por ciento. Con el nivel de desarrollo actual de Estados Unidos, 100 dólares adicionales implican un avance porcentual de apenas dos milésimas, la quinta parte de un 1 por ciento”.

Chile no es una excepción a esta realidad descrita.

Las numerosas constituciones burguesas que Chile ha tenido a lo largo de su historia van en correspondencia con la etapa del desarrollo que el capitalismo ha tenido en los diferentes períodos. Han sido la clase dominante que en esos períodos ha permitido los cambios constitucionales con la finalidad de darle un nuevo impulso al programa estratégico burgués-capitalista siempre con la idea de cómo aumentar su poder, cómo concentrarlo aún más, como exprimir de mejor forma, más eficientemente, a la clase trabajadora pero también cómo dar espacios de “inclusión” del proletariado descontento para su incorporación en la “institucionalidad” burguesa, distraerlos de la necesaria lucha por la toma del poder, imponer la ilusión de ganar más “libertades” e introducir el colaboracionismo de clases. Imponer la ilusión que la lucha de clases está obsoleta, que la nueva constitución lo puede todo ya que es una nueva oportunidad y que la bondad puede desterrar esa guerra de clases al cual le temen. Para ello presentan la variante de las reformas constitucionales con rasgos constituyentes, sin por ello perder un ápice del poder que ya poseen e intentan remozar el capitalismo y la explotación del hombre por el hombre con aquello del “Estado de Bienestar” y sus variantes. Esa es la situación actual en el cual se encuentra Chile hoy con la instalación de la Convención Constitucional.

A pesar que la ilusión de una nueva relación social bondadosa entre las personas que puede nacer de la esperanza de las masas sobre la nueva constitución, lo concreto que es las bases capitalistas y el derecho burgués continuarán estando presente e imponiendo su tiranía como también la clase dominante y su brazo armado, los perros falderos de la represión y el genocidio.

Cuestiones simbólicas de la Convención Constitucional

“Los políticos se gastan en sus campañas millones de pesos sobornando conciencias, y un puñado de cubanos que quisieron salvar el honor de la patria tuvo que venir a afrontar la muerte con las manos vacías por falta de recursos. Eso explica que al país lo hayan gobernado hasta ahora, no hombres generosos y abnegados, sino el bajo mundo de la politiquería, el hampa de nuestra vida pública”.

Fidel Castro, “La historia me absolverá”.

*Lo más llamativo de la composición de la Convención es que está compuesto por sectores medios, en general, jóvenes profesionales proveniente algunos de ellos de movimientos sociales. Son los hijos de la transición, los sectores o pequeña burguesía aspiracional los que en su mayoría la componen que se expresan en el feminismo, en representantes del movimiento medioambientalistas junto con los pueblos originarios sumando a ellos a los dinosaurios representantes del fascismo.

Los ausentes son precisamente los representantes de las organizaciones de trabajadores, del sindicalismo, de la clase trabajadora, obrera, del campesinado, de los temporeros, de los sindicatos de cesantes, de los sin casa, de los pobladores. Del sindicalismo burocratizado y amarillo es entendible que no se encuentren por su alto desprestigio y compromiso con el desarme ideológico del proletariado, pero tampoco se encuentran presente los sectores que se declaran clasistas, al interior de los trabajadores, y que creen en la utilidad de la lucha electoral.

**Si bien de los 155 convencionales son “independientes”, el proceso convencional mismo se encuentra secuestrado por los mismos partidos que transversalmente han consolidado el neoliberalismo y su carácter extractivista y depredador, como racista y patriarcal. Las luchas de poder por los cargos al interior de la convención se han repetido de la misma forma que en el parlamento burgués con sus mismas prácticas y conspiraciones de pasillos. El pueblo y el proletariado son los grandes ausentes de este espacio.

***A corto andan se produce un aburguesamiento de quienes se reclaman provenientes de los movimientos sociales. Si bien las fuerzas fascistas tanto desde el interior de la convención como desde el gobierno han hecho todo lo posible por obstruir su desarrollo limitando los recursos, es particularmente significativo que convencionales del Frente Amplio hayan publicado fotos de ellos mismos, y sus colegas, almorzando sentados en las escalinatas y escaleras del ex congreso como una señal de precarización de la función convencional. Pero, ¿acaso no es esa la realidad de miles de trabajadores los cuales tampoco cuentan siquiera con baños químicos en sus trabajos y sin embargo ellos nucna dijeron nada al respecto? ¿Por qué ahora el almorzar en las escalinatas o sentados en el suelo tendría que adquirir un sentido dramático, escandaloso y antes no? ¿Solamente por el hecho que son convencionales y su función es redactar una nueva constitución?

Los dirigentes del pueblo, los genuinos, por lo general padecen y viven de la misma forma que el pueblo al cual pertenecen y que desean liberar. Su condición de vida y el riesgo de sus propias vidas en situaciones de lucha encarnizada, los riesgos que se ellos corren no son diferentes a los riesgos que corren los integrantes de la clase en esas mismas condiciones. Darse cuenta ahora de la precarización por almorzar en las escalinatas y horrorizarse por ello es simplemente porque nunca se dieron cuenta antes que eso era pan de cada día, y eso se debe a sus condiciones de privilegio en las cual se encuentran en sus vidas particulares muy diferentes al común de los trabajadores que ganan en promedio $500.00 o menos.

Según información encontrada en internet, los convencionales ganan un promedio de $2.608.050. Cabe señalar que los sueldos de diputados y senadores es sideralmente mayor del de los convencionales. Los parlamentarios ganan un equivalente a 33 sueldos mínimos

Los senadores ganan mensualmente $9.349.851, sueldo bruto lo que se traduce en $6.000.000 líquidos. A esto se suma las asignaciones que en el caso de los senadores tienen un tope de $20.000.000 y en el caso de los diputados un tope de $11.000.000. Chile ocupa el primer puesto de los congresistas mejor pagados, con una dieta mensual de $24. 599 dólares.

****Según la Fundación Sol (“Los verdaderos sueldos de Chile”, editorial del Diario de Concepción, 11 de noviembre, 2020) se señala que:

“la línea de la pobreza por ingresos en Chile, para un hogar promedio de 4 personas, es de $445.042. La mediana para los asalariados a jornada completa es de $449.652. Es decir, 50% no logra sacar a una familia promedio de la pobreza”.

“En materia de género, un dato revelador, el 84% de las mujeres con trabajo remunerado gana menos de $800.000 líquidos”.

“El 50% de trabajadores y trabajadoras en Chile gana menos de $401.000 y que dos de cada tres, menos de $550.000 líquidos”.

“hay casi 840 mil Subempleados, y el 50% de estos gana menos de $176 mil. Además, se registran 1.164736 de Asalariados que no tienen contrato de trabajo, y el 80% gana menos de $454 mil…existen 1,1 millones de trabajadores externos asalariados externos (subcontrato y suministro)”.

Queda bastante claro que los padecimientos de los convencionales son muy diferentes a los padecimientos de los trabajadores comunes y corrientes.

*****Supongamos, por un momento que todos los convencionales antes de ser electos tenían sus trabajos, percibían un sueldo, entonces, ¿Por qué no asumieron su función convencional continuando ejerciendo en sus antiguos trabajos, percibiendo el mismo sueldo o en el mejor de los casos porque no donar sus dietas convencionales y quedarse con el sueldo que percibían antes de ser electos? Resulta difícil que quienes no viven como el pueblo común legislen como quiere el pueblo. Los privilegios al final cambian la conciencia o las refuerza en aquellos que nunca han tenido conciencia de clase (proletaria).

El monopolio de las armas y los recursos para la guerra interna

“Como quiero ser justo antes de todo, no puedo considerar a todos los militares solidarios de esos crímenes, esas manchas y esas vergüenzas que son obras de unos cuantos traidores y malvados, pero todo militar de honor y dignidad que ame su carrera y quiera su constitución, está en el deber de exigir y luchar para que esas manchas sean lavadas, esos engaños sean vengados y esas culpas sean castigadas si no quieren que ser militar sea para siempre una infamia en vez de un orgullo”.

Fidel Castro, “La historia me absolverá”.

Pero no solo quienes elaboran las leyes y ejercen el derecho burgués desde su quehacer político-parlamentario-convencional viven en condiciones superiores al común de los mortales. También esto sucede con quienes monopolizan las armas y la fuerza: las fuerzas armadas.

Según los antecedentes aparecidos en internet (Comandante en jefe del Ejército es el que menos gana de sus pares de la FF.AA.: $4 millones” (fuente: Emol.comhttps://www.emol.com/noticias/Nacional/2016/05/05/801251/Los-sueldos-de-los-altos-mandos-de-las-Fuerzas-Armadas-chilenas.html) el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, quien es el que más gana obtiene la no despreciable suma de $4.473.259, lo sigue el jefe máximo de la armada, Almirante, con $4.190.770, el Comandante en Jefe del Ejército con $4.049.75. Por último, el General Director de Carabineros percibe $3.500.000. A todo esto se le deben agregar asignaciones, regalías, viáticos, gastos reservados, el abuso de poder y los numerosos casos de corrupción que son numerosas e históricas. También habrá que agregar aquí los $3.000 millones de dólares del presupuesto anual para la defensa nacional. Como es sabido, la compra de armamento no es un área de los más transparente. Se mezcla con el tráfico de armas, con comisiones de servicios y pagos extras a quienes funcionan como los enlaces en esas tratativas.

El monopolio del derecho y de la justicia

“Cuando vosotros juzgáis a un acusado por robo, señores magistrados, no le preguntáis cuánto tiempo lleva sin trabajo, cuántos hijos tiene, qué días de la semana comió y qué días no comió, no os preocupáis en absoluto por las condiciones sociales del medio donde vive: lo enviáis a la cárcel sin más contemplaciones. Allí no van los ricos que queman almacenes y tiendas para cobrar las pólizas de seguro, aunque se quemen también algunos seres humanos, porque tienen dinero de sobra para pagar abogados y sobornar magistrados. Enviáis a la cárcel al infeliz que roba por hambre, pero ninguno de los cientos de ladrones que han robado millones al Estado durmió nunca una noche tras las rejas: cenáis con ellos a fin de año en algún lugar aristocrático y tienen vuestro respeto. En Cuba, cuando un funcionario se hace millonario de la noche a la mañana y entra en la cofradía de los ricos, puede ser recibido con las mismas palabras de aquel opulento personaje de Balzac, Taillefer, cuando brindó por el joven que acababa de heredar una inmensa fortuna: “¡Señores, bebamos al poder del oro! El señor Valentín, seis veces millonario, actualmente acaba de ascender al trono. Es rey, lo puede todo, está por encima de todo, como sucede a todos los ricos. En lo sucesivo la igualdad ante la ley, consignada al frente de la Constitución, será un mito para él, no estará sometido a las leyes, sino que las leyes se le someterá. Para los millonarios no existen tribunales ni sanciones.”

El porvenir de la nación y la solución de sus problemas no pueden seguir dependiendo del interés egoísta de una docena de financieros, de los fríos cálculos sobre ganancias que tracen en sus despachos de aire acondicionado diez o doce magnates. El país no puede seguir de rodillas implorando los milagros de unos cuantos becerros de oro que, como aquél del Antiguo Testamento que derribó la ira del profeta, no hacen milagros de ninguna clase. Los problemas de la República sólo tienen solución si nos dedicamos a luchar por ella con la misma energía, honradez y patriotismo que invirtieron nuestros libertadores en crearla. Y no es con estadistas al estilo de Carlos Saladrigas, cuyo estadismo consiste en dejarlo todo tal cual está y pasarse la vida farfullando sandeces sobre la “libertad absoluta de empresa”, “garantías al capital de inversión” y la “ley de la oferta y la demanda”, como habrán de resolverse tales problemas. En un palacete de la Quinta Avenida, estos ministros pueden charlar alegremente hasta que no quede ya ni el polvo de los huesos de los que hoy reclaman soluciones urgentes. Y en el mundo actual ningún problema social se resuelve por generación espontánea”.

“Me diréis que aquella vez los magistrados de la República no actuaron porque se lo impedía la fuerza; entonces, confesadlo: esta vez también la fuerza os obligará a condenarme. La primera no pudisteis castigar al culpable; la segunda, tendréis que castigar al inocente. La doncella de la justicia, dos veces violada por la fuerza”.

Fidel Castro, “La historia me absolverá”

En el caso de un juez permanente de la Corte Suprema de Justicia puede llegar a ganar alrededor de $9.261.240. Sin duda este cargo y sueldo apetecible, donde el ejercicio del derecho y la supuesta administración de la justicia tiene que ser alto porque en sus manos se encuentra el asegurar la impunidad para sus pares y compinches de los otros poderes del Estado cada vez que estos son descubiertos en casos de corrupción, tráfico de influencia, platas de financiamiento ilegal de la política o en los crímenes contra la humanidad como de terrorismo de Estado. El tráfico de influencia, el abuso de poder es tan opaco al interior de los tribunales como en el resto de los poderes del Estado donde todos ellos se encuentran interrelacionados y donde aquellos del “equilibrio de poderes” y la “separación de poderes” es otra de las tantas fábulas de la democracia burguesa y del derecho burgués.

¿Quién hace bailar a los monos? El que pone la ficha.

La oligarquía es cosa aparte y es este el poder real detrás del trono.

En un artículo de la Fundación Sol “Cuatro familias controlan el 47% de los activos que de las empresas que se cotizan en la Bolsa”, señala lo siguiente:

“La concentración de la riqueza en Chile es el principal tema del libro “Hacia un crecimiento inclusivo: Propuestas de política económica», editado por el economista Luis Eduardo Escobar, y presentado hace unos días en la Fundación Chile 21. Datos y estadísticas sobre la concentración en Chile tenemos para regalar y este es uno de los que Escobar presenta: que cuatro familias (Luksic, Angelini, Matte y Piñera) controlan el 47% de los activos de las empresas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Santiago. Andrónico Luksic, Anacleto Angelini, Eleodoro Matte y el actual Presidente Sebastián Piñera representaban en conjunto el 9,16% del PIB en 2004 y el 12,49% del PIB en 2008, se destaca en la publicación”.

“Escobar destacó que en la pupila de los analistas internacionales persiste la imagen exitosa de un Chile con altas tasas de crecimiento de los años 90 (…) Pero, añadió, “pocos analistas se han metido en qué es lo que ha pasado con la riqueza y la distribución del ingreso».

“A lo anterior se suman una serie de mercados concentrados, en áreas críticas de la economía nacional: las administradoras de fondos de pensiones, las empresas privadas de salud y el sistema financiero. Durante la presentación del libro, Escobar destacó que en la pupila de los analistas internacionales persiste la imagen exitosa de un Chile con altas tasas de crecimiento de los años 90 «que llevó a una disminución de la pobreza y a una mejora en la calidad de vida de la mayor parte de la población». Pero, añadió, “pocos analistas se han metido en qué es lo que ha pasado con la riqueza y la distribución del ingreso». Para leer más sobre este tema, puedes visitar la página web de la Fundación Chile 21”.

Para tener un panorama más completo el siguiente artículo resulta bastante ilustrativo:

“La geografía de la desigualdad y del poder”, (Ciper, 2020)

https://www.ciperchile.cl/2020/02/26/la-geografia-de-la-desigualdad-y-del-poder/

Salvo el poder todo es ilusión. ¡Los trabajadores a la revolución!

“¿Quién le ha dicho que nosotros hemos promovido alzamiento contra los Poderes Constitucionales del Estado? Dos cosas resaltan a la vista. En primer lugar, la dictadura que oprime a la nación no es un poder constitucional, sino inconstitucional; se engendró contra la Constitución, por encima de la Constitución, violando la Constitución legítima de la República. Constitución legítima es aquella que emana directamente del pueblo soberano. Este punto lo demostraré plenamente más adelante, frente a todas las gazmoñerías que han inventado los cobardes y traidores para justificar lo injustificable. En segundo lugar, el artículo habla de Poderes, es decir, plural, no singular, porque está considerado el caso de una república regida por un Poder Legislativo, un Poder Ejecutivo y un Poder Judicial que se equilibran y contrapesan unos a otros. Nosotros hemos promovido rebelión contra un poder único, ilegítimo, que ha usurpado y reunido en uno solo los Poderes Legislativos y Ejecutivo de la nación, destruyendo todo el sistema que precisamente trataba de proteger el artículo del Código que estamos analizando”.

Fidel Castro, “La historia me absolverá”.

Una nueva constitución en nada alterará el poder de la oligarquía y las ramificaciones del mismo que llegan y envuelven a los tres poderes del Estado y al Estado mismo en su conjunto. Si esa concentración dramática y patética del poder no cambiará un ápice con una nueva constitución, si la clase dominante continuará monopolizando el poder totalitario como siempre lo ha hecho, ¿qué sentido tiene entonces luchar por una nueva constitución si el orden capitalista y burgués continuará siendo el mismo? La verdad es que no mucho ya que si ese proceso no va con un discurso esclarecedor hacia las masas en cuanto a dejar bien en claro que una nueva constitución puede ser solamente un atajo en el camino en función de aliviar en algo al carga y obtener ciertos beneficios, pero nada más que eso, se debe dejar en claro que una nueva constitución burguesa-capitalista en nada reemplazan el proyecto histórico del proletariado, cuál es, la revolución y el socialismo.

Serán los reformistas, los progresistas los que aprovecharán esta nueva oportunidad para fortalecer su discurso conciliador de clases, para afianzar el colaboracionismo, el parlamentarismo y el pacifismo burgués y así desterrar todo atisbo de discurso y construcción revolucionaria. El proletariado no debe luchar únicamente por más libertades individuales sino por la liberación de la clase, por la emancipación del proletariado, por la liberación de lo pueblos desde fuera del Estado y desde la independencia de clase.

Pero, ¿por qué la revolución es la única vía posible para conquistar tanto la liberación como la felicidad de los pueblos? Precisamente por la enorme concentración del poder y de la riqueza de la clase dominante, minoritaria y privilegiada que no soltarán ese poder por más estallido social que se produzca sin conducción ni por más asamblea constituyente que se exija. La mera masividad de la demanda popular, el mero sentido común, la buena palabra, la diplomacia y el diálogo bondadoso no ablandarán en nada a esa clase despótica. Los derechos no se mendigan sino se arrebatan mediante la única lucha válida y real: la lucha revolucionaria.

Por último como decía José Martí:

“El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ése es […] el único hombre práctico cuyo sueño de hoy será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber.”

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