CHILE. LAS DOS ALMAS DEL PARTIDO «COMUNISTA» Y EL PARTIDO COMUNISTA DE NUEVO TIPO
El Partido “Comunista” de Chile, el mismo del despedido Juan Andrés Lagos, de Lautaro Carmona que aboga por una nueva ley antiterrorista y de inteligencia, de la vocera de gobierno Camila Vallejo que apoya el allanamiento de Villa Francia o de la ministra del trabajo, Jeannete Jara que ya no aspira a sepultar las AFPs sino reformarlas y quien ni siquiera ha tocado con el pétalo de una rosa el patronal Código del Trabajo se encuentra en Congreso.
Los últimos sucesos han develado las contradicciones al interior del P“C” entre su consejo de administración cuyo gerente general es Lautaro Carmona y la junta de accionistas que la constituyen la nueva camada inserta en los aparatos del poder ya sea en el parlamento o en el gobierno como ministras. El Consejo de Administración y su Gerente, los Ayatolas, se encuentran ahí defendiendo sus glorias pasadas cuando rugían en el parlamento burgués y eran pieza fundamental para llegar a acuerdos con los partidos oligárquicos. Que días aquellos cuando el socialismo se impulsaba conciliando por los capitalistas, desde dentro del estado y desde una versión socialdemócrata de algo que llamaban marxismo. Eran los tiempos que la ideología revolucionaria era interpretada por los traidores de la revolución aquellos que querían humanizar el capitalismo. Eran los tiempos del mofletudo Jrushchov para luego llegar al climax con la Perestroika ¿o Perestrotsky?
Por otro lado, la nueva camada ni siquiera sueña con el pasado como tampoco guarda interés en la versión descafeinada del marxismo de los Ayatolas. Estos nuevos cachorros del poder simplemente quieren ser francamente socialdemócratas y reemplazar a los teóricos de la Internacional Comunista por los teóricos de la Internacional Progresista. Pero como diría Ignacio Walker entre ellos sólo habrían “matices” no antagónicos siendo la nostalgia del pasado el único elemento que los pueda separar y llevarlos a la “confrontación” doméstica sin llegar a la violencia intrafamiliar. Es como discutir el orden los muebles o la decoración de la casa. Nada fundamental. El revisionismo y reformismo estará presentes en ambos. Unos más intenso y otros más tenues pero ambos alejados de la querida y necesaria revolución comunista como parte de la revolución proletaria mundial y claro con las armas en la mano. ¡Imposible para ellos!
Este Congreso, como los anteriores especialmente aquellos realizados desde 1990, será la coronación del período más reaccionario, abominable y de derecha que haya vivido el partido de Luis Emilio Recabarren y de Luis Reinoso. Será la sepultura cuasi definitiva más allá que se pudiesen seguir llamando Partido “Comunista” pero entendiendo, todos, que ya no lo es o mejor dicho nunca lo ha sido.
Pero la muerte del P “C”, su lenta y prolongada agonía, abre un debate no menor y es que la muerte de esa monstruosidad amarilla deja un espacio vacío que llenaba algo que llevaba el apellido de “comunista”. Una vez lanzado su último aliento una generación comunista de nuevo tipo deberá llenarlo y reivindicar la ideología proletaria, revolucionaria. Así, el debate que se abre es y será la construcción de un Partido Comunista de Nuevo Tipo, un verdadero Partido Revolucionario de la mano del Comunismo Revolucionario. ¿Pero qué significa eso?
Significa recuperar la ideología revolucionaria para el proletariado, para los pueblos. Volver a la práctica partidaria conspirativa, clandestina y de lucha frontal contra los capitalistas e imperialistas.
Significa desarrollar la más ardua lucha contra los revisionistas y reformistas, contra quienes han pretendido, y pretenderán, seguir imponiendo la conciliación de clases, el etapismo, el parlamentarismo, la humanización del capitalismo y quienes como hoy pretenden convencernos de la existencia de un imperialismo bueno y otro malo.
Significa la comprensión profunda que efectivamente “la política es la continuación de la guerra por otros medios” y que “la lucha de clases es siempre una guerra encubierta” y que nada se saca con la distribución del poder o con el acceso a cuotas de poder administrativo sino de lo que se trata es de agudizar la lucha de clases, hacer todo lo posible por el derrumbe del sistema capitalista en su conjunto y eso sólo se puede lograr mediante la guerra revolucionaria aquella que se define como “popular y prolongada”.
Significa que los comunistas revolucionarios y el Partido Comunista de Nuevo Tipo nada tiene que hacer al interior del sistema capitalista y de sus “instituciones”. Nada tienen que hacer dentro del parlamento ni menos aspirando a acceder al gobierno transitorio y preso del derecho burgués y de los vaivenes de los ciclos políticos de la política burguesa. Este Partido Comunista de Nuevo Tipo nada tiene que hacer con la creación de partidos instrumentales electorales por más “patrióticos” que este se pueda presentar. De la clase dominante y de sus aparatos de poder nada se puede esperar salvo represión, crímenes y genocidios.
Significa que ese Partido Comunista de Nuevo Tipo en nada se parece a un partido de masas, nada tiene en común con el asambleísmo, con un partido abierto. La revolución es cosa seria y sólo se puede realizar con el secretismo que corresponder para lograr la toma del poder, la construcción de un nuevo poder y poder así sepultar al viejo estado y su decadente democracia.
Significa que para que ese Partido Comunista de Nuevo Tipo pueda dar nacer, el nuevo destacamento de revolucionarios debe ayudar para que el antiguo y decadente Partido “Comunista” pueda sucumbir definitivamente y eso se logra mediante la teoría acerada y mediante la práctica correcta. Mediante la estrategia y táctica revolucionaria. Ser también como “el pez en el agua”.
Para seguir leyendo. Para continuar la lucha.
El Partido Marxista Leninista del Proletariado, Salvador Cayetanio Carpio, Comandante Marcial
https://www.marxists.org/espanol/tematica/elsalvador/carpio/1982/jun/pmlp/01.htm