
CHILE. LA CONTRAINSURGENCIA DE MANO DEL PROGRESISMO. POLO CLASISTA DICE: ¡BASTA!
Comentario Previo
Los tambores de guerra desde La Moneda suenan a todo dar. La clase política ante la profunda crisis del capitalista responde con lo de siempre: mayor represión y profundización del estado policial. En ello ya no sólo el director de orquesta son los partidos fascistas y burgueses sino ahora cuentan con el apoyo del Partido Comunista y del neoprogresismo del Frente Amplio. El apoyo de estos últimos pretende dar al gobierno de Boric y a Boric mismo una definición de izquierda la cual no tiene y en ese chantaje pretenden ejercer presión en una parte importante de la población para su apoyo a estas medidas represivas y justificar su traición.
La interpretación errónea de la actual situación en Chile nos dice que el estallido social terminó hace un par de años y que estaríamos en otra etapa (¿cuál). Las condiciones sociales, crisis del capitalismo, que dieron origen al estallido se mantienen intactas y es más se han profundizado. El estallido social se sigue expresando en hechos particulares y aisladas entre sí. Ahí está la alta evasión en el pago del pasaje del transporte público, las protestas de estudiantes secundarios, las barricadas del Día del Joven Combatiente, y un sin de hechos que van mostrando el descontento social y político de parte de los trabajadores ante una situación angustiante. Al igual que sucedió en el 2019 con el alza de $30 pesos, hoy sólo falta cualquier elemento que actúe como chispa para encender nuevamente la pradera y abrir una nueva etapa de un nuevo estallido social colectivo, popular y nacional.
Ellos saben también que la ola de asaltos, etc, a lo cual llaman la delincuencia y crimen organizado es expresión también de la crisis capitalista y como sectores del pueblo pobre enfrentan un sistema social excluyente expoliador, represivo y dictatorial. Saben que es expresión del fracaso en toda la línea de su falsa democracia y de lo falso de su discurso de inclusividad.
Ellos lo saben y aprovechan la ola de asaltos y asesinatos para implementar la batería de leyes represivas que en otro contexto no podrían aprobar y con ello su nueva campaña del terror cuyo centro es legitimar la vieja táctica «pueblo contra pueblo» para no dar cabida a la táctica justa de «clase contra clase».
En este sentido la declaración del Polo Clasista cobra gran importancia por cuanto proviene de sectores organizados y sindicales de trabajadores en circunstancias que el conjunto de las expresiones de la burocracia sindical guardan silencio cómplice y traidor contra la nueva represión contra la clase trabajadora.
Aquí la declaración.
A denunciar el fortalecimiento del estado contrainsurgente y a todas y todos sus cómplices rastreros
Con el argumento del aumento de la delincuencia y el crimen organizado, el pacto de dominación que colocó en La Moneda a Boric como guaripola del reformismo y adelantado de la reacción avanza a paso firme contra quienes luchamos por acabar con el capitalismo. Tras el asesinato de un esbirro de la patronal, los dueños del poder y la riqueza, los mismos que nos convocan a las urnas para legitimar su asquerosa democracia, no dudaron en impulsar una batería legislativa y presupuestaria que busca blindar la democracia de las elites a costa de las pocas libertades y derechos de las y los trabajadores y el pueblo.
La firma del acuerdo por la paz y la nueva constitución del 15 de noviembre en pleno alzamiento popular, buscó institucionalizar las luchas por la vía electoral y contener la ofensiva de la clase trabajadora y el pueblo que en las calles exigía mejores condiciones de vida. Esta fue la primera muestra de que la burguesía y el bloque en el poder se cuadraban de forma unánime en defensa del actual sistema de miseria y contra quienes luchábamos por derrotar no solo al gobierno de Piñera, sino que acumular fuerza social para las transformaciones radicales de la sociedad de clases.
Hoy, orquestando una obra de teatro muy bien articulada a la vez que absolutamente grotesca, se impulsa el segundo gran acuerdo interburgués, el de “seguridad pública” que tiene por objetivo no solo, como lo han declarado por sus medios de comunicación de masas, enfrentar la delincuencia, pues sabemos que más pacos no significan menos delincuencia, sino y por, sobre todo, fortalecer el estado contrainsurgente y frenar cualquier intento de la clase trabajadora de volver a las calles a luchar por nuestros derechos. Las amenazas de continuar haciendo uso de estados de excepción como lo hacen en la zona sur del país, de militarizar aún más a la policía, de encarcelar a las y los migrantes, entre otras, son tácticas repetidas ante las condiciones objetivas y subjetivas que permitirían un nuevo alzamiento popular, hoy contra el gobierno demoliberal de Boric y su pandilla.
Desde luego no queremos ser víctimas de la delincuencia en nuestros territorios, y tenemos la certeza que sirven a los intereses y son productos y cómplices de la dominación, pero estamos claros que son ellos los dueños del poder y la riqueza los verdaderos y grandes delincuentes, los dueños de las AFP e ISAPRES que lucran con nuestra seguridad social; los dueños de los bancos que nos estafan y especulan con nuestras necesidades, los pacos y milicos ladrones y traficantes de armas, los grandes empresarios que se coluden para aumentar los precios de los productos básicos; ellos son quienes delinquen día tras día a costa de nuestra cesantía, precarización y pobreza.
La socialdemocracia, las y los vacilantes y oportunistas que hoy se acomodan en cargos del estado y municipios afines al gobierno, son cómplices activos de la operación política que busca aislar a las y los que luchan criminalizando la protesta popular y sofocando los intentos por denunciar las injusticias del sistema de explotación y opresión, que, a pesar del reflujo del emergente movimiento popular, intentamos mantener viva la llama de la protesta y la lucha por nuestros derechos. Ahora la carta del juego pasa de la democracia liberal a un giro evidentemente autoritario en la forma de gobernar, como expresión de una segunda fase del pacto de dominación que tiene como objetivo aplacar toda llama de rebeldía y toda alternativa revolucionaria de transformación de la sociedad. Utilizando el discurso antidelincuencia y nacionalista, la socialdemocracia que llamó a votar contra el fascismo en su campaña electoral, hoy contribuye a cimentar con mayor fuerza la ultra derecha y el autoritarismo como alternativa de salida a la actual crisis. Claramente, la burguesía nos está devolviendo la mano por el despertar del 2019.
Las y los clasistas, no olvidamos que fueron los aparatos represivos, los pacos, los ratis y las fuerzas armada quienes durante el alzamiento popular asesinaron, torturaron, violaron y cegaron a miles de compañeros y compañeras que en las calles combatíamos por mejorar nuestras condiciones de vida, que fueron ellos que a sangre y fuego reprimían las ollas comunes, las asambleas territoriales, las marchas y barricadas. Sabemos también que nuestro pueblo vive a diario los costos de la pobreza que aumenta mientras unos pocos se enriquecen, sabemos que persiste la rabia y que las leyes de falsa democracia y de represión no son suficientes para silenciar los sueños y ansias de rebelión.
El llamado a las y los organizados, a las y los clasistas y revolucionarios, al conjunto del pueblo en lucha, es a estar atentos ante la ofensiva de la burguesía por impulsar una agenda chovinista y represiva, que en el fondo prepara las condiciones para enfrentarnos cuando volvamos a las calles. Debemos articularnos para enfrentar la ofensiva contrainsurgente, fortalecer la organización y protesta popular, acumular fuerza social revolucionaria y preparar las condiciones para luchar por acabar de una vez por todas con la barbarie capitalista y todos sus lacayos.
Unidos Contra el Capitalismo – Construyendo el Poder del Pueblo
Polo Clasista
Abril, 2023