CHILE. CUANDO LA REBELIÓN Y EL COMUNISMO REVOLUCIONARIO SE JUSTIFICAN
Por más que el deseo profundo de trabajadores honestos sea que la izquierda se una en un referente amplio para que realice los cambios estructurales profundos es simplemente imposible. Y pueden, esos compañeros de clase, seguir soñando.
Las diferencias que separan a la izquierda revolucionaria, al comunismo revolucionario con el reformismo, con el progresismo, o más claramente con el revisionismo, son simplemente demasiado grandes no sólo en el plano ideológico donde los revolucionarios persiguen la destrucción del sistema capitalista-burgués y los reformista su defensa y humanización sino que también en el plano político como es esperable.
En el caso de Chile, el Partido Comunista de Mercado ha dado muestras evidentes, e históricamente, de su predilección por ir asumiendo el ideario democrático-liberal con todo lo que implica aquello como su predilección por llegar a acuerdos con los partidos burgueses incluso con los partidos que apoyaron tanto el golpe de estado como la dictadura de Pinochet, al interior del parlamento en una muestra de «civilidad» y de «republicanismo» como les gusta definir esa política de conciliación de clases.
Si el Colegio de Profesores hizo un llamado a fines del mes de julio a un paro nacional para después realizar un paro de advertencia con un diálogo eterno con el Ministerio de Educación y con las bases desmovilizadas junto con una conducción errática, vacilante y oportunista, esa parodia de paro se profundizó cuando se nombró al militante comunista como nuevo ministro de educación, Nicolás Cataldo. Claro con esa lumbrera el paro aquel tiene menos perspectiva que la revolución socialista conducida por un progresista. La propaganda de ser de un partido de «izquierda» al final pesa para frenar las demandas sociales solamente por poseer una bandera roja, con la hoz y el martillo, sin reparar de las políticas neoliberales que han venido impulsando y aceptando desde el «realismo político» como forma de maquillar la traición.
Ante la nueva evasión del pago de los pasajes escolares en el metro de la Región Metropolitana por parte de estudiantes secundarios, Cataldito salió a deslegitimar esa acción de desobediencia civil, de esa rebeldía estudiantil para ante sacar a efectivos de la policía militarizada de carabineros para custodiar los metros y evitar esas evasiones.
La deslegitimación de las demandas y luchas sociales, especialmente cuando el movimiento viene desde abajo arropado de autonomía e independencia de clase, es rápidamente descalificada y objeto a ser reprimida con las leyes y fuerza represiva que sólo le otorga precisamente el Estado Contra insurgente Burgués y Capitalista para de paso justificar el alza último en el pasaje de la locomoción colectiva.
Ambas acciones, evasión del metro y repudio al alza del pasaje, fueron las chispas que hicieron estallar el oasis proclamado por Piñera ante la asamblea de la ONU aquel 2019 y que en ese entonces el Partido Comunista de Mercado apoyó aunque esa rebelión fue impulsada por los secundarios autónomos y no por los jóvenes dóciles del comunismo de mercado. Ese cambio de discurso es propio de los oportunistas, de los camaleones que cambian de posición, de lugar según donde caliente mejor el sol.
Ante esa constante política oportunista, vacilante y traidora, el comunismo revolucionario se alza como la única y verdadera alternativa para abrir un proceso de rearticulación de los movimientos sociales, de los colectivos en lucha como también para abrir un proceso concluyente y unitario para la construcción de esa herramienta revolucionaria que tanta falta hace en las luchas actuales y como hará falta para las luchas futuras. Porque ya debe quedar bastante claro que con estos falsos comunista nada se puede esperar que beneficie a la clase trabajadora sino un mayor perfeccionamiento del capitalismo mismo.
PD.: en la fotos principal Nicolás Cataldo a cogote cruzado con la dirigente fascista y actual alcaldesa de Providencia y per-candidata presidencial, Evelyn Mathei.
PD.: lo que Cataldito no sabe, o no quiere darse cuenta, que en frente tendrá la fuerte oposición de los Secundarios Revolucionarios, de los de la Causa Popular que sabrán ponerle las peras a cuatro.
Para cantar
