CHILE: ¡INDÍGNATE! ¡INDIGNÉMONOS!
Fue el 2011 cuando la paz madrileña fue interrumpida.
20 millones de españoles inundaron las calles exigiendo DEMOCRACIA REAL. Millones de manifestantes en especial jóvenes se volcaron a las calles para luego acampar en las inmediaciones de los centros de poder.
La manifestación fue conocida como la PROTESTA DE LOS INDIGNADOS en clara referencia al libro de Stéphane Hessel ¡INDÍGNATE! que reconocido por muchos fue un texto influyente y convocante para esos manifestantes. Quizás Hessel nunca se imaginó el impacto que causaría su texto lleno de simpleza y escrito desde sentido común pero que sin embargo interpretó el descontento de millones.
Lo interesante del texto es que no constituye una proclama incendiaria, un llamado revolucionario e insurreccional sino que está hecho desde toda lógica, emocionalidad y sentido común y a pesar de ello, o por ello, fue capaz de interpretar y actuar como elemento incendiario para millones de madrileños y de otros pueblos que también se vieron llamados por ese texto. La única explicación para ello es que cuando las condiciones de explotación, abusos llega al límite y los individuos, como las clases, ya no encuentran salida, se encuentran simplemente asfixiados basta cualquier chispa en el momento justo y se puede encender la pradera ya sea desde un planteamiento simple como el de Hessel o la proclama más roja que se pueda redactar. El problema, como sucede por lo general con los estallidos nacidos desde la indignación autoconvocada es que carecen de conducción revolucionaria y son susceptibles de ser reconducidas hacia el interior del Estado burgués contra el cual el mismo pueblo ya se había indignado y sublevado.
Han pasado 11 años desde entonces y esa indignación popular dio paso y se volcó hacia dentro de la institucionalidad bajo la conducción de una nueva socialdemocracia de reemplazo como es Podemos que ahora actúa en concomitancia con la otra versión antigua, decadente de la socialdemocracia y del eurocomunismo.
En el mundo actual, la crisis del capitalismo va casi en caída libre donde la guerra interimperialista recuerda el bombardeo de la OTAN en Yugoslavia. Otro genocidio engrosa la cuenta del imperialismo. Sin embargo la indignación no se ha mostrado con la masividad de aquel 2011 a lo largo de Europa.
El 2011, las calles de Santiago, Chile, se veían también desbordadas las calles por el movimiento estudiantil. Era la primera vez, desde 1990, que un presidente corría riesgo de ser derrocado por las masas movilizadas. Piñera se vio por primera vez al borde del precipicio. Esto no fue posible, porque la burocracia sindical de los sectores estratégicos de la producción no se fueron a paro. El paro productivo fue intervenido y frenado por los partidos reformistas pero también porque la burocracia estudiantil de las universidades agrupadas en la CONFECh donde ya aparecían los dirigentes estudiantiles como Gabriel Boric, Giorgio Jackson, Camila Vallejos y Carol Cariola bajaron las demandas por las cuales se movilizaba todo un pueblo y que era mucho más que el Fin del Lucro en educación. También se exigía la Renacionalización del Cobre, Fin al Código del Trabajo, No Más AFP, Nueva Constitución y Fin al Neoliberalismo. Los amarillos al final centraron todo en el Fin del Lucro, se fueron al parlamento para negociar con el poder y de espaldas al pueblo y abandonaron las calles. La indignación comenzó su largo camino de institucionalización, de traición.
Esta misma táctica de desmovilización fue utilizada 8 años después por una nueva ola de indignación ahora conocido como Estallido Social y donde los mismos burócratas estudiantiles convertidos en ahora en parlamentarios corrieron nuevamente para salvar a Piñera de caer y con ello todo el régimen. Defendieron al poder por segunda vez hasta que lograron hacerse del gobierno ahora también ahondando la traición al pueblo que se había indignado en dos oportunidades.
Hoy, en Chile, y bajo este gobierno progresista, el estallido social nacido desde la más profunda indignación continúa en forma subterránea y se esta acumulando la misma indignación del 2019 que en cualquier comento puede estallar. Sólo falta que un otros Stéphane Hessel de con una nueva redacción, para una nueva indignación popular pero para que esta vez sea acompañada y co-conducida por los revolucionarios.
Para seguir leyendo
Libro ¡INDÍGNATE! en pdf
https://www.euroxpress.es/doc/__INDIGNAOS_.pdf
Entrevista a Stéphane Hessel
https://miradahistorica.net/2011/04/04/indignaos-el-grito-que-stephane-hessel-lanza-a-los-jovenes/
Sobre la protesta de los indignados
https://elpais.com/elpais/2011/05/15/actualidad/1305447428_850215.html