
OCR-CHILE. LA GUERRA Y LA ALTERNATIVA REACIONARIA NACIONAL-POPULISTA COMO EXPRESIÓN DE LA CRISIS DEL CAPITALISMO MONOPÓLICO.
SITUACIÓN INTERNACIONAL
La guerra y la alternativa reaccionaria nacional – populista como expresión de la crisis del capitalismo monopólico.
Como lo venimos planteando desde hace tiempo y en varias publicaciones, el capitalismo en su integralidad y a dimensión universal está en una crisis multidimensional que no es capaz de superar. Va pateando hacia adelante la pelota, sin ser capaz de ordenar el campo. El actual período es de agudización intensa, la clase dominante se es- tremece por sus propias contradicciones y la implacable y caníbal lucha por dominar, busca soluciones usando las herramientas políticas que posee. La derecha extrema va ganando posiciones e influencia.
Comprendiendo que toda sociedad de clase es la dictadura (más o menos abierta y descarnada) de una clase contra otra, la forma de dominación llamada democracia liberal, está en crisis y eso permite el ascenso de esa expresión burguesa llamada hoy día “neofascismo”. La alternativa revolucionaria del proletariado se ve debilitada a nivel mundial. Por supuesto reconocemos la persistencia rebelde de las luchas, guerrillas, rebeliones y de la construcción de partidos comunistas revolucionarios en todo el mundo, algunos con un gran nivel de desarrollo y en pleno en- frentamiento con las burguesías lacayas del imperialismo.
Este profundo periodo de crisis integral del capitalismo está enmarcado, entre otros factores, por:
La creciente y para nada resuelta lucha por la hegemonía capitalista mundial. Esta lucha enfrenta fundamental- mente al bloque dirigido por los EE.UU, principal (no única) potencia imperialista mundial y que tiene como aliados a Gran Bretaña, la Unión Europea, Japón contra el eje capitaneado por China que se agrupa con Rusia, Irán, Sudáfrica, entre otros. Cabe señalar algunos elementos característicos de la lucha por la hegemonía mundial:
• Los bloques son flexibles, dinámicos, y acudimos periódicamente a la reconfiguración de estos. Es decir, hay potencias de “segunda línea” que van variando en su alineación. Por ejemplo, Turquía y la India, algunos países de la Unión Europea (Hungría, por ejemplo).
• Esta confrontación por la hegemonía se desarrolla en medio, produce y producto, de la crisis capitalista en la actual fase imperialista.
• La tendencia creciente y destructiva es al enfrentamiento agudo, desatado entre las fuerzas que buscan hegemonizar el poder.
La reconfifiguración del patrón de acumulación capitalista en su fase imperialista. La economía capitalista va acomo- dándose al interior de su propia lógica de lucro, desposesión, abuso, explotación y destrucción, esto sucede como respuesta a la crisis que se gesta en este sistema. Todas las crisis anteriores del capitalismo van reconfigurando el patrón de acumulación. Algunos elementos que pueden encontrarse como expresión de posibles reconfiguraciones del patrón de acumulación actual son los siguientes:
• Surgen nuevas tecnologías las que son puestas de inmediato al servicio del mercado, la explotación y la opresión.
• Para contrarrestar la tendencia a la baja de sus tasas de ganancia, las del capital, inventan procesos finan- cieros de especulación, aumentan la explotación de la clase trabajadora y el pueblo, concentran la producción de bienes en países en los que pueden aumentar sus desmedidas ganancias, reconfiguran sus estructuras logísticas, etc. • Surge con fuerza un gran espacio de rentismo tecnológico, el que va tomando cada vez más fuerza, desarro- llando una nueva oligarquía de las tecnologías en el sistema capitalista, ubicando a algunos de estos tecno-oligarcas en la primera línea del poder.
• El combate por la conquista de los mercados es radical, no acepta cooperación y tiende a absorber a todo el mundo en el proceso de mercantilización.
• Se produce de manera diferenciada y desigual una tendencia a la tercerización de las economías, con el proceso de desindustrialización y/o no industrialización.
• El desarrollo de las fuerzas productivas requiere de cada vez menos trabajadores/as, o menos horas de trabajo en realidad, para la realización de la producción.
Asistimos a una ofensiva del capital contra el trabajo bajo la forma de mayor precarización y flexibilización. Crece la masa de trabajadores y trabajadoras expulsadas del empleo formal, lo cual ya es un fenómeno estructural y sis- témico de la relación capital / trabajo. Parte de este proceso de reconfiguración esta dado por el inventito del capi- talismo verde. No hay alternativa al interior del capitalismo, es el capitalismo el problema destructivo y de despojo.
La destrucción acelerada de la naturaleza a través de la explotación irracional del extractivismo depredador. El pro- ceso de cambios climáticos en curso es producto de la lógica del capitalismo, es decir, de las propias contradicciones del modo de producción capitalista.
• La competencia brutal y destructiva de la producción capitalista produce el calentamiento global con su estela de destrucción y amenaza a la supervivencia de numerosas especies en el planeta, entre ellas la humana.
• La lógica económica del capitalismo de incesante e irracional “crecimiento”, produce la deforestación, me- ga-incendios forestales, la contaminación y zonas de sacrificio, etc.
• Los territorios comienzan a reconfigurarse en función de la devastación de la naturaleza, nuevas construc- ciones, empresas, negocios, se sitúan en lo que antes eran humedales, bosques, ríos, entre otros recursos naturales.
Luchas de descolonización de nuevo tipo. En África, fundamentalmente en la zona del Sahel, con la creación de la Confederación de Estados del Sahel (Burkina Faso, Mali y Níger), está en desarrollo un proceso de descolonización de nuevo tipo, el cual tiene como dirección romper la dominación semicolonial y abrir un camino unitario entre estados en lucha.
• El camino de estas naciones está abierto, este proceso es impulsado por las masas africanas en lucha y por sectores de las FF. AA nacionalistas.
• El riesgo en el mediano plazo está en caer bajo una nueva relación de dependencia, esta vez con otras po- tencias capitalistas, las cuales no tienen historia colonial en África.
• África es una pieza clave en la estrategia China de la Nueva Ruta de la Seda y un continente rico en recur- sos. Es posible que en el mediano plazo el continente sea escenario privilegiado de la lucha de clases a nivel mundial.
• El hermano continente se ha convertido en un escenario de “guerras instaladas en la normalidad”, la exis- tencia de importantes recursos mineros convierte a los países y sus pueblos en lugares de permanente guerra, el caso de la República Democrática del Congo y Sudan, por ejemplo. Las potencias capitalistas depredan directa- mente o a través de estados vasallos.
Las luchas directas de masas hacia la perspectiva de la rebelión popular en los países semicoloniales y colonias, como proceso creciente, aunque no lineal. Se han sucedido procesos de alzamientos populares en Latinoamérica durante los últimos años (Ecuador, Colombia, Argentina, Perú, Chile, entre otros) que tienen ciertas características en común:
• Apuntan al término de la hegemonía política y cultural del sector dominante, monopólico financiero, de las burguesías.
• Son procesos abiertos y que por el momento no logran constituirse en alternativa de poder, pues represen- tan aun, un movimiento muy heterogéneo y sin orientación revolucionaria (clasista y proletaria)
• La ofensiva contra el trabajo por parte de la burguesía ha encontrado como respuesta, aun insuficiente, el despliegue de masivas manifestaciones de resistencia y huelgas obreras en países imperialista.
Persistencia de la resistencia de los procesos de Guerra Popular que se desarrollan en países sometidos a la explo- tación imperialista y a regímenes ultra opresivos. La lucha iniciada desde hace años en forma de guerra popular en distintos países por partidos comunistas revolucionarios se mantiene, resiste y se desarrolla.
Ejemplo de esto es la Guerra Popular en Filipinas y en la India en el corazón mismo de países altamente poblados, sometidos a la opresión y a la represión y en los cuales la guerrilla avanza. En otros países de mundo, países semi- colonias, hay destacamentos revolucionarios que insertos en las masas preparan las condiciones para el inicio de la guerra popular (Brasil, Perú entre otros).
El genocidio colonialista en contra del pueblo palestino. La brutal ofensiva genocida del estado de Israel tiene como fin no solo aniquilar la resistencia palestina y a sus organizaciones de vanguardia, sino también aniquilar la capaci- dad de existencia del pueblo palestino. Esta guerra es parte del plan de reconfiguración de oriente medio. Para los EE.UU demás de asegurar la hegemonía local del Estado sionista, el objetivo es derrotar a Irán. La tregua reciente- mente en vigor lamentablemente no es más que una pausa en el territorio de Gaza, el Estado Sionista mantiene la ofensiva en Cisjordania, ha ocupado nuevos territorios en Siria, sigue adelante con los asentamientos coloniales en territorios palestinos, mantiene los puestos de control, ahora con “ejércitos mercenarios” etc. La heroica resisten- cia palestina ha sufrido golpes estratégicos, dirigidos principalmente a Hamas, con el asesinato de sus principales dirigentes. La resistencia es fundamental en el camino de la victoria, sin embargo, resistir (más allá de la potente imagen) no es vencer.
En nuestro continente latinoamericano se manififiestan todos los factores anteriormente señalados. Estos adquieren características locales, se expresan de acuerdo al escenario de despliegue de la lucha de clases en el continente y en cada país, con sus particularidades y especificidades. Sin embargo, lo que predomina es el desarrollo de las ten- dencias centrales de la dominación imperialista y el enfrentamiento de sus opuestos. Es decir, no escapamos de lo universal/general y por lo tanto, de las contradicciones y crisis del capitalismo actual.
La vuelta de Trump al gobierno en los EE.UU, no es ninguna sorpresa. Estaba meridianamente claro desde hace años e incluso lo tenían asumido sus “rivales políticos” locales, agrupados en el partido Demócrata (representante principalmente de la facción llamada globalista, ligada a la gran burguesía monopólico financiera, parasitaria y guerrerista). Trump es expresión “local” de la tendencia general de aparición y crecimiento de liderazgos aparen- temente “rivales”, pero en absoluto antagónicos, y que desafían a las expresiones más clásicas de los partidos de la dominación. Representa a un sector de la burguesía monopólica con una apuesta estratégica centrada en el forta- lecimiento interno de los EE.UU. Para nada se puede considerar expresión de una burguesía nacional con contra- dicciones antagónicas con los monopolios financieros.
Claramente ha determinado que el enemigo a derrotar en el presente es China y para esto una de sus prioridades será recuperar influencia en Latinoamérica, utilizando una política mucho más agresiva que busca una mayor más directa subordinación a las políticas e intereses de EE.UU. Por ello la bota encima para asegurar las deportaciones masivas de migrantes, la amenaza y realización de alzas en las tasas de importación. La economía será usada abun- dantemente como herramienta en el conflicto por la hegemonía.
La entrada de Trump ha estado marcada por la amenaza de subidas de aranceles a diversos productos, incluso a sus aliados subordinados de la Unión Europea. Busca Trump reestablecer un dominio indiscutido de los EE.UU en el plano económico, fortaleciendo primero la industria yankee para mejorar las condiciones para la expansión. Los resultados de estas prácticas son inciertos, muy probablemente van a provocar al menos la persistencia de alta inflación y la bancarrota de empresas con el consiguiente proceso de súper concentración capitalista, asistimos sin duda a la fase del imperialismo donde el capital es su acción depredadora incluso liquidara a parte de sus aliados.
Por otra parte, ha sorprendido con una ofensiva diplomática para poner transitoriamente fin a la guerra en Ucra- nia. Sin participación de sus aliados europeos, que después de los pueblos ucranianos y rusos, son quienes más han sido afectados con esta guerra. Trump decidió negociar directamente con los rusos y pone condiciones a Ucrania que apuntan a ofrecer “protección” después de la guerra a cambio del uso y explotación de sus grandes recursos minerales y de tierras raras. No podemos descarta, aun cuando es todavía “casi” improbable, que la negociación con Rusia apunte a alejar a este país del bloque con China. Trump quiere jugar un papel relevante en la articulación mundial de la línea neofascista o nacional populista de la burguesía internacional.
CUBA RESISTE EN TOTAL AISLAMIENTO
La revolución cubana ha sido durante decenios el principal bastión de resistencia anti imperialista del continen- te. Lleva décadas de enfrentamiento directo con los yankees. El bloqueo impuesto hace más de 60 años, produce estragos humanitarios y bombardea permanentemente la economía de la isla socialista. Desde que se completó la restauración capitalista en el este europeo la ofensiva contra la revolución se ha acrecentado y Cuba, su pueblo, resiste de forma digna y heroico. No podemos dejar de reconocer el enorme aporte solidario internacionalista que la revolución cubana realizó con las luchas de los pueblos del mundo, exportando no solo médicos, sino que tam- bién combatientes a todas las latitudes del mundo. También debemos comprender el alcance del profundo golpe a la economía cubana producto del aislamiento a raíz de la desaparición, claudicación o derrota de las experiencias revolucionarias devenidas en estados.
Junto a todo ellos la labor de zapa que se desarrolla al interior, el fortalecimiento del revisionismo y de otras ten- dencias contra revolucionarias, en el mismo partido comunista. Pensamos que, de no mediar transformaciones de calidad en la correlación de fuerzas internacionales, el proceso de restauración capitalista, que ya tiene avanzados gérmenes desarrollados en Cuba, se va a imponer. La revolución cubana no puede sobrevivir en solitario, ni siquie- ra con el heroico ejemplo de resistencia de su pueblo, se requiere de victorias en la revolución socialista.
VENEZUELA Y NICARAGUA
Estos dos estados han estado enfrentados a los yankees en el último tiempo, los dos procesos presentan algunas diferencias claras. El Gobierno de Ortega en sus inicios, no presentó grandes conflictos con la gran burguesía ni- caragüense, más bien cooperación y acuerdos con esta y con los sectores más conservadores de la iglesia católica. En tanto el proceso venezolano surgió en conflicto y lucha contra la gran burguesía venezolana y con los patrones yankees. Aun cuando no rompió o superó las relaciones sociales capitalistas, e incluso el proceso promovió el sur- gimiento de la llamada boliburguesía (sectores patronales burgueses medios que apoyaron el proceso bolivariano) Aun así se enfrentó al imperialismo y al bloque de la gran burguesía venezolana, quienes no perdonaron “la inso- lencia” de una plataforma consecuente reformista.
Desde hace algunos años sin embargo ambos gobiernos (y la consecuencia la sufren principalmente la clase traba- jadora y los pueblos empobrecidos y oprimidos) ven acrecentar los procesos de sabotaje y de agresión en contra. Los sucesivos gobiernos de los EE.UU han aislado, sometido a sanciones y confiscado millonarios bienes, además de promover la movilización en ambos países con el fin de derrocar a Ortega/Murillo y a Maduro. Al ser ambos estados aliados del bloque chino/ruso, seguramente la administración Trump va a multiplicar los ataques, multi- formes, buscando la derrota vía derrocamiento, sin descartar la intervención militar directa.
En el caso venezolano, es importante destacar que hay dos elementos fundamentales que han posibilitado la resis- tencia a los feroces intentos de derrocar al gobierno. Uno de ellos es la existencia de un extenso y masivo andamiaje de organizaciones de base populares, las comunas, forma de democracia participativa que promueve la participa- ción de las bases en el desarrollo territorial. Este dispositivo no logra desarrollarse al ser incapaz y en realidad no tener la voluntad el gobierno de romper con el dominio económico de la burguesía. El otro elemento y que es la columna que sostiene, es lo que han llamado la alianza cívico-militar. Las FF.AA de Venezuela participan políti- camente del proceso, la jefatura se manifiesta bolivariana y más que leal al gobierno son parte de la estructura de poder.
Las diferencias enormes que tenemos con estos procesos, a los que no caracterizamos como revolucionarios, no significan en lo más mínimo un apoyo y ni siquiera neutralidad frente a la agresión imperialista. Debemos seguir manteniendo nuestra posición, promover el debate y la construcción de una verdadera alternativa comunista y revolucionaria, estar siempre al lado del internacionalismo proletario y contra el imperialismo.
Por otra parte, en las dos más grandes economías latinoamericanas, Brasil y México, están gobernando partidos de tinte socialdemócrata. En Brasil un PT y Lula cada vez menos reformista, adoptando una línea socio demócrata que no ataca las estructuras del poder burgués, sino más bien es funcional a la estrategia de un sector de la burgue- sía monopólica, el que piensa que tiene más oportunidades de obtener ganancias para sus bolsillos y algún lugar en la repartición de la torta mundial, allegados y funcionales al bloque chino/ruso.
Similar en México, salvo que está en la frontera con los EE.UU y su economía depende mucho más radicalmente del intercambio con este país. Morena es un partido autodefinido como progresista y nacionalista, busca un hipo- tético desarrollo capitalista humanizado y desacoplado de la dominación de los EE.UU. La actual gobernante (al igual que Lula) tiene un pasado militante ligado a la izquierda, pero en su caso una izquierda mucho más institu- cionalizada, militó en el PRD. Hoy en día perece, “parece” repetimos, con posturas más firmes antimperialistas, sin embargo (recordemos que el PRI también tenia un discurso anti imperialista y solidarizó con gobiernos progre- sistas en el mundo) su política interna mantiene la represión y castigo a los sectores del campo popular que no se someten a la línea del gobierno. Por otra parte, guarda una mayor neutralidad en relación a China, en comparación con Lula.
Aun cuando tenemos que estar atentos a la evolución de la línea política y económica de Sheinbaum en los con- flictos con la administración de Trump, afirmamos que estos caminos de humanizar al capitalismo no son una so- lución para los pueblos y las clases trabajadoras, debemos denunciarlos políticamente y evidenciar con las fuerzas que tengamos que finalmente, en la historia, al agudizarse la lucha de clases y abrirse crisis revolucionarias ellos siempre han tomado partido por el orden burgués.
También se expresa en el continente con fuerza, en algunos países con mayor que en otros, el crecimiento y conso- lidación de una línea política y societal burguesa (instrumento de una facción, la más reaccionaria de la burguesía monopólico financiera) reconocida internacionalmente como neofascista. Esta línea tiene amplias y a veces con- tradictorias formas en las cuales se expresa. Es en resumen el fascismo en tanto que herramienta del gran capital, burguesía monopólico financiera, para enfrentar las épocas de crisis del capital y aplastar a la clase obrera y los movimientos revolucionarios, aun emergentes y no consolidados. En la actualidad se expresa en una versión ul- traliberal (capitalismo libertario) al estilo Milei; nacionalista autoritaria como Bukele, conservadora militarista Bolsonaro, etc.
Aun cuando presentan diferencias en relación a la mayor o menor: ortodoxia liberal, militarismo, rechazo a la democracia liberal, nacionalismo y rechazo al imperialismo, discurso anti oligárquico populista, los une la defensa del capitalismo, el orden de la exclusión, el odio a la inmigración, la opresión a las mujeres y el anticomunismo.
En periodos de crisis el orden burgués hace uso de las herramientas que requiere para el mantenimiento de la ex- plotación y la opresión.
Es importante resaltar que aun cuando presentan diferencias de intensidad y formales, estos sectores avanzan muy fuertemente en su coordinación y unidad internacional. Se reúnen periódicamente y van sumando fuerzas, se coordinan a nivel de gobiernos. Aun cuando son nacionalistas pueden coordinarse en un marco internacional, incluso entre representantes de naciones que han tenido históricas disputas. Desde este punto de vista (no única- mente, por cierto) logran avances en unidad de acción y propósitos que el campo revolucionario y en particular el movimiento comunista internacional estamos lejos de alcanzar.
En el futuro inmediato son estos sectores convertidos en gobierno o en bandas militarizadas de “oposición” la expresión directa del enemigo principal a enfrentar, su fortalecimiento perfeccionará los estados policiales contra- insurgentes, podrá organizar junto a las bandas criminales narco-expresiones de combate callejero que enfrentarán a los pueblos en lucha, bandas paramilitares para el aniquilamiento de las y los combatientes populares, etc., debe- mos estar preparados para estos combates armándonos política y materialmente para enfrentar la represión y abrir paso a ofensivas populares en todos los campos de la lucha.
La Unidad o al menos la coordinación a nivel internacional de las fuerzas populares y clasistas es una urgencia que no se debe dilatar.
Para enfrentar radicalmente al neofascismo es necesario mantener una posición clasista con perspectiva revolucionaria, porque el fascismo, (el neo, el pos, el no como quiera ser llamado) es expresión necesaria de la burguesía para salir de sus crisis profundas. No se puede combatir verdaderamente al fascismo mediante la conciliación de clases, la subordinación a la socialdemocracia mediante frentes (seudos) antifascistas o votando por opciones burguesas, que a final de cuenta solo consolidan la explotación y la opresión capitalista.
La grave crisis capitalista encuentra en nuestro continente (y en vastas regiones del mundo, afirmación que no desconoce la existencia, perseverancia y consecuencia de luchas revolucionarias), al campo revolucionario en pér- dida relativa de espacios y capacidad político-organizativa. La reciente ola de luchas populares con características pre insurreccionales hasta el momento no devino en una situación cualitativamente superior para las fuerzas de la revolución, el reformismo pudo hacerse de la capitalización de la esperanza y deseos de transformación.
La actual situación (ascenso de las fuerzas de la reacción, reformismo/progresismo como herramienta de la conso- lidación del poder burgués, debilidad de las fuerzas de la revolución en medio de una inédita y con radical profun- didad crisis del capitalismo) evidencia la necesidad imperiosa articulación de las organizaciones revolucionarias en el continente, en la perspectiva de la unidad internacional. No debemos dejar para “mejores tiempos”, “cuando tengamos capacidad” esta tarea. Las condiciones en las que desarrollamos nuestras luchas y las capacidades y fuerzas de nuestras organizaciones son diferentes y siempre complejas. No debemos olvidar que en las actuales condiciones en la que se desarrolla la lucha revolucionaria, la interconexión de las luchas y de las resistencias es condición para el desarrollo y la posterior supervivencia de los procesos revolucionarios. Debemos crear espacios de debate, intercambio de experiencias, solidaridad internacionalista, encuentros y coordinaciones permanentes, sobre todo entre las y los comunistas revolucionarios.
La crisis de onda larga y destructiva del capitalismo está en pleno despliegue, no es un asunto de voluntad. La di- námica de desenvolvimiento del capitalismo, acentuado en su fase imperialista, genera crisis económicas y guerras de agresión.
Es imperioso el desarrollo de frentes políticos antimperialistas, los cuales deben construirse y orientarse de manera independiente a cualquier potencia capitalista. El antimperialismo en el actual periodo de la lucha de clases a nivel mundial debe ser cada vez más anticapitalista, no basta con el nacionalismo contra la sola potencia que domina localmente. Es necesario tener presente que el desafió que se nos presenta a los pueblos del mundo, a las naciones oprimidas, a las minorías oprimidas (ya sea étnica, espiritual, género, racializada, etc.) es la unidad con las y los otros oprimidos, con las clases explotadas de todo país, el imperialismo no es una sola nación o estado, por pode- roso que este sea. El imperialismo es la fase global e integrada del capitalismo de está época. No podemos volver a caer en la trampa colaboracionista de los llamados frentes amplios anti fascistas que ponen a la clase trabajadora como vagón de cola de sectores burgueses desplazados, autodenominados democráticos.