CHILE. PATRIMONIO DE LUCHA POPULAR CON ROSTROS CONCRETOS

CHILE. PATRIMONIO DE LUCHA POPULAR CON ROSTROS CONCRETOS

Comentario Previo
El antiguo movimiento de derechos humanos señala que el rescate de la memoria es fundamental para evitar que el genocidio y el terrorismo de Estado se vuelvan a repetir. Si bien la memoria genérica es fundamental para comprender la lucha de clases y como su agudización lleva de la mano de la clase dominante los más terribles horrores, esa memoria queda sin sentido si no se rescata la memoria combatiente que es el núcleo fundamental de cualquier rescate y lucha por preservar la memoria. Esto más aun en el contexto de nuevas políticas contrainsurgente desarrollada esta vez con mano progresista. Publicamos el presente artículo aparecido en el Facebook de los compañeros Editorial ChilePopular. 
Hace dos años nos dejó Luisa Toledo, madre de los hermanos Vergara: Eduardo, Rafael y Pablo, todos asesinados por las bestias de la dictadura chilena. Como muchas mujeres luchadoras, Luisa, convirtió su dolor en voluntad inagotable de lucha. Mujer pobladora, de estirpe popular y de principios inquebrantables, no solo se convirtió en un referente para muchas madres, hermanas y esposas que lucharon por obtener justicia para sus familiares asesinados, torturados y/o desaparecidos, sino que también se transformó en un icono de subversión e insolencia para la juventud popular combatiente.
La compañera Luisa, en su estilo particular, orientó la lucha por los DDHH, desde lo propio popular, alejada de la concepción institucional de los DDHH, desplegándola desde la lucha callejera y de la mano de su pueblo. La compañera no se compró los relatos de la democracia acerca de la reconciliación nacional, por el contrario, sus palabras jamás dejaron de convocar y recordar la importancia de la subversión en la lucha popular. Su andar no se agotó en los fallos de la “justicia transicional en la medida de lo posible”, ni en las comisiones de verdad y reparación, traspasó todas esas lógicas institucionales y eunucas de la democracia cagona. Luisa Toledo, se apropió de la necesaria lucha por los derechos humanos desde la vereda de lo propio popular y la fue haciendo carne ahí.
Con una capacidad tremendamente lucida de leer los contextos y la contingencia, no se entrampó en la discusión infértil de la institucionalidad democrática acerca de la legitimidad del uso de la violencia en la lucha popular, por el contrario, siempre la reivindico como necesaria y justa, sin que ello deslegitimara su lucha por los DDHH, aunque a muchos pudo parecerles una contradicción.
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Corrían los años ’90, en ese Chile que festejaba el retorno a la democracia, mientras muchos esperaban la alegría que nunca llegó, un puñado de combatientes siguió dando la pelea contra la democracia cartucha y en la medida de lo posible, sabían que el pacto democrático no fue hecho para la vida plena de millones, sino más bien para la instalación del modelo neoliberal y satisfacer los bolsillos de la elite económica y política. Las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro, mantuvieron su praxis subversiva, desplegando política con sus armas de la vida, recuperando bienes para la vida plena de lxs populares, recuperando plata rebelde, haciendo y soñando el Chile Popular, y de paso reventándole las pelotas a la naciente democracia eunuca.
Fue el 16 de julio de 1992, cuando resultó muerto el compañero Pablo Muñoz Moya, miembro de una escuadra de las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL), tenía 21 años. Aquel día el compañero fue detectado por los pacos, cuando se dirigía a una recuperación de plata rebelde en un auto operativo junto a dos compañeros más. Se inició una persecución, con los pacos detrás los compas deciden detenerse y enfrentar corajudamente a la repre. De ese primer enfrentamiento los compas libran victoriosos, logran hacer retroceder a los pacos y salir del lugar, no obstante, unos minutos más tarde se produce un segundo enfrentamiento con los pacos, pero esta vez la jauría había crecido, doblegando a los compas. Pablo Muñoz, cae en combate, en el sector centro sur de Santiago, y los dos compañeros que lo acompañaban son detenidos.
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Era el 9 de julio del 2021, en el fundo Santa Ana de la Forestal Mininco en la comuna de Carahue, se produjo un enfrentamiento entre los pacos y un Órgano de Resistencia Territorial (ORT) de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) al cual Pablo pertenecía. Pablo Marchant Gutiérrez, de 29 años, murió cubriendo la salida de otros compañeros, tras recibir un disparo en su cabeza por parte de un paco. El weichafe Pablo Marchant o “Toñito” como era conocido, ingresó a la CAM y se unió a la lucha autonomista del Pueblo Mapuche por ahí por el 2016. Los relatos de sus compañeros y amigos sobre el Toñito, nos hablan de un joven alegre, con ganas de aprender, bueno pa’l debate y la jarana, valiente y sobre todo dispuesto a entregar su vida de forma integral a la causa Mapuche y a sus convicciones.
Para el weichafe Pablo no ha habido verdad ni menos justicia, las bestias asesinas de la democracia alegan “legítima defensa”, pero el informe forense afirma que al compañero lo ejecutaron los pacos con un cañón de escopeta apoyado sobre su cabeza. Este año se cumplen dos años desde su asesinato.
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Convicción, irreverencia, coraje, pero sobre todo un profundo amor a su pueblo, son elementos comunes entre estos tres rostros concretos que traigo a colación en este mes de julio; rostros que hicieron de la subversión y de la lucha popular un móvil para sus vidas: su amor y una verdad inquebrantable. La característica de integralidad y totalidad que mueven estas vidas revolucionarias, muchas veces se ve reflejada en su muerte, pero por sobre todo se refleja en el derrotero de sus vidas gozosas, vidas que se celebran, vidas que entregan sueños de esperanza alegre y que entregan sus aprendizajes sencillos, humildes, necesarios, vitales… La certera memoria que nos dejan estxs tres compañerxs, el recuerdo de su praxis subversiva y de su brega por un Chile distinto y mejor, hace parte del patrimonio de lucha de nuestros pueblos, y no les conmemoramos por ser “super héroes”, sino todo lo contrario, les saludamos por ser mujeres y hombres de carne y hueso, rostros concretitxs y de nuestros pueblos, que encontraron en la subversión un aporte revolucionario y un modo de vida feliz.
Herminda
5 de julio de 2023.-
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