
OCR-CHILE. A 79º AÑOS DEL DÍA DE LA VICTORIA
Mayo de 1945, el régimen fascista alemán cae derrotado y capitula incondicionalmente en Berlín, ciudad liberada por las tropas del Ejército Rojo. Se pone de esta forma término formal a la confrontación contra las fuerzas fascistas coalicionadas en Europa (principalmente Alemania e Italia, la rendición de Japón será en agosto), llamada la Gran Guerra Patria en la Unión Soviética.
Se conmemora desde ese momento la victoria con el nazismo. Esta gesta heroica estuvo protagonizada por las masas populares, ya sea las enroladas en los ejércitos formales (siempre es la población trabajadora y explotada la que se moviliza en las guerras), la resistencia antifascista, principalmente de militancia comunista en los países ocupados por el fascismo y de manera fundamental por el pueblo soviético y el Ejército Rojo (del cual formaron parte miles de combatientes internacionalistas no soviéticos).
Atrás quedaban los oscuros tiempos en los cuales la horrorosa maquinaria de guerra nazi parecía invencible. Arrasando naciones, reprimiendo al pueblo trabajador (la memoria consecuente nos invita a recordar que comunistas y antifascista alemanes fueron las primeras víctimas del nazismo) y cometiendo el más brutal genocidio conocido hasta el momento (millones de personas fueron exterminadas por su origen, judíos, gitanos y eslavos entre otros).
El régimen fascista (en sus diferentes expresiones) se instala fruto de la crisis mundial del capitalismo y como pretendida solución radical a esta crisis, construyendo en la disputa por el domino capitalista, el camino hacia la guerra destructiva. Es principal enemigo para el fascismo era el socialismo y para intentar destruirlo destacaron a sus principales fuerzas militares.
La resistencia soviética (y por supuesto la de los países ocupados) fue la piedra angular del esfuerzo de guerra para derrotar al fascismo, después de duros meses de asedio y de tierra arrasada por parte de las fuerzas nazis y sus colaboradores, derrotados estos en Stalingrado y Leningrado, el Ejercito Rojo lanza ofensivas que culminan con la liberación de Berlín y la capitulación nazi. El mundo entero y la clase trabajadora internacional le debemos respeto y memoria al pueblo soviético (a su dirección política y militar) y a la resistencia antifascista. Con ese esfuerzo de las masas trabajadoras y con la construcción socialista como horizonte se derrotó al fascismo. En estos momento en el cual la bestia, diversificada en su presentación, se despierta e instala sus políticas por todo el mundo, debemos recordar que el capitalismo usará los mismos medios para tratar de superar sus crisis.
Para detener la guerra imperialista y sus consecuencias debemos construir una alternativa revolucionaria capaz de enfrentarles y vencer. Una alternativa protagonizada por las fuerzas comunistas y revolucionarias, El camino es la Victoria…