CHILE. ¡LOS PUEBLOS NO SOMOS TERRORISTAS! ¡EL ESTADO SÍ! A DEROGAR LA LEY MALDITA ANTI TERRORISTA

CHILE. ¡LOS PUEBLOS NO SOMOS TERRORISTAS! ¡EL ESTADO SÍ! A DEROGAR LA LEY MALDITA ANTI TERRORISTA

El 4 de febrero de 2025, el Presidente Gabriel Boric promulgó la Ley Nº 21.732 que determina conductas terroristas, fija su penalidad y deroga la Ley Nº 18.314. Esta nueva ley antiterrorista, que fue validada como una legislatura constitucional por parte del Tribunal Constitucional, que contó con los votos de todos los sectores de la clase política que cuenta hoy con representación parlamentaria y que ha sido considerada como necesaria y oportuna por toda la institucionalidad democrática vigente, es una clara y categórica declaración de guerra de la democracia chilena actual contra los pueblos del país, contra sus organizaciones revolucionarias y subversivas y contra las voluntades en lucha que osen contradecir, luchar y/o protestar contra el régimen establecido. Es decir, es una ley que condena el derecho a la sublevación consagrado por el Derecho Internacional.

Esta nueva ley antiterrorista, que es de carácter de contexto, que promueve y facilita la persecución política, está pensada para proteger los intereses de los poderosos y pretender contener el inexorable bregar de los pueblos en sus batallares de dignidad y por la transformación social. Si buen tiene un claro impacto en los luchadores de los y las kuchadoras sociales de los pueblos, su aprobación ha de entenderse como la señal inequívoca del temor creciente existente en los poderosos ante las posibilidades ciertas que las batallas de populares y mapuche se desborden y así pongan en jaque los intereses de la élite y de la democracia corrupta. Al carecer de un relato de dominación coactivo, de tener un país sin rumbo, perspectiva y sin esperanza alguna, los del poder saben con creces que los malestares de millones se profundizan y extienden, por lo cual esta ley es la expresión fehaciente de la derrota de los poderosos y su temor creciente ante la rebelión de los pueblos. Ante ese escenario en ciernes, nos les queda otra que reforzar su Estado Policial con un conjunto de leyes represivas, siendo la ley antiterrorista la más bestial de todas, tanto por sus definiciones como su alcance de persecución política y jurídica. 

La nueva ley antiterrorista es una ley que el poder se pueda defender del avance sostenido de las luchas de los pueblos, que descarada y vergonzosamente crea una concepción de terrorismo a su medida, que riñe claramente con el Derecho Internacional y que ampara en un clima de inseguridad nacional que ellos mismos han creado. La definición de asociación terrorista, de «lobo solitario», el cuerpo de leyes que puede invocar como terrorista y lo que busca proteger, es un claro atentado a la organización y voluntades en lucha que pelean por un país y un mundo mejor, busca someter a la rebelión de los pueblos, pretende socavar el derecho a la organización y pretende seguir manteniendo una lógica, concepción y tradición que se fundamenta en que la democracia actual es ancha para las élites y angosta para los pueblos. Esta ley visa la vigilancia y monitoreo permanente de la sociedad civil; busca solapar la lucha de clases, la que comienza a vivir momentos de efervescencia; y obvía que el infundir terror en nuestra sociedad, sólo es posible a través del aparato estatal, tal como aconteció con la dictadura donde la mayoría de sus bestias asesinas cuenta con absoluta impunidad democrática. 

La ley antiterrorista, que es claramente terrorismo de estado, es de carácter imperialista y fascista. La democracia chilena es lacaya de los yanquis, obedece a sus designios y facilita su arremetida contra los pueblos en lucha. Hoy, en un mundo vertiginosamente en transformación, la arremetida yanqui hacia nuestra América Morena se ha acrecentado significativamente. La «bestia rubia» de Trump, en su pretensión desesperada de no perder su unilateralidad hegemónica mundial, ha desatado toda la ferocidad de la regencia contra los migrantes, las luchas populares, campesinas y pueblos originarios. Para ello, junto con intensificar la instalación de bases militares en el continente y de querer arrebatar la soberanía de los países (como lo viene ocurriendo en Panamá), sus democracias lacayas han profundizado la utilización del Derecho Penal del Enemigo que no es otra cosa que el uso de una jurisprudencia especial para la persecución política. La nueva ley antiterrorista es parte de esa arremetida yanqui en curso, como también es la ley de apología al terrorismo en Perú y/o la persecución contra la ex guerrilla colombiana de las FARC. 

Porque somos dignos, parte de los pueblos en lucha y hacemos lo éticamente correcto, nos constituimos como Coordinadora por la Derogación y Contra la Ley AntiTerrorista. 

La ley antiterrorista de la clase política, es una vergüenza nacional, es simplemente inaceptable y no puede quedar en impunidad, los contrapuntos y contrapesos de los pueblos han de hacerse notar ya. Ante su Chile carente de esperanza, rumbo y horizonte, nuestro quehacer inminentemente callejero, se basa en la dignidad sentido ético que bulle a mares desde las luchas de los Pueblos, es desde ahí que nos posesionamos, es en ese lugar donde nos ubicamos para emprender este necesario, urgente, oportuno y acertado batallar. 

El principal elemento que articula nuestro bregar, es la exigencia inmediata de la derogación de la ley antiterrorista y posicionarnos categóricamente contra la bestialidad y toda su concepción declaratoria de guerra contra el justo y necesario derecho a rebelión de los pueblos. Fue la actual clase política  la que aprobó esta caraja ley, pues tendrá que ser ella misma la que debe derogarla, le devolvemos la pelota a su cancha, ubicamos la responsabilidad en ellos porque son los/las causantes de este indigno y deplorable accionar persecutorio. 

Somos una coordinadora naciendo, diversa, amplia y que nos aúna principalmente la indignación frente a esta bestial ley. No dejaremos pasar esta arremetida de los poderosos. Independiente que dentro nuestras composición hayan diferencias legítimas de ser partícipes  o no de las elecciones de noviembre próximo, nuestra decisión colectiva es que este movimiento no puede ser utilizado como palanca ni trampolín para ellas sino que tiene que irrumpir en ese escenario, ya que es la clase política que llama a votar, la que aprobó sin tapujo alguno esta ley. Es decir, las elecciones son u escenario propicio para establecer las contradicciones y contrapuntos que hemos planteado, entre los pueblos y los poderosos. 

Si bien estamos frente a una ley, es decir, frente a un articulado jurídico, avalado constitucionalmente por la actual democracia, el propósito y espíritu de la ley antiterrorista es fundamentalmente de carácter político, es allí donde ubicaremos, principalmente, nuestro accionar, anteponiéndole la dignidad de los pueblos y el Derecho Internacional que consagra la rebelión de los pueblos y avala la lucha contra el sometimiento como un derecho fundamental. 

Llamamos a las organizaciones de derechos humanos, a las organizaciones de todo tipo de los pueblos, a las voluntades en lucha, a emprender conjuntamente este batallar ético contra la ley antiterrorista.

Llamamos al Pueblo de Chile y Mapuche a manifestarnos, movilizarnos y protestar categóricamente contra esta bestialidad del poder. 

¡LOS PUEBLOS NO SOMOS TERRORISTAS, EL ESTADO SÍ!

¡A DEROGAR LA LEY ANTITERRORISTA DEL PODER!

Coordinadora por la Derogación y Contra la Ley Antiterrorista

Mayo, 2025

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