
PERO ¿POR QUÉ DEBERÍAMOS ESTAR EN DEUDA CON ISABEL ALLENDE?
El caos en que se encuentra el progresismo, como un corcho en el agua y con la reciente destitución de Isabel Allende (PS) como senadora, lo ha llegado a fuego cruzado, pasadas de cuenta, y a un cuasi chacales al más puro estilo casero.
Los socialistas se han vuelto locos porque uno de sus íconos, Isabel Allende, ha sido destituida y para colmo de males es nada menos que hija del presidente mártir Salvador Allende. Ella llevaba 30 años en el senado y en versión de los socialistas su destitución es injusta por cuanto ella trabajo por la democracia durante toda su vida parlamentaria. Es como si Chile entero y en especial los trabajadores deberíamos estar eternamente agradecidos. Pero, ¿por qué deberíamos estar en deuda con Isabel Allende?
Isabel Allende es parte fundamental del socialismo chileno y en especial de la Renovación Socialista, vale decir, del sector más de derecha y neoliberal del socialismo aquel que renunció no sólo al leninismo sino al marxismo en su totalidad asumiendo el socialismo versión socialdemócrata. Es decir, es de aquellos y aquellas que no creen en la lucha de clases y en la humanización del sistema de explotación capitalista como a la vez la sumisión de los trabajadores a las leyes del mercado y del patrón.
La señora Allende también fue pieza fundamental en la construcción de la Concertación, aquella alianza contrainsurgente que abrazó con todo lo obrado por la dictadura, su modelo económico y que ha llamado reiteradamente a respetar la constitución (de Pinochet) y las leyes. Fue defensora acérrima de la transición a la democracia (pactada con la dictadura) con todo lo que ello implicó para la clase trabajadora.
¿Donde estuvo ella cuando operaba la Oficina de Seguridad dirigida por socialistas? ¿Dónde estuvo cuando se construyó la Cárcel de Alta Seguridad para los nuevos prisioneros políticos revolucionarios durante esta transición? ¿Dónde estuvo ella cuando fue la Concertación que fue aprobando los más de 60 tratados de libre comercio? Ella guardó silencio durante el gobierno de Boric mientras este dictaba una y otra vez Estado de Excepción en el Wallmapu.
Pero la señora no sólo ha tenido un rol nefasto en la política chilena, ¿acaso no fue ella la que recibió con los brazos abiertos a Mitzy Capriles y Lilian Tintori ambas esposas de dos fascistas venezolanos?
Pero si ella ha desarrollado junto a sus gobiernos toda clase de injerencismo en los procesos populares de América Latina. Ha asumido la política exterior de los yanquis como propia. Ha sido el ejemplo de como ser renegada y reaccionaria utilizando para ello la figura de Salvador Allende cayendo en La Moneda.
La clase trabajadora en nada está en deuda con ella. Los pueblos y procesos latinoamericanos tampoco tienen nada que agradecer sino mucho que repudiar por su injerencismo en los asuntos internos vulnerando así la autodeterminación.
El espectáculo dado en los últimos días, la «furia» socialista por su destitución no es más que la muestra de la decadencia en la cual se encuentran los partidos burgueses-progresistas. No es más que el momento para compensar a los socialistas con más cargos en la administración y situarlos en una mejor condición negociadora ante las futuras elecciones.
Dejemos a los renegados y renovados socialistas con su eterno trasvestismo político, con su juego de máscaras. Dejémoslos con su falso socialismo, con sus buenos negocios capitalistas, con sus aparatos represivos, con sus servicios de inteligencia, dejémoslos en su propia cloaca, en su propio estiércol que esa no es nuestra fiesta ni menos nuestros mártires.